Los exámenes finales, en septiembre

La vigésima temporada de la Liga ACT ha llegado a su fin con Urdaibai coronado como campeón tras una dura pugna con Hondarribia. Pero, como en cada edición, ha habido más de un triunfador y también más de una decepción. Ha sido la Liga Eusko Label del reencuentro con los aficionados tras dos años de pandemia, un campeonato que ha respondido a las expectativas, que ha ofrecido un muy buen nivel, espectáculo y las dosis justas de polémica. El abordaje de Ares a Cabo en Orio, la baliza rota en Zarautz, la alineación como canterano de Iker Imaz en Donostiarra o la utilización de la 'piel de tiburón' por parte de Urdaibai y Hondarribia en Ares y Boiro han salpicado a una competición a la que la próxima temporada se sumará Samertolameu en sustitución de la descendida Ares. Ahora es el momento de los exámenes finales.

Urdaibai no defrauda. Tras sus deslumbrantes refuerzos invernales llegados desde Santurtzi, era la gran favorita. En esto había unanimidad y no ha defraudado ya que lo ha ganado todo: los campeonatos de Bizkaia y de Euskadi, la Bandera de La Concha y la Liga Eusko Label, competición en la que su irregularidad inicial le pudo costar el título. Ha logrado su récord de puntuación (218), superando los 216 de 2016, aunque entonces disputó una regata menos.

Hondarribia, de nuevo al poste. Ha sumado su séptimo subcampeonato consecutivo, logrando la segunda mayor puntuación de su historia (215) solo por detrás de los 217 de 2015 conseguidos con una regata menos. Ha sido la gran rival de Urdaibai, la que más banderas ha ondeado (8) y solo su error en Getaria le ha privado de ganar su cuarta Liga. Y todo ello con la plantilla más corta y con la lesión de un hombre importante como Urko Redondo.

Donostiarra ya está aquí. Ha sido la temporada de su confirmación definitiva entre los grandes. Ha ganado tres banderas, las mismas que en sus cuatro temporadas anteriores. Sus 200 puntos suponen un récord personal y hasta a falta de cinco regatas ha estado en la pelea por la Liga. El segundo puesto en la Bandera de La Concha fue la guinda a un gran año. Igor Makazaga ha renovado dos años más.

Orio resiste en la élite. Con una plantilla corta y golpeada por las lesiones, Jon Salsamendi, cuya renovación está pendiente, ha logrado el objetivo inicial de convertir a Orio en una trainera de tanda de honor. Ganó la primera bandera poniendo fin a 714 días de sequía y ha sumado siete puntos más que el año pasado. Por contra, solo en tres regatas logró estar entre los dos primeros.

Getaria, la revelación. Ha sido el segundo mejor debutante de la historia de la ACT tras Santurtzi, quinta también en 2018, pero con 13 puntos más. Lo ha logrado con una plantilla en la que 16 de sus 19 remeros son nacidos en Getaria y haciendo gala de una gran regularidad que le ha permitido sacarle 15 puntos a Kaiku, sexta. El cuarto puesto en Hondarribia ha sido su mejor clasificación y entrar en la tanda de honor de la Bandera de La Concha, su gran éxito. El reto ahora es mantener este bloque. Ion Larrañaga parece que sigue.

Kaiku, pasos adelante. La gran temporada de Getaria ha ensombrecido a la Bizkaitarra, la otra recién ascendida. José Luis Korta ha rotado mucho, de hecho ningún remero lo ha remado todo. Su irregularidad le ha privado de una clasificación mejor, pero en Sestao parece que van a ir en serio la próxima temporada, la de su centenario.

Zierbena, la decepción. Tenía plantilla para ser alternativa y la decepción ha sido absoluta. Séptima en Liga, no ha hecho ningún Top 3 y solo en dos ocasiones pudo ser cuarta. En La Concha no logró entrar en la tanda de honor. Obviamente, la temporada ha tenido consecuencias y Dani Pérez, entrenador de la ascendida Samertolameu, tomará el relevo de Jon Elortegi.

Cabo inicia nuevo ciclo. Tras un inicio desastroso que le llevó a ser penúltima a mediados de julio, consiguió recuperarse, logrando entrar entre las ocho mejores. Acarició la bandera en Ondarroa con su segundo puesto. La próxima temporada el exremero Diego Suárez sustituirá a Gustavo Vázquez como entrenador.

Ondarroa ganó en casa. Logró la segunda bandera de su historia y, tras estar toda la temporada peleando por evitar el descenso, consiguió su objetivo, adornado todo ello con su participación en la Bandera de La Concha.

Santurtzi salva los muebles. Era un año muy difícil. Nueva directiva, nueva plantilla, nuevo entrenador y problemas económicos que no han podido con la Sotera. Su error, no inscribirse en La Concha.

Lekittarra resiste. Parecía fuera de peligro, pero un pésimo final de temporada le condenó al playoff, de donde salió viva. La continuidad de Osertz Alday está en duda.

Ares, agur. Segundo descenso tras un verano que se torció en Orio, donde un choque con Cabo provocó su descalificación. Ya no levantó cabeza.

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