Condena para el pirómano de las motos
Un juez imponen 16 meses a un afgano que mantuvo en jaque a la Policía en Donostia | El acusado actuó de forma «incívica», en venganza porquela Diputación lehabía retirado unaayuda económica
El pirómano que durante meses se dedicó a quemar motos en Donostia ya tiene sentencia. Un juzgado de San Sebastián le ha impuesto ... dieciséis meses de prisión y la obligación de indemnizar a cuatro perjudicados, si bien los cuerpos policiales que investigaron los hechos tienen la fundada sospecha de que el mechero del encausado estaba detrás de otras muchas acciones sinilares.
El acusado es un ciudadano afgano, Farid A., que en 2016 mantuvo en jaque a la Guardia Municipal y Ertzaintza. Ambos cuerpos llegaron a desplegar dispositivos para dar con este individuo que se había obsesionado en quemar motos que permanecían estacionadas en la vía pública.
Farid tenía su campo de operaciones centrado en el barrio de Gros, sobre todo en el calle José María Soroa. En sus poco más de trescientos metros de longitud de esta vía se contabilizaron tres ataques que calcinaron una treintena de vehículos. El mayor ataque se produjo el 6 de septiembre. Entonces ardieron trece motocicletas. Un mes antes, el 25 de agosto, otro hecho similar destruyó once más.
Pero ¿por que lo hacía? La sentencia ahora dictada de conformidad por el Juzgado de lo Penal número 2 de Donostia señala que el «incívico» comportamiento del acusado era su manera de protestar después de que la Diputación le hubiese retirado una ayuda económica.
El acusado fue arrestado el 4 de octubre. Aquella madrugada, después de varias semanas sin dar señales de vida, el acusado volvió a la carga. Pero esta vez, las cosas no le fueron nada bien. Su plan fracasó y fue arrestado después de prender fuego a cuatro motos. La Policía halló en su poder una botella con gasolina y dos mecheros. El combustible lo había adquirido a las 13.30 horas, en la estación de servicio situada en el paseo de La Zurriola.
Huida en bicicleta
El dispositivo policial que posibilitó el arresto comenzó en torno a las cuatro de la madrugada. La Ertzaintza y la Policía local fueron alertadas de la existencia de un incendio en la calle Extremadura, en el barrio de Intxaurrondo. Los informantes advirtieron de que varias motocicletas habían ardido como consecuencia de un fuego que habría sido provocado de forma intencionada.
Agentes de la Guardia Municipal se desplazaron al lugar y pudieron recibir una descripción del presunto autor de los hechos. Se trataba de un varón de mediana edad que se desplazaba en bicicleta y que tras prender los vehículos se habría dirigido hacia el barrio de Gros.
Desde el Centro de Coordinación de la Ertzaintza se procedió a transmitir la información a todas las patrullas de servicio en la ciudad. Al poco de recibir la comunicación, una de las unidades policiales detectó la presencia del sospechoso cuando circulaba por la avenida de Navarra.
Sin embargo, aun cuando los agentes estaban en disposición de proceder a su detención, la localización de otra motocicleta envuelta en llamas en la misma avenida, a la altura de la calle Marino Tabuyo, les obligó a atender primero la emergencia. Los agentes sofocaron el fuego con el extintor que llevaban en la propia dotación.
Minutos después, otra patrulla de la Policía interceptó al presunto autor en la calle Bermingham. En el momento de su identificación, los ertzainas le ocuparon la botella con gasolina y dos mecheros. Agentes de la Guardia Municipal confirmaron posteriormente que se trataba de la misma persona que habían visto tras el incendio de Intxaurrondo.
El sospechoso fue detenido bajo la acusación de un delito de daños por incendio. El arrestado estaba también siendo investigado por la Ertzaintza por un incendio intencionado registrado a finales de mayo en un piso de la Parte Vieja donostiarra, donde residía de forma ilegal. El fuego se produjo el mismo día en el que el ahora detenido debía abandonar la vivienda, lo que en su momento llevó los investigadores a sospechar que se trataba de un acto de venganza contra el propietario del piso.
El magistrado Santiago Romero señala que los hechos son constitutivos de un delito continuado de daños por el que le sentencia a dieciséis meses de prisión.También le condena a indemnizar a los cuatro titulares de las motos que quemó la noche en la que fue detenido
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