
Pastelería Izar: una dulce y larga tradición familiar
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J.J. FDEZ. BEOBIDE y LOLA HORCAJO
Lunes, 2 de diciembre 2019, 06:38
La Pastelería Izar, al comienzo de la c/ Mayor, lleva abierta 71 años, pero las raíces de su historia se remontan a casi un ... siglo, cuando el talaverano José Martín del Pino (n.1898), trabajaba en la afamada pastelería Las Indias de Madrid y durante el verano se trasladaba al balneario de Sobrón (Álava) para proseguir con su oficio.
En esa población Pepe conoció a Hortensia Izar de la Fuente y se casaron. Residiendo entre Madrid y Sobrón, nacieron sus tres hijos Ángel, Natividad y José Luis. En el nefasto verano de 1936 se cerró el balneario y tras la guerra se instalaron en Vitoria. Allí, Pepe trabajó como encargado de la conocida Pastelería Goya, y poco tiempo después se trasladaron a Donostia, a otra famosa pastelería y turronería, 'La Valencianeta' de la familia Picó.
En 1943, Pepe abrió un horno de bollos y tostador de frutos secos en la c/ Idiáquez 4. Eran tiempos de escasez, cartillas de racionamiento, pan negro de ínfima calidad y precios controlados. Mucho trabajo y muy poco beneficio. Pero también eran tiempos de estraperlo y contrabando, y no pocos panaderos conseguían harina para hacer pan blanco y venderlo de 'extranjis' a quienes pudieran pagarlo, corriendo, eso sí, el riesgo de multas, cierres del horno y calabozo. Así le sucedió a Pepe en dos ocasiones.
Pepe falleció en 1948 y fue entonces cuando Hortensia, bien aconsejada por su yerno el abogado Ramón Iruretagoyena, abrió la Pastelería Izar, en la c/ Mayor 2, tomando el traspaso de otra anterior que pertenecía a Juan José Ganzarain y que se remontaba a los años 30.
- Fundado en 1848 por Hortensia Izar.
- Han trabajado tres generaciones de la familia
- Tuvieron gran fama sus croissants rellenos de chocolate a finales de los 60.
- La pastelería cierra en enero de 2020 pero el obrador de Izar seguirá abierto.
La pastelería fue una tarea de toda la familia en equipo al que se sumó una hermana de Hortensia venida de Madrid, la 'tía Lola', como le llamaba cariñosamente la clientela. Lola trabajaría en Izar hasta los 83 años de edad.
Como encargado del obrador de Idiáquez 4, contrataron a Sebastián Merino, un excelente pastelero que había sido aprendiz de Pepe en la Valencianeta. Sebastián fue quien enseñaría el oficio a los hijos de Pepe, Ángel y José Luis Martín Izar. Más tarde, Sebastián se marcharía a trabajar a Francia para volver con gran experiencia, y tras pasar por las pastelerías Dover y Rich, fue nuevamente 'fichado' por Izar, donde permaneció hasta su jubilación.
En 1960 José Luis Martín Izar se casó con Arantza Estala, quien también se incorporó al equipo de la pastelería hasta su jubilación. Fue a finales de aquella década cuando comenzaron a elaborar los croissants rellenos de chocolate. Fueron los primeros de la ciudad en hacerlos, y para muchos donostiarras que íbamos a los cines Petit Casino y Principal, era imprescindible antes de entrar, comprar en Izar un croissant con chocolate y una bolsita de caramelos de 'a duro'.
En 1972 Izar amplió el establecimiento al ocupar el local contiguo de la cafetería La Granja, en la esquina con Embeltrán, y así se ha mantenido hasta ahora.
La saga de los pasteleros de Izar continuó con José Luis e Íñigo Martín Estala que también se habían formado con Sebastián, si bien José Luis prosiguió sus estudios en la escuela Sáper de León, donde aprendió fórmulas como las empleadas en las exquisitas pastas que elaboran.
En 1978 entró a trabajar, con sólo 14 años, Miren Beldarrain, que con el tiempo se casaría con José Luis. Tras la jubilación de los padres, fueron éstos junto con su hermano Íñigo, quienes continuaron la frente de la pastelería y del obrador que se trasladó al Polígono 27 de Martutene.
Con siete décadas de historia, la pastelería Izar, es después de Otaegui, la más antigua de la ciudad. Sus excelentes pastas, el delicado 'Financier', la 'tarta Gorbea', la 'Herradura' y la 'Alpargata' de hojaldre o el 'Gâteau Basque' que Sebas trajo de Iparralde, son sus especialidades que todavía podremos disfrutar hasta principios de enero de 2020. Entonces, el local unido al del también cerrado Café Barandiarán, se convertirá en un nuevo establecimiento hostelero.
Izar no se 'apaga' del todo. José Luis e Íñigo Martín seguirán al frente del obrador preparando sus especialidades, por encargo. No perdemos la esperanza de que la pastelería, en un futuro, pueda resurgir en otro lugar. Muchos 'goxotzales' lo agradeceríamos.
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