El Ayuntamiento de Donostia busca fórmulas para que los niños reciban a Olentzero y los Reyes Magos

Las Navidades están a la vuelta de la esquina y la crisis sanitaria obliga a repensar las fiestas. Este año no habrá desfile de Olentzero ni cabalgata de Reyes Magos, dos decisiones «obvias» que seguían pendientes de la confirmación oficial. Eneko Goia anunció ayer ambas suspensiones tras la Junta de Gobierno Local, pero dejó una puerta abierta a la ilusión de los niños donostiarras.

El Ayuntamiento de San Sebastián trabaja ya en soluciones alternativas para que los más pequeños puedan ver a los personajes navideños, siempre en un entorno seguro y cumpliendo las restricciones impuestas por la pandemia. El alcalde no quiso entrar en detalles porque todavía no hay nada cerrado al respecto, pero sí avanzó una pista: «Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña».

Las interpretaciones a las que se presta esta frase son varias y parecen hacer referencia a que serán Olentzero y los Reyes Magos quienes se acerquen a los niños y no al revés. Partiendo de esta premisa, las posibles soluciones serían visitas a los diferentes barrios con acceso limitado y controlado a recintos como casas de cultura, recorridos en coche descapotable como los que ya se vienen realizando en años anteriores –pero en esta ocasión con el público en los balcones– o retransmisión en directo vía internet o televisión de una recepción en el Salón de Plenos del consistorio con presencia física de unos pocos afortunados. Estas u otras fórmulas a estudio por los responsables de Donostia Festak deberán ajustarse a las exigencias de la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno Vasco, que prohíbe las multitudes y reduce los aforos.

Aunque Goia no quiso concretar en qué se está trabajando, sí garantizó que la parte de la actividad de Olentzero y Reyes Magos que se logre mantener o adaptar a las circunstancias actuales se realizará «de forma segura» y tranquilizó a los niños prometiendo que tanto el carbonero como Sus Majestades de Oriente «van a estar entre nosotros».

El reto de los técnicos municipales es acertar con las alternativas que permitan mantener la ilusión por la llegada de estos personajes sin poner en riesgo la salud, por lo que en cualquier caso se tratará de actividades que no generen «aglomeraciones de público en un punto concreto», según explicó el regidor jeltzale.

La otra gran celebración de diciembre, Santo Tomás, tampoco tendrá lugar este año. Tal y como están las cosas, es «imposible» que la feria pueda desarrollarse con normalidad, ya que por sus características es un foco de atracción de multitudes.

A diferencia de lo que ocurrirá con la Tamborrada, para la que se busca un acto «simbólico» que impida que el 20 de enero se pierda en el calendario, en el caso de Santo Tomás resulta «difícil» proponer alternativas con encaje en la normativa sanitaria vigente.

«En esa jornada se junta mucha gente y, por sentido de la responsabilidad, la decisión de no hacer nada está prácticamente tomada. Me temo que este año no toca», concluyó el alcalde.