Triunfo de oro, incienso y mirra
Ganar en el Bernabéu siempre es una gran victoria, tanto que puede permitir a la Real cambiar su rumbo
Miren. Cuando se anuncia que la Real ha ganado en el Santiago Bernabéu sobra todo lo demás. Se mire por donde se mire es un ... triunfo histórico, grande, espectacular, brillante, importante, contundente, meritorio... El hecho de que la Real, con la de ayer, solo haya logrado cuatro victorias en sus 72 visitas a este campo lo dice todo. Pero es que, además, el momento no era el mejor precisamente para pensar en un triunfo que, hay que reconocerlo, todos veíamos muy lejano antes del partido.
Un equipo que venía de cuatro derrotas consecutivas, con cambio de entrenador incluido hace poco más de una semana, con bajas importantes, a tres puntos del penúltimo clasificado, y el estreno en defensa de un nuevo potrillo de la cantera... Era difícil creer que esta Real podía dar la gran sorpresa, por mucho que el Madrid no esté bien. (Por cierto, qué quieren que les diga. Yo creo que el equipo blanco jugaba mucho mejor con Lopetegi, pero catedráticos del fútbol tiene la casa blanca...) El fútbol es grande y hoy todo se ve distinto en la Real y su entorno, porque es el día después a una victoria histórica.
Es tan extraño como gratificante ganar en el Bernabéu y que el Madrid se queje del arbitraje
Lo mejor
La Real sufrió mucho en la primera parte, jugó como atenazadaal verse por delante
Lo peor
Cinco victorias fuera de casa en la primera vuelta es un dato espectacular. Toca apretar en Anoeta
El dato
Rulli mantuvo a la Real hasta el descanso; después el partido fue de los blanquiazules
La clave del partido
Tenía razón el gran López Ufarte, que en estas mismas páginas, ayer mismo daba las claves de lo que podía ser el encuentro y hablaba sin ambages de que la Real, pese a todo, podía ganar en Madrid. Y vaya si ganó. Decía el que fue 'petit diable' que la clave estaba en el centro del campo y aprovechar los huecos que, sobre todo Marcelo, deja en defensa. Pues bien. La Real aprovechó la primera entrada por el lado de Marcelo para forzar penalti y adelantarse en el marcador. Esta vez Willian sí pudo chutar como a él le gusta, fuerte, y no como contra el Valencia, cuando lanzó un penalti estando lesionado.
Pero lo importante es que marcó. Luego, durante toda la primera mitad, los de Imanol sufrieron porque el Madrid les superaba en el centro del campo siempre. También lo dijo López Ufarte: «El que gane el medio campo -y la Real tiene potencial para superar al Madrid ahí- tiene mucho ganado», decía.
Pues bien. La Real perdió esa batalla en la primera parte a pesar del buen hacer de Merino y sufrió de lo lindo, pero mantuvo su puerta a cero gracias a un Rulli soberbio. Luego, tras el descanso, Imanol ajustó mejor las piezas del medio campo. Illarra y un esforzadísimo Zurutuza comenzaron a jugar, y a partir de ahí el encuentro fue otro. Estuvo abierto hasta que el Madrid se quedó con diez, pero los blancos ya no dominaban como antes. En superioridad numérica la Real jugó muy bien, hizo el segundo y pudo marcar por lo menos un tercer gol. Queda por ver si esta Real de Imanol -enhorabuena, oriotarra- cambia su rumbo tras un triunfo como el de ayer y acelera en Anoeta. Porque a partir de ahí estaríamos ante otra temporada.
Pero qué cuerpo tan bueno tenemos hoy después de ganar en el Santiago Bernabéu. Además, es una sensación tan extraña como gratificante vencer en ese campo y que el Madrid se queje del arbitraje. Esto sí que es histórico. ¡El Madrid quejándose de un arbitraje en su campo en un partido contra la Real! Lo que hay que ver...
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