La reurbanización de Tabakalera obligará a cerrar el pasadizo de Egia todo el mes de julio

El pasadizo subterráneo de Egia comienza su transformación en el marco de la reurbanización del entorno de Tabakalera. Las obras comienzan mañana y van a tener en jaque a los usuarios de esta vía de comunicación peatonal entre Egia y el centro de la ciudad. Durante las cinco primeras semanas habrá todavía un acceso desde Blas de Otero al pasadizo, pero desde finales de junio el cierre de este paso será total.

Los trabajos se enmarcan en las obras que van a transformar toda la superficie alrededor del Centro Internacional de Cultura Contemporánea, 7.661 m2 de nuevos espacios libres que transformarán urbanísticamente la parte baja de Egia. Sobre todo si se incluye la reforma que también se va a acometer en la plaza Blas de Otero.

La fachada norte de Tabakalera va a vivir su particular 'caída del muro' -desaparece la pared que rodeaba la finca del edificio industrial- lo que va a permitir generar una nueva plaza en uno de los extremos del pasadizo de Egia -de nombre Nestor Basterretxea- con una anchura que pasará de 7 a 18 metros y que será a futuro la principal puerta de entrada al centro cultural.

Esta superficie no solo ganará en anchura sino en iluminación. Los 50 metros finales/iniciales del pasadizo subterráneo perderán la actual cubierta, serán a cielo abierto, lo que cambiará totalmente la perspectiva del peatón al transitar por la zona.

La siguiente transformación será la del trazado de este paso soterrado que perderá su línea curva para hacerse recto. Estas son las obras que comienzan a ejecutarse mañana, que van a obligar a realizar desvíos durante varias semanas y que llevarán al cierre total durante el mes de julio. Para efectuar esta modificación del trazado es necesario primero demoler la pared curva y después eliminar el forjado que forma el techo de estos metros finales del pasadizo.

Desvío provisional

A partir de mañana se cerrará el acceso al pasadizo desde Egia, pero se podrá acceder al mismo por la plaza Blas de Otero, bordeando el edificio de Duque de Mandas 36-46 y bajando por la rampa que desciende en paralelo a las vías del tren. El paso desde el puente María Cristina hacia Egia, también será por este trazado alternativo, que se mantendrá todas las semanas que la marcha de las obras lo permitan. Las estimaciones de la dirección de obra son que a finales de junio habrá que cerrar definitivamente todo el pasadizo para acometer la segunda fase de la obra. A partir de entonces la comunicación peatonal entre Egia y el Centro se deberá realizar por la plaza Teresa de Calcuta (nuevos Juzgados) hasta que acaben las obras en agosto.

Estos trabajos y los que se realizarán en los próximos meses en los metros finales/iniciales del otro extremo del pasadizo (el que da acceso al puente María Cristina) cambiarán por completo la sensación de quienes transiten por el futuro paso. En los metros finales del acceso al paseo de Francia una de las paredes laterales del pasadizo será una mampara de cristal que dará acceso a las dársenas de la estación de autobuses de Atotxa, un ámbito iluminado con luz natural gracias a una claraboya central lo que modificará también la percepción de los usuarios del pasadizo.

Punto negro

El paso subterráneo actual es curvo y tiene una distancia de 155 metros, lo que le ha distinguido como uno de los principales puntos negros en materia de seguridad del municipio. A futuro, el trazado será recto, tendrá 50 metros más a cielo abierto en la parte de Egia y 34 metros con luz natural en la entrada desde Atotxa. Solo permanecerá sin luz natural el tramo que se desarrolla estrictamente bajo las vías de la Estación del Norte (alrededor de 70 metros) y que permitirá a los viandantes ver la luz de un acceso desde el inicio del tránsito en el otro.