Take Kubo abre el campo y David Silva cierra el partido
Ambos jugadores conectaron desde el primer momento y solo la falta de acierto en los tiros del japonés impidió que la asociación diera más réditos
David Silva y Takefusa Kubo tenían que escribir la victoria ante el Elche. No había otra opción. Fueron los jugadores que mejor conectaron ayer sobre ... el césped. Antes del gol ya se habían asociado con éxito, pero sin el premio final. Primero en el minuto 5, cuando el canario aprovechó el aclarado de Brais para enlazar con el japonés libre de marca. El nipón desperdició la ocasión lanzando el balón arriba. Después, antes de llegar al 10 de partido, ambos futbolistas se aliaron en una pared dentro del área y Kubo volvió a mandar el balón demasiado desviado.
En las dos acciones el japonés inició la jugada abierto en banda, posibilitando el pasillo interior tanto a Brais como al propio Silva. El japonés no tiene la capacidad física de un ariete al uso para hacerse un hueco entre centrales, menos aún contra tres zagueros como los que utilizó Machín. El soriano volvió a apostar por la línea de tres centrales y dos carrileros largos y por ello la función de Kubo fue la de alejarse de primeras de la zona más poblada, para luego aparecer de cara cuando el balón se encontraba ya en los últimos 20 metros del campo rival.
El Elche terminó la primera parte con más tiros a puerta que la Real, a pesar de sus 11 disparos
Abrir, hacer ancho el terreno de juego, para luego explorar la zona interior. Kubo tenía claro los fundamentos, pero luego le falló la resolución. La Real encontró muchos caminos de cara a la portería rival, bien con el '14' txuri-urdin, o con Aihen por la izquierda, que en el día del padre le hizo un hijo de madera a Tete Morente cada vez que le encaró. No tiene bien incorporados los conceptos defensivos el futbolista ilicitano y el realista se gustó una y otra vez en el mano a mano.
Pese al total dominio de los guipuzcoanos, la historia se repetía por culpa de la dichosa falta de pegada. La primera parte acabó con más tiros entre los tres palos del Elche -los dos lanzamientos lejanos de Gumbau- que la Real -solo uno-. Lo alarmante fue que los locales habían realizado 11 remates en ese periodo, por solo tres de los visitantes.
Aihen volvió a ser titular y fue un incordio constante para Morente, que no supo pararle por la izquierda
Menos mal que Kubo no había dicho su última palabra. No solo se abrió a la derecha, ya que su movilidad le llevó también a asomarse por el flanco izquierdo y fue así como Silva le encontró nada más iniciar la segunda mitad con un balón en profundidad a la espalda de Palacios. Esta vez la definición sí que estuvo a la altura del momento.
La lección de Mallorca y Cádiz
La Real apenas sufrió sin balón. Replegó bien en las pocas ocasiones en las que el Elche pudo correr y se repitió la fórmula que Imanol ya empleó contra la Roma en Anoeta para no sufrir tanto en los envíos largos del portero a los atacantes rivales. A la Real le hicieron mucho daño esos desplazamientos frontales de Rajkovic en Son Moix a la cabeza de Abdón -así llegó el gol del empate- y lo mismo ocurrió ante el Cádiz en Anoeta con el aquel poste de Roger tras otro envío de Ledesma.
Zubimendi, como ya hizo el jueves, se incrustó en la línea defensiva para crear superioridad en la zona ante la amenaza aérea de Nteka y Boyé. De esta manera el equipo estaba prevenido en las caídas en caso de perder en esa primera acción en el aire.
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