Egia, Gros, Intxaurrondo y el Centro son los barrios de la ciudad con peor calidad del aire

Numerosos estudios realizados en las últimas décadas han puesto de manifiesto la incidencia del tráfico urbano en la calidad del aire que respira la ciudadanía. Conscientes de esta problemática, la Fundación Cristina Enea ha realizado a lo largo del año un estudio con el que ha medido la calidad del aire de Donostia con gramíneas ubicadas en ventanas y balcones de las casas de ciudadanos que se han ofrecido voluntarios para participar en un proyecto medioambiental.

El estudio realizado bajo la iniciativa denominada 'Fitorrastreando' deja claro dos aspectos medioambientales significativos. El primero es que los barrios que recogen valores más altos de contaminación son Egia, Gros, Intxaurrondo y el Centro, en este orden, «al ser zonas con alta densidad de tráfico, calles con mayor concentración de habitantes y estrechas», señala. El segundo señala que Donostia tiene una buena calidad de aire en general, mucho mejor que ciudades como Madrid o Barcelona. Aunque esta consideración tiene matices.

De las cinco estaciones meteorológicas que miden las partículas del aire y están situadas en distintas zonas de la ciudad, cuatro ofrecen buenos datos sobre el aire y solo la situada en Ategorrieta ofrece cifras de «aire regular y no óptimo. El problema es que hay pocas estaciones. Si esos medidores los pusieran en Gros o Egia veríamos que la calidad allí tampoco es la mejor», señala el doctor y coordinador del proyecto Iker Aranjuelo, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del Instituto de Agrobiotecnología de Navarra.

Este estudio, en el que han participado 72 voluntarios con domicilio en San Sebastián que han tenido muestras de gramíneas en ventanas y balcones de sus casas durante dos meses, deja más datos sobre la calidad del aire en Donostia. Aranjuelo señala que los valores más bajos de contaminación se registran en «zonas dispares». Por una parte, señala, «estarían aquellas situadas en el exterior de la ciudad, como puede ser el paseo Arriola, puntos que se caracterizan por un menor tráfico urbano».

Reconoce el coordinador del proyecto que «llama la atención» el bajo nivel de contaminación detectado en zonas con tráfico elevado cercano. Y cita la avenida de Madrid, la calle Bengoetxea y la calle Baratzategi. «Estos puntos tienen en común que se trata de vías amplias que reducirían la acumulación de partículas y posibilitarían su dispersión», explica.

Sobre el uso de gramíneas para realizar este proyecto, señala que «estas plantas, gracias a sus características, son muy adecuadas en este tipo de estudios por su tendencia a recoger datos sobre la presencia de metales pesados en sus estructuras celulares, además de que son fáciles de cuidar para las personas que han participado en el proyecto». Durante el tiempo en el que ha durado el estudio, estas gramíneas han detectado 17 elementos que son los que los científicos han analizado para realizar el estudio.

Hierro, aluminio, zinc o plomo son algunos de los metales pesados detectados, elementos que «ya se sabe que de media reducen la esperanza de vida en 2,2 años. Se sabe eso, y también se sabe que el 98% de la población de España respiramos aire no óptimo. Más allá de estos datos, ya hay bastantes trabajos científicos que asocian el nivel alto de metales pesados en el aire con problemas de salud de tipo cancerígeno, del aparato cardiovascular, demencia o del sistema inmunológico, endocrino o reproductivo», subraya.

Aranjuelo explica que uno de los objetivos del trabajo es «hacer ver a la ciudadanía que cuando estamos hablando de la ZBE, lo hacemos por un tema de salud, sobre todo para la gente que vive en zonas de mucho tráfico». E insiste, «la calidad del aire en general es buena en San Sebastián, pero sí que hay algunos barrios o incluso calles que en base a los metales pesados detectados en este estudio tienen una mayor concentración de contaminación».

Llama la atención el caso de la calle Virgen del Carmen de Egia donde hay diferencias llamativas en cuanto a los resultados. «Es posible que suceda, porque no es lo mismo tener la planta en un primer piso que en un quinto, como no es lo mismo tener un balcón con orientación norte que sur».

Con los datos obtenidos en el proyecto 'Fitorrastreando', Iker Aranjuelo tiene claro que la información que ofrecen las cinco estaciones meteorológicas que tiene la ciudad (Añorga, Ategorrieta, avenida de Tolosa, Easo y Pueyo) ofrecen información y datos limitados en relación a la contaminación del aire.

«Con las plantas que hemos distribuido nosotros para este estudio, hemos comprobado mucha heterogeneidad. Sería interesante hacer más estudios de este tipo o poner más estaciones meteorológicas. Si hubiera una estación de control del aire en Gros o Egia los datos serían como los de Ategorrieta, regulares. Estas cinco estaciones no representan lo que pasa en San Sebastián, lo hemos demostrado nosotros con este estudio y los datos».