Los cuarteles y el derribo de la cárcel abren la puerta a 4.000 nuevas viviendas en el Urumea

El desbloqueo de la construcción de la nueva prisión y el acuerdo para trasladar a los militares refuerza la vega del río como eje principal de desarrollo de la ciudad

Aingeru Munguía

San Sebastián

Miércoles, 23 de diciembre 2020, 06:26

«El desarrollo residencial que se produjo en la zona oeste de la ciudad con la construcción de Venta Berri, Lorea, Errobaturu y que ahora ... se completará con El Infierno es lo que va a vivir la vega del Urumea en la próxima década». El pronóstico de los responsables del Departamento municipal de Urbanismo sobre la zona sur del municipio se explica por las previsiones residenciales del Plan General de Ordenación Urbana y los recientes anuncios de construcción de la nueva cárcel y el traslado de los cuarteles militares, dos operaciones que van a dejar el campo abonado para que el Ayuntamiento consolide este ámbito entre Loiola y Martutene como el principal eje de desarrollo de la ciudad con la edificación aproximada de 4.000 nuevas viviendas.

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El Urumea ya era el espacio donde tenían puestos sus ojos los planificadores urbanísticos, pero el sorpresivo acuerdo para que la ciudad se haga el año que viene con las 17 hectáreas de los cuarteles da una nueva dimensión al río. «Va a ser una ciudad dentro de una ciudad», dijo la concejala Nekane Arzallus (PNV) y no es para menos, sobre todo si tenemos en cuenta el desarrollo de toda la cuenca fluvial hasta Astigarraga. Para que nos hagamos una idea las 4.000 viviendas que se construirán es dos veces Riberas de Loiola.

La materialización de todos los proyectos a buen seguro que se dilatará una década como mínimo. Hay desarrollos que están maduros como el de Ciudad Jardín, a la que solo falta la aprobación definitiva del Programa de Actuación Urbanizadora (PAU). Este proyecto trata de combinar las villas familiares que caracterizaron el ámbito (se consolidan 55 viviendas) con una urbanización de la zona a la altura de los tiempos, 292 nuevas viviendas, equipamientos públicos y deportivos y una nueva trama de viales que permita lograr una continuidad urbana entre Riberas y Loiola.

Finalizada la primera fase de Txomin Enea quedaba la incógnita de cuándo se derribaría la cárcel, en cuyos terrenos está prevista la segunda fase residencial. Con el concurso de obras en marcha para construir el nuevo penal en Zubieta, el Ayuntamiento se ha puesto manos a la obra para tenerlo todo listo dentro de 28 meses cuando salga de la vieja prisión el último recluso.

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Arzallus explicó que hasta entonces hay que aprobar el PAU de Txomin II, el proyecto de urbanización y el de derribo. Además, el Ayuntamiento previsiblemente sacará las obras a concesión, como hizo con la fase I, para que una o varias constructoras acometan los trabajos a cambio de quedarse con los derechos urbanísticos de las viviendas libres. Para que esta operación saliese adelante en la primera fase y los precios de las viviendas resultasen interesantes para los compradores, el Ayuntamiento tuvo que poner 10 millones de euros de contracanon, además de pagar importantes cantidades de dinero por hacerse con la titularidad de los terrenos. Esta última carga se la va a ahorrar la administración municipal en la segunda fase de Txomin porque los terrenos de la cárcel son suyos, con lo que una vez se edifique la nueva prisión en Zubieta y se desafecte la parcela de Martutene de los usos penitenciarios se podrá proceder al derribo para dar paso a las 359 viviendas previstas.

A continuación de esta parcela, a ambos lados del vial que llega hasta el polígono 27, está prevista la construcción de 471 nuevas viviendas en el ámbito conocido como Antzita, con el plan especial de ordenación urbana ya aprobado definitivamente.

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En el casco de Martutene están aprobados de forma inicial las modificaciones de plan general para levantar 14 nuevos pisos libres en la zona de la gasolinera y 41 en Portutxo. Pero donde las previsiones han dado un vuelco es en Sarrueta (campo de fútbol). Si en el actual PGOU estaba previsto un desarrollo de 690 viviendas y 30.000 m2 de usos terciarios, en la revisión del Plan General se incluirán 1.080 viviendas y una reducción sustancial de suelo terciario. Si a todo ello le sumamos la primera estimación para edificar alrededor de 1.700 viviendas en los terrenos de los cuarteles sale una cifra de 4.000 nuevos pisos en la vega del Urumea.

La travesía de Loiola pudo haberse quedado con un carril por sentido

La creación futura de un nuevo barrio en la margen derecha del río, en los terrenos que hoy ocupan los cuarteles de Loiola, invita a pensar en las nuevas conexiones viarias, peatonales y ciclistas que se deberán trazar y los nuevos puentes a construir. Un desarrollo de estas dimensiones obliga a repensarlo todo, cuando precisamente la travesía de Loiola se encamina a ser un espacio más peatonal y con menos asfalto. Las actuales obras dejarán los antiguos cuatro carriles en tres. Aunque la calzada se pudo haber quedado en dos (uno por sentido) si Movilidad no llega a cambiar el resultado del acuerdo alcanzado entre Gobierno Vasco y vecinos.

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