Orio vuela y Donostiarra es descalificada

Por tercer año consecutivo Orio volvió a reinar en sus aguas. Lo hizo con la autoridad que acostumbraba, lejos de las apreturas de este verano. Sacó brillo a la San Nikolas después de un sábado complicado y, tras el descalabro de Donostiarra, emerge como el gran rival de Donostia Arraun Lagunak, que ayer no pudo estar cerca de las aguiluchas, pero que salvó la regata con un segundo puesto que le permite mantener los tres puntos de ventaja que tenía tras ganar en Bilbao.

Pero, ¿qué le pasó a Donostiarra? Pues que cometió un grave error y que además se dieron una serie de circunstancias que jugaron en contra. Fue una mezcla de torpeza y mala suerte que probablemente le haya costado pelear por el título.

Sucede que por reglamento, las patronas que no alcanzan los 50 kilos están obligadas a llevar «una sobrecarga» hasta alcanzar dicho peso, que «se situará en la embarcación lo más próximo posible a la patrona». Nerea Pérez es una de las pocas que no llega a esos 50 kilos y está por tanto obligada a llevarlo. La primera circunstancia adversa es que ayer las patronas no tuvieron que someterse al pesaje y que se dieron por buenos los del día anterior en Bilbao, por lo que Nerea no pudo percatarse de su olvido, así que patroneando la Bantxa acudió a la línea de salida. Fue a falta de unos tres minutos para el inicio de la tanda de honor cuando los jueces, que pueden solicitar que se muestre esa sobrecarga en cualquier momento, pidieron ver el lastre. Y fue ahí cuando a la patrona de Donostiarra se le vino el mundo encima. Rápidamente Rufo Urtizberea, el técnico de Donostiarra, salió raudo en su motora en busca de la pieza, pero el segundo y tercer problema es que quedaba muy poco tiempo para el inicio y que en Orio la zona donde se sitúan los equipos no está cerca de la salida, por lo que era imposible estar lista para el inicio de la regata, así que la tanda de honor arrancó sin la Bantxa, que fue descalificada y por tanto no sumó puntos. ¿Adiós a la Liga? Seguramente.

Tolosaldea había marcado el mejor tiempo en una primera tanda que fue un monólogo de las de Ramón Erostarbe, de nuevo con Izaro Lestayo en la popa. Su tiempo fue muy competitivo y aunque no inquietó a Orio, sí lo hizo a Arraun Lagunak, que solo aspiró a la bandera hasta el inicio del largo de vuelta, cuando se descolgó de las oriotarras definitivamente y su pelea pasó a ser superar el crono de Tolosaldea, lo que consiguió por poco más de un segundo.

A Patxi Francés, que introdujo seis cambios en sus tostas, cuatro de ellos en la banda de babor, la jugada le salió perfecta y la San Nikolas recordó a la trainera campeona del pasado año. Y puede que como el pasado verano la Liga, a partir de ahora, sea cosa de dos.

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