La varita de Silva ya empieza a pitar

Dos décadas después de su viaje a la península, y con un porrón de títulos a sus espaldas, el mago de Arguineguín se estrenó ayer como titular con la Real en el Martínez Valero. Al canario, como es lógico, aún le queda para entonarse, pero eso no fue óbice para que en la primera parte diese una clase magistral de cómo dejar solos a los atacantes en situaciones claras. Su espectáculo arrancó en el segundo minuto con un pase filtrado en la media luna para Isak, que el sueco, con todo a favor, no aprovechó.

Imanol volvió a situarle de volante por la derecha, aprovechando su condición de zurdo para hacer daño por dentro, a la espalda de los centrocampistas rivales. Y la jugada le salió bien, porque Silva fue una pesadilla para el cuadro ilicitano, que tuvo un reestreno horroroso en la élite. Antes de que se cumpliera el minuto 20 regaló otras dos asistencias de lujo, primero a Aritz en un lanzamiento tocado de falta, y después a Aihen con un maravilloso pase de cuchara que el de Etxauri desperdició.

El ex del City, que mostró sus galones en el verde dando órdenes aquí y allá, volvió a agrietar el muro de contención rival al borde del descanso con otro servicio maravilloso desde la frontal a Portu que acabó con una virguería de Isak estrellada en el larguero. También vio su primera tarjeta amarilla al frenar con una clara falta una contra liderada por Raúl Guti.

El mal estado del césped no impidió que Silva flotase por el campo con la naturalidad que lo caracteriza. Lo más destacable de su repertorio es la habilidad que tiene para engañar a sus rivales. Lo consigue por que ve las cosas un segundo antes. Si no fuera así, cómo es posible que sea capaz de dar pases como el que dio a Andoni Gorosabel en el minuto 54, encontrando un pasillo imposible para el resto de los mortales en la banda derecha. El centro del de Arrasate lo cabeceó Merino y Badía tuvo que lucirse para evitar el gol.

El cuerpo mira a un lado pero la pierna izquierda hace otra cosa. La misma operación aunque más sencilla se repitió solo cinco minutos después. También por la derecha. Oyarzabal recogió el pase y su centro estuvo a punto de encañonarlo Aritz.

Al igual que en su estreno ante el Real Madrid en Donostia, el mago de Arguineguín anduvo cerca del gol. En la primera parte ya lo intentó con dos disparos lejanos sin peligro. Fue en el segundo acto, con el resultado a favor, cuando se quedó con la miel en los labios. En el minuto 72 recogió un rechace dentro del área, golpeó la pelota con el interior de su bota izquierda y el remate lo salvó tirándose al suelo Verdú. Era el 0-2. Ya llegará, David.

El nuevo mediapunta txuri-urdin abandonó el terreno de juego en el minuto 78 en lugar de Roberto López. Zurda de seda por zurda de seda. Tuvo suerte, porque los últimos minutos fueron un festival de patadas y entradas a destiempo de los jugadores ilicitanos, desquiciados y amargados en su bienvenida a la Liga. El prestidigitador sigue calentando su varita mágica. La cosa promete, y mucho.