Ciudadanos | Ana Benito y Javier Mazpule
«Nos da mucha envidia que conserven esos cementerios de barcos»Muestran cómo otros países conservan el patrimonio marítimo
Hace un año, estos integrantes de Arkeolur emprendieron un viaje a tierras de Argentina y Uruguay dispuestos a descubrir barcos abandonados y víctimas de naufragios. ... El resultado es una exposición que sorprende a cuantos visitan Xenpelar Etxea de Errenteria. La muestra, que incluye un vídeo y una completa publicación, se clausurará mañana.
– ¿Por qué decidieron investigar los barcos del cono sur? ¿Qué tienen de especial?
– Sabíamos que allí había una gran cantidad de barcos varados, abandonados, semihundidos... Hay tantos que necesitaríamos un año para poder catalogarlos.
«Dejan allí los barcos abandonados. Quién sabe si por desidia... El caso es que resultan muy impactantes»
– La muestra que puede verse en Xenpelar Etxea recrea su periplo por tierras americanas a través de esas naves.
– Comenzamos en Buenos Aires, donde hay fragatas de la armada reconvertidas en museos que se pueden visitar. A 30 kilómetros está Tigre y un delta enorme con barquitos que comunican las casas e incluso llevan a los niños al colegio. También hay barcos supermercado, de paseo y mercantes, como el 'Ederra'.
– ¿El 'Ederra'?
– Sí, hay muchos nombres y topónimos vascos. De allí fuimos al río Iguazú, donde encontramos de causalidad el 'Nicolas Mihanovich', un ferry que compraron para transformarlo en hotel, restaurante y casino de lujo de ocho pisos. Al final, resultó un fracaso. En 2014 se soltó su amarre y fue a la deriva siete kilómetros, pero no le pasó nada.
– Así que fueron al encuentro de barcos y hubo barcos que les encontraron a ustedes.
– En varias ocasiones. Después fuimos al Altiplano, en la frontera norte, para continuar hacia Purmamarca. Luego bajamos a Bariloche y, posteriormente, a El Calafate y a Ushuaia. Para entonces, ya llevábamos tantos días de viaje que no nos sentíamos turistas.
– ¿Qué otros barcos hallaron?
– Para empezar, el 'Saint Christopher'. Fue un remolcador de madera botado en 1943 como barco de guerra. Probablemente participó en la II Guerra Mundial. Tuvo muchas vidas. Se dedicó al contrabando y luego lo compró una empresa argentina que lo utilizó como remolcador. Cuando intentó reflotar al crucero 'Monte Cervantes', sufrió varios desperfectos mecánicos y acabó encallado en 1955.
– ¿Y sigue en el mismo lugar de la costa desde hace 70 años?
– Sí. Ahora es como el símbolo de Ushuaia, un reclamo. Cerca encontramos también una lancha de madera de la armada argentina que conservan igualmente como reclamo turístico.
– Todos esos barcos esconden historias de película.
– Como el 'Desdémona', que está en Tierra del Fuego. Llevaba un cargamento de 20.000 sacos de cemento cuando el motor sufrió una avería. Intentaron repararlo en Ushuaia, pero sin éxito. Aun así, puso rumbo a Río Grande pero no pudo contra el viento, tocó fondo y acabó con una vía de agua. Allí está desde 1985, casi intacto, con algunos de sus sacos. Una señora se enamoró del barco y se construyó una casa frente a él. Vimos otros barcos e incluso cementerios de barcos.
– ¡¿Cementerios de barcos?!
– Sí, son impresionantes. Dejan allí los barcos abandonados. Quién sabe si por desidia... El caso es que para nosotros, para las personas a las que les gustan los barcos y para el turista que busca algo especial, resultan muy impactantes.
– Parece todo tan decrépito como atractivo.
– Muy atractivo. Imagínate un remolcador abandonado, un yate olvidado, un barco de paseo... También hay embarcaciones abandonadas, pero a la venta. Una lástima no poder quedarnos alguna como vivienda. Aún hay más que contar.
– ¿Su periplo no acabó Tierra del Fuego?
– No. Seguimos bajando por la costa hasta puerto Madryn, donde hallamos al 'Colomba', una goleta que data del último cuarto del siglo XIX. Sus restos se conservan en una playa, algo impensable que ocurriera en La Concha. Cerca había otro cementerio en el que quedan unos nueve barcos varados, aunque hubo muchos más. Están catalogados y anunciados, justo al lado de un puerto comercial como el de Pasaia. Le dan su valor, como al 'Marcelina de Ciriza', perteneciente a la casa armadora pasaitarra del mismo nombre.
– Cuéntenme su historia.
– Era un arrastrero congelador construido en 1960. En julio de 1980 sufrió un incendio y quedó inactivo, atracado en el puerto de Mar de Plata. En 1991, la ciudad fue azotada por un temporal de vientos huracanados. El barco cortó amarras y navegó por la franja costera. Parecía un buque fantasma e incluso hubo quien creyó ver luces y personas en su cubierta. Finalmente, encalló a ocho millas. A bordo solo había un perro que fue rescatado. Actualmente, con mareas muy bajas, pueden verse sus restos.
– ¿Por qué creen que en el cono sur atesoran tantos restos y barcos malogrados?
– No lo sabemos, pero nos da mucha envidia que conserven esos cementerios de barcos como si fueran auténticos monumentos. Nos emocionó ver cómo cuidan su patrimonio marítimo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión