Zierbena canta victoria con el acordeón
Los galipos sacan rédito a la corriente del Ibaizabal para batir desde su serie a Hondarribia, que ganó la tanda de honor a Santurtzi y Orio, que tocaron palas
La fuerte corriente del Ibaizabal escenificó el galimatías esperado entre las traineras por hacerse fuertes en caso de remar en la calle buena o por ... salir de su jaula en el caso contrario. Nada que objetar al triunfo de Zierbena, que con un estratosférico 19:06.74 se adjudicó la XLI Bandera de Santurtzi, tras hacer valer el mejor andén este sábado, el cuarto, y también la mayor fuerza de la ría durante la segunda tanda, en la que encontró una autopista hacia el cielo.
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El lío vino después en la tanda de honor, donde saltaron chispas entre Hondarribia, Santurtzi y Orio, que bogó en medio de verdes y morados, que lógicamente acosaron a los aguiluchos para salir de sus calles en busca de la mayor o menor fuerza de la corriente, según les conviniera.
El gato al agua se lo llevó la Ama Guadalupekoa, que por la calle cuatro (o cinco) fue un sputnik durante los tres minutos que suponía completar el último largo -de solo 832 metros- para remontar a las otras dos embarcaciones, que habían girado dos segundos antes. Tras la ciaboga, la Sotera salió directa a estribor hacia la calle cuatro, donde se topó con la San Nikolas.
Ambas embarcaciones llegaron a tocar palas «un par de veces», tal como aseguró en ETB1 el técnico aguilucho, Jon Salsamendi. «El juez nos ha reconocido que ha visto el toque, pero que ha decidido no intervenir porque a su juicio no ha tenido incidencia en el resultado de la regata. Está claro que incidir ha incidido, porque dos remeros han perdido la palada dos veces. Lo que no sé es cuánto ha incidido, pero el juez debió mandar a babor a Santurtzi. Nosotros tampoco íbamos por nuestra calle, pero no teníamos escapatoria al tener a estribor a Hondarribia», que lindaba en la cinco.
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La delegación aguilucha tenía previsto presentar una impugnación esta mañana. En caso de prosperar, Santurtzi recibiría una sanción de tres segundos que le costaría el tercer puesto en favor de los amarillos.
Si el campo del Ibaizabal es propicio a este tipo de situaciones por la importancia de la corriente y la menor anchura de sus calles, lo es mucho más cuando cuatro traineras se están jugando la Liga Eusko Label en las seis últimas regatas y, además, tres son en estas aguas. Urdaibai se descolgó un poco este sábado, al tocarle en desgracia la calle uno, por la que fue incapaz de optar a vencer la tanda. Al menos, la marea se acercaba a su pleamar, con lo que la corriente ya fue menor y pudo obtener un quinto puesto que no fue tan malo. En peores condiciones bogaron Kaiku y Donostiarra por ese primer carril, y lo acusaron. Los sestaoarras llegan hoy a su regata con un pie en la ARC1, a 15 puntos del play-off que ahora mismo marca Ares.
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Un guion de carrerilla
Zierbena se sabía de carrerilla el guion de la regata y lo recitó a las mil maravillas. Apretó los dientes en los tres minutos iniciales, cuando no podía sacar rédito a la corriente hasta la ciaboga, y metió el turbo en los 1.900 metros que disfrutó después bien protegida por la orilla getxotarra.
Por el otro extremo, Donostiarra-Amenabar lo intentó todo. Hasta irse de la calle uno a la cuatro. Pese a recorrer más metros, le compensó a la Torrekua para amortiguar el golpe montada en la ubera de Cabo. Ajenos a todo, los galipos llegaron con tal ventaja a la ciaboga, que desde su andén pudieron abrir el fuelle del acordeón en el que se convirtió la regata para irse al centro del Ibaizabal, donde el empuje de la corriente les llevó en volandas.
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En ese tercer largo llegó la descalificación de Cabo, que pareció tan justa como surrealista. Tras colarse en la calle de Donostiarra, el juez comenzó a advertir a los gallegos con la bandera blanca. El joven Manuel Triñanes, líder de la clasificación de patrones, no pareció enterarse. Le mostraron la amarilla, que suponía ya una sanción de tres segundos. Pero ni por esas reaccionaron. Al final vieron la verde ante la sorpresa y la indignación del equipo.
A la conclusión de la segunda tanda, la corriente ya había perdido brío. Pronto se reflejó en el cronómetro, aunque quizá no cabía esperar semejante actuación de Santurtzi. Y menos cuando a los seis minutos cedía siete segundos respecto a GO fit-Hondarribia y Orio, con Urdaibai a ocho. Viendo el desarrollo de las otras tandas, y con la ría y el viento en contra, pareció milagroso que los cuatro botes llegaran en cuatro segundos a la segunda ciaboga. Pero lo hicieron.
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El tercer largo fue no apto para cardiacos. Exigió temple. De los remeros, los patrones y los jueces. La Bou Bizkaia cedió, pero las otras tres estuvieron entre las calles dos y tres toda la recta. Orio se las vio primero con Santurtzi. Después sintió la presencia de Hondarribia por el otro lado. Las tres se alternaron en la proa, pero la bandera ya volaba como una cometa hacia Zierbena. La txanpa final, apoteósica, conllevó la remontada de Hondarribia por su carril de aceleración, que buscó Santurtzi pero no encontró el permiso de Orio. En medio del bocadillo, la San Nikolas fue devorada por ambos costados ante la mirada del juez.
Zarautz sigue firme
En la primera tanda, la tripulación de Zarauz-Babyauto fue agradecida con la fortuna. Le tocó la mejor calle, y la supo convertir en extraordinaria. Llegó a la primera ciaboga cinco segundos por detrás de Ares y Kaiku, que iban por las calles interiores, pero en cuando dio la vuelta solo necesitó de medio minuto para mostrar la proa de la Enbata, que firmó un notable 19:32. Los zarauztarras arrebatan la novena plaza a Ondarroa y se acercan a dos puntos de la octava de Lekittarra. Pero todo pasa por tener suerte hoy (12.00) de nuevo en Portugalete, en la Bandera de Sestao.
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