La primera matriculación de un automóvil en Donostia, hace 115 años
1901. Un Renault del marqués de Rafal y un Panhard de Leonardo Santos fueron los primeros en circular
mikel g. gurpegui
Domingo, 29 de mayo 2016, 09:24
¿Cuáles fueron los primeros automóviles que se vieron por las calles donostiarras? Lo recordamos, que tiene doble salto: retrocedemos a febrero de 1946, pero para leer un completo artículo en la última página de DV en el que Ángel Azcona desarrollaba "Viejos recuerdos del automovilismo guipuzcoano". Y con él haremos otro retroceso hasta 1901, cuando nuestros antepasados se sorprendieron ante la primera visión de aquellos ruidosos cacharros.
Publicidad
"El día 10 de agosto del año 1901 se matriculó en San Sebastián el primer automóvil nos informaba Azcona. Su dueño era el marqués de Rafal y el vehículo, un "Renault" que atronaba las tranquilas calles del pueblo con las explosiones de su infernal maquinaria".
"La aurora del siglo anunciaba con el trepidar de sus caballos mecánicos el principio del fin de la hegemonía del noble cuadrúpedo, seriamente dañada ya por el ferrocarril. Daba comienzo el reinado de la velocidad, con sus trágicas piruetas, ofrenda obligada de todo progreso en un mundo que se alzaba contra la marcha lenta de la vida para llegar a la existencia cronométrica".
Citando a Gil Baré, recogía el reportaje de 1946 el listado completo de los primeros automóviles y automovilistas de nuestra ciudad.
"Al coche del marqués de Rafal siguieron los diez primeros por este orden: "Panhard", de don Leonardo Santos; "Renault", de don Raimundo Chávarri; "Clement", del marqués de Valdefuentes; "Dietrich", del barón de Monte Villena; "Panhard", de don Francisco Luzuriaga; "Panhard", de don Javier Bermejillo; "Clement", de don Juan Córdoba, y "Phebres", de don Luis Elizalde".
Porque se repetían algunas marcas, que si no más bien parecían nombres de caballos que de los primeros automóviles conducidos por aquellas personalidades de la aristocracia. En aquellos comienzos del siglo XX, nos cuenta Ángel Azcona, "el coste del coche venía a ser aproximadamente de unas treinta mil pesetas y el de los neumáticos de sesenta duros. La gasolina se pagaba a 0,75 céntimos los cinco litros, ¡vaya ganga!, pero en cambio el renglón de gastos por reparaciones y cubiertas ascendían astronómicamente".
Publicidad
"Las llamadas entonces carreteras constituían por regla general una carrera de obstáculos y en ciertas ocasiones era más prudente optar por el campo llano. El polvo de las rutas y las rehatas de mulos eran asímismo peligro para los intrépidos viajeros".
Los primeros automovilistas tenían un espíritu deportivo que les hacía participar en carreras organizadas en Francia y España donde medir las prestaciones de sus precarios bólidos. "Muy pronto, el volante contaba en Donostia con legión de admiradores que en caravana organizaban temerarias excursiones. De aquí salieron el año 1907 varios coches en dirección a Dieppe, donde se celebraban las primeras carreras. En un "Fiat", 40 H.P. con motor sin bujías que alcanzaba los 105 kilómetros por hora, se trasladaron a la citada villa don Ramón Irazusta y su hijo". Contaron "la friolera de trece reventones".
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión