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Take Kubo se disfraza de Cruyff
El Ajax perdona claras ocasiones y la Real reacciona de la mano del japonés para sacar la cabeza del fondo de la clasificación
A los magos no hay que entenderlos, simplemente hay que disfrutarlos el tiempo que estén entre nosotros. La Real no cuajó una buena primera parte, ... es más, el Ajax mereció adelantarse en el marcador, pero los de Imanol aguantaron de pie y con dos zarpazos de Kubo en la segunda mitad consiguieron derrotar al tetracampeón de Europa para sacar la cabeza del fondo de la clasificación de la Europa League. Anoeta por fin gozó de la noche europea que se esfumó el día del Anderlecht. Con el '14' a la espalda, Kubo se disfrazó de Cruyff ante el mismísimo Ajax para devolver la ilusión a Donostia. La Montaña Suiza vuelve a subir, veremos qué versión ofrece la Real ante el Betis el domingo en el mismo escenario. Hasta entonces hay que saborear los trucos del mago japonés y los tres puntazos.
Se preveía un partido de ritmo vertiginoso, con presión alta por parte de los dos equipos y no tantas imprecisiones, pero lo cierto es que la Real salió viva de la primera mitad pese a cometer errores en la entrega que propiciaron claras ocasiones del Ajax. Un pase de Henderson dejó en buena posición de remate a Akpom, que no encontró portería. Acto seguido un envío horizontal de Sucic metió el miedo en el cuerpo a la parroquia realista, que vio como Brobbey mandó el balón a la madera después de que Fitz-Jim resolviera mal la contra. Una vida extra.
No se encontró cómoda la Real pese a que Imanol decidiera ir con todo a la presión. Le funcionó ante Atlético y Barcelona y lo volvió a proponer ante el Ajax. Los de Farioli se encontraron el guion de partido que buscaban y tuvieron dos más antes del descanso. Hato no encontró los tres palos en una falta lateral de Berghuis y Rasmussen se topó con Remiro tras otro error en el pase, esta vez de Aguerd. Estuvieron francamente mal en ese aspecto el croata y el marroquí, pero por suerte el Ajax no aprovechó los regalos.
El Ajax se encontró con el palo y terminó cediendo ante una Real que fue a más
Las mejores situaciones de peligro realistas vinieron tras robo alto, con Aritz saltando a Hato, el lateral. Oyarzabal optó por jugar con el beasaindarra en vez de disparar en el 5' mientras que el capitán rozó el gol cien antes del descanso. Entró con decisión a un córner botado por Brais y sobre todo realizó una maniobra fantástica a pase de Becker girando sobre sí mismo, pero la velocidad de ejecución fue lentísima y en vez de rematar con la derecha no sabe ni cómo lo hizo con la izquierda. Lo mejor al descanso era el resultado y la lesión de Brobbey, que estaba volviendo locos a Zubeldia y Aguerd.
'Imanolina' al descanso
Pocos esperaban un cambio tan significativo, sobre todo con el balón en los pies, en la segunda mitad. Quizás quitar la kisscam y el sorteo de los 150€ por el mejor baile del descanso para pinchar 'house' hicieran reaccionar a una Real que bailó a lo que quiso Kubo. Sin embargo, fue impulsada por la mejoría de Brais, la entrada de Turrientes, el ímpetu de Aramburu y la fe de Barrenetxea. El nipón amenazó tras un robo alto y tuvo una clara ocasión ante Pasveer, pero el remate fue flojo y salió mordido. Si no los marca los genera.
Antes hubo que volver a darle las gracias a la madera puesto que un contragolpe bien llevado por los neerlandeses terminó con Fitz-Jim enviando otro remate al palo. Esta vez fue lejano, desde fuera del área y con la zurda. Los aficionados la vieron dentro, pero si de verdad existe algo parecido al destino éste le tenía guardada una noche bonita a la Real por todo lo sufrido.
Cuajó una segunda mitad de estrella grande dando un gol y generando otro
No trenzó el equipo ni una sola vez en la primera mitad una jugada con pases verticales que rompieran líneas, pero un dos contra uno en banda derecha de Aramburu y Kubo dejó al nipón en una posición formidable para sacar un centro con el interior de la zurda al segundo palo. Allí, a ritmo de música electrónica, apareció Barrenetxea para poner patas arriba a Anoeta.
El gol sentó fenomenal a la Real y fatal al Ajax, que pese a que está virtualmente clasificado jugó un gran partido. Sin embargo, no estaban preparados para una segunda parte asombrosa de Kubo, que se echó el equipo a la espalda para hacer el segundo y sentenciar el encuentro. El japonés fue dejando atrás defensores rivales para ejecutar un remate que pegó en Baas. Otro día el cuero hubiese terminado en el córner. No este jueves. Por fin se vuelve a hablar de fútbol y no de aficiones rivales. La Real está viva, respira y sigue creciendo pese a encajar tantos y tantos golpes.
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