Urdaibai extrae todo su potencial

Hay quien piensa que a estas alturas Urdaibai ya tenía que haberse asegurado la Liga Eusko Label y que debería de tener unas cuantas banderas más en sus vitrinas. En verano había pocas dudas, o ninguna, cuando se preguntaba por un favorito y muchos no es que señalaran a la Bou Bizkaia, sino que añadían que tenían que ganarlo todo o que incluso iban a arrasar. El tiempo ha demostrado que en remo dos más dos no siempre son cuatro, que, como muchas cosas en la vida, todo necesita un proceso, una cocción a fuego lento que el deporte de alto nivel no concibe porque todo tiene que ser inmediato, para mañana. Pero en estas que nos encontramos ya con los niños volviendo al colegio y en el zurrón de Bermeo únicamente queda por meter la Liga Eusko Label que puede ganar dentro de una semana y que tiene bien encarrilada. Efectivamente el potencial estaba ahí, había ido saliendo a cuentagotas, y ayer, en el día marcado en rojo, afloró de forma exuberante para dibujar una regata extraordinaria que trituró las ilusiones de Donostiarra y de una Hondarribia irreconocible, a años luz de lo que es y de lo que ha sido esta misma temporada.

Así que Urdaibai ya tiene la sexta bandera de su historia por la que ha tenido que esperar seis años. Mucho tiempo, dirán algunos, para las tripulaciones que han manejado, pero lo cierto es que aquí están de nuevo.

Donostiarra fue ayer la única que consiguió estar a la altura del desafío que plantearon los de Iker Zabala. Como el domingo pasado, consiguió llegar por delante a la ciaboga, pero de nuevo en popare, y esta vez sin juez de mar de por medio, la Bou Bizkaia metió una marcha más para volver a ser divisada en lontanza por el resto de sus rivales.

Antes de llegar a la isla, Urdaibai, con los mismos remeros que el pasado domingo en sus tostas, ya manejaba dos segundos sobre la Torrekua II, cinco sobre Hondarribia y nueve sobre Getaria.

El esperado cambio de ritmo de la Ama Guadalupekoa no llegaba y superado el Aquarium se encendió la luz de alarma en la motora de Mikel Orbañanos e Iñigo Vertiz, no en vano la desventaja alcanzaba ya los siete segundos que, unidos a los siete del primer domingo, comenzaban a convertir la conquista de la Bandera de La Concha en una utopía.

Getaria, como era de esperar, se fue descolgando e inició una pelea consigo mismo para no dejarse ir y terminar con un buen sabor de boca. El quinto puesto final no resta un ápice de mérito.

El tramo entre Bantxa y balizas exteriores fue el mejor de Donostiarra, su canto del cisne particular. En esos cerca de 1.000 metros finales del primer largo pasó de estar a dos segundos de Urdaibai a ciabogar con uno de ventaja. No es que hiciera soñar con la bandera, pero al menos mantenía viva la llama de la esperanza.

Pero fue maniobrar, enfilar la proa hacia la bahía y la Bou Bizkaia comenzó a volar. Unas pocas paladas situaron a los de Gorka Aranberri con dos segundos de ventaja sobre la Torrekua II. Poco antes de la isla la ventaja ya era de cinco y superada ascendía a siete.

Por detrás, Hondarribia penaba en la mediocridad veinte segundos. La decepción entre los representantes del club era total. Apenas 24 horas antes confiaban ciegamente en la remontada.

«¡Cinco minutos y bandera!», exclamó Aranberri en una de sus arengas. La verdad es que no hacía falta pedir nada porque la Bou Bizkaia iba sin frenos y completó los metros finales con el patrón zarauztarra puño en alto y con la tripulación gozando de cada palada.

Donostiarra fue segunda y logró la mejor clasificación de su historia, que no es poco. Ya solo le queda un paso más para hacer realidad su sueño.

En la primera tanda Orio ganó en el agua, pero una sanción de tres segundos tras meterse en la calle de Kaiku ya dentro de la bahía mandó a los de Jon Salsamendi a la segunda posición tras Zierberna, aunque su tiempo sirvió para superar la desventaja que tenía respecto a Getaria y encaramarse a la cuarta posición.

Dentro de siete días la temporada arraunlari habrá llegado a su fin. ¿Será capaz Hondarribia de reponerse?

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