Un estudio externo buscará soluciones al acceso de los taxistas a la parada de Atotxa

El pulso entre los taxistas y el Ayuntamiento por el acceso a la parada de la nueva estación de autobuses continúa. El asunto no se resolvió en los meses previos a la inauguración de la intermodal y una vez abierta el gobierno municipal ha decidido encargar a una consultora que le dé una vuelta a la cuestión para ver si existen alternativas no barajadas hasta la fecha.

Los taxistas han terminado utilizando en Atotxa la parada de la estación ferroviaria, ampliada ahora con un carril de espera en la acera opuesta. Es la solución que consideraron 'menos mala' entre todo lo que les ofreció el Ayuntamiento durante el proceso de diseño de la urbanización de la estación de autobuses. Lo que el sector descartó de plano fue la opción de disponer de una parada en la primera planta del parking subterráneo ubicado bajo las dársenas, donde se dispondrían 15 plazas reservadas para dejar y coger viajeros.

Los taxistas necesitan de una zona de llegada y salida de los vehículos libre de todo impedimento y la eventualidad de tener que hacer cola con el resto de coches que entran o salen del parking les hizo rechazar esta alternativa. Además, el parking de Atotxa solo tiene salida hacia el Paseo Federico García Lorca lo que penalizaría severamente a los clientes que quisieran ir a Gros, Egia, Parte Vieja o al Centro de la ciudad. Esta es una cuestión fundamental para el servicio de taxi, el poder llegar a la parada de Atotxa desde el puente de Santa Catalina pero también desde el puente María Cristina y que a la hora de salir de la parada el taxista pueda optar por este último puente, para ir rápidamente a un destino del centro de la ciudad, o continuar por Federico García Lorca.

Salida limpia

Con la actual parada de taxis ubicada junto a la estación ferroviaria los taxistas disponen de una salida limpia en cualquier dirección, pero la entrada solo se puede hacer por el paseo de Francia (puente Santa Catalina) al rechazar el Ayuntamiento un acceso desde el final del puente María Cristina mediante un giro a la izquierda hasta el carril de espera construido en la actual parada. Esto hubiera solventado los problemas de los taxistas, pero el Departamento de Movilidad lo descartó porque los taxis podrían provocar retenciones en este sensible nudo de tráfico.

La concejala de Movilidad, Pilar Arana, explicó que se ha contratado la realización de un estudio de alternativas con una consultora externa «para ver si desde fuera, al margen del Ayuntamiento y de los taxistas, ven alguna solución que no hemos advertido en estos meses y nos ayudan a solucionar el problema». En su día, los técnicos del Departamento de Movilidad también descartaron, por falta de espacio físico, la realización de una mini rotonda en este punto para regular el acceso de los taxistas al carril de espera. También se descartó dejar que los taxis accedieran a la planta de las dársenas de autobuses. Arana es consciente de que las alternativas son escasas, pero «no hemos querido dejar pasar la oportunidad de que alguien nos ilumine con algo con lo que quizás no hemos contado». Si este estudio tampoco aportara soluciones satisfactorias, la concejala no descarta incluso volver a estudiar la propuesta original del sector del taxi de permitir ese giro a la izquierda desde el final del puente María Cristina.

Los taxistas, de momento, se conforman con el mal menor y subrayan nuevos problemas surgidos con la apertura de la nueva estación de autobuses. «No hay señalización que indique a los viajeros que llegan en autobús por dónde hay que salir o dónde está la parada de taxi», explica el presidente de Radio Taxi Donosti, Joxean Loza. En la actual parada, «si un cliente sale del coche por la derecha se encuentra con el carril de circulación», añadió Loza. La novedad de contar con un carril de espera, en la acera opuesta a la de la parada de taxi, no ha debido ser explicada a los agentes de Movilidad que controlan la zona porque «algún agente ha estado a punto de multar a un taxista por ocupar esa zona creyendo que era un espacio peatonal», cuando es de coexistencia y está diseñado para que los taxis hagan cola antes de entrar a la parada propiamente dicha.