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Becker, Karrikaburu y Zubeldia celebran con Pacheco el primer gol de la pretemporada. Lobo Altuna
Real Sociedad 2-0 Pau

Como si nada hubiera cambiado

Una Real con la única cara nueva de Sergio supera al Pau en el primer amistoso de la nueva era con dos goles a balón parado

Beñat Barreto

San Sebastián

Viernes, 18 de julio 2025, 15:27

Como si nada hubiera cambiado pese al peso de la salida de Imanol tras una etapa sobresaliente. Ese puede ser un buen resumen del primer partido a las órdenes de Sergio ayer ante el Pau en Zubieta. Lo único nuevo que había sobre el tapete era la camiseta, toda vez que a 18 de julio todavía no hay fichajes. Los cambios estaban en el banquillo con Sergio, Iosu Rivas y José Rodríguez, incorporación para el staff como especialista a balón parado. Fue protagonista el técnico con su repertorio de jugadas.

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El primer once de Sergio como entrenador de la Real fue más que reconocible. De los titulares los dos únicos que pueden no estar aquí el 1 de septiembre son Becker y Karrikaburu. Marrero; Traoré, Zubeldia, Pacheco, López; Turrientes, Brais, Marín; Becker, Barrenetxea y Karrikaburu. La noticia de la jornada la dejaba Óskarsson, citado para el partido pero ausente por gestión de cargas según el club. Se dejó ver junto a Remiro, Aramburu, Sucic y Sadiq en la grada, pero a partir de la segunda mitad y no desde el principio. Veremos si no hay sorpresas y se sube hoy al avión rumbo a Nagasaki.

El amistoso comenzó con varios piques como cada vez que la Real se mide a un equipo francés. Por suerte no hubo imprevistos en forma de lesión. Seguro que Sergio utiliza durante la temporada el 1-4-2-3-1 o el rombo con dos puntas, pero de momento para los primeros minutos nada como el clásico 1-4-3-3 que luce cada equipo de Zubieta. Más allá del cómodo 2-0 al descanso, las primeras conclusiones que deja la pretemporada es que Brais es un futbolista formidable, y que si alguien quiere arrebatárselo a la Real, con la que tiene contrato hasta 2028, tendrá que poner dinero encima de la mesa. Se habla muy fácil de que salgan unos y entren otros, cuando en casa sigue habiendo talento a raudales. El problema se genera cuando no se es capaz de sacar el máximo rendimiento de todos ellos. Las diabluras de Barrenetxea en banda izquierda también evidencian que es un jugador diferencial. Arranca su séptima temporada con los mayores. Hora de demostrar.

Y de la nada, cayó un fichaje. Más allá de la broma, José Rodríguez dejó las primeras pinceladas de lo que puede aportar desde el banquillo. Los dos primeros goles de Sergio llegaron con acciones a balón parado y con Brais como protagonista. Tres faltas laterales y en todas ellas el técnico marcó jugada desde la banda. A la tercera, balón a la cazuela. Brais encontró en el segundo palo a Zubeldia, que conectó con Pacheco con la cabeza para que el del Baztan marcara de chilena. A la espera de que le fichen competencia, debe dar un paso adelante. Situación similar con el 2-0. Brais en corto con Gorrotxategi, que se desmarca y se lleva su marca para permitir al de Mos avanzar. Pase interior a Barrenetxea que se queda solo ante Salles. Marín aprovechó el rechace tras disparo del donostiarra al palo. Gran jugada colectiva. También estuvo presente el técnico en cada acción a balón parado en defensa. El Pau solo se asomó con un remate lejano de Zuliani tras un córner. Marrero fue un mero espectador. Lo mejor es que esa maravillosa camiseta naranja en homenaje a Arconada infunde un inmenso respeto.

Otro once con pistas

La segunda mitad con solo Marrero repitiendo sobre el verde también dejó mensajes. Sergio jugó de interior, donde más ha demostrado en la Real y más cómodo parece estar, Oyarzabal volvió a la banda izquierda mientras que Odriozola jugó de extremo evidenciando que no tiene sitio. También buscó su oportunidad en la delantera el dorsal 36. No era ningún canterano, sino un Carlos Fernández que costó diez millones y vistió de nuevo la txuri-urdin tras una sosa sesión en el Cádiz. Tampoco se le encuentra acomodo de momento.

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No pasó demasiado en la segunda mitad en un partido de ochenta minutos con dos partes de 40 y con Sergio utilizando a los 28 jugadores que citó. Turrientes, Becker, Gorrotxategi, Marchal, Fraga, Rupérez, Martín, Rodríguez, Oyarzabal, Beitia, Goti, Mariezkurrena y Díaz jugaron veinte minutos. El resto, 45 salvo Marrero que disputó una hora. El Pau no inquietó durante todo el choque la portería txuri-urdin y el ritmo incrementará en Japón con los dos amistosos ante el Nagasaki y el Yokohama.

Lo que volvió a quedar claro es que los potrillos del Sanse, que esta temporada suben el listón y competirán en Segunda, siguen estando para aportar a Sergio desde ya cuando sea necesario. Fraga rebosa seguridad, Rupérez sigue siendo profundo y tiene chispa, Beitia es un muro, Mikel Rodríguez continúa con la flecha para arriba, Goti tiene último pase, Dani Díaz magia, Marchal garra y Mariezkurrena la portería entre ceja y ceja.

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La única ocasión que llevarse a la boca vino tras un pase largo de Fraga prolongado de tacón por Carlos que dejó a Goti una autopista para conducir. Se le hizo de noche ante Salles y el remate terminó en el muñeco. Poco más en el primer partido de pretemporada que como siempre tiene como objetivo coger ritmo y sensaciones, que nadie caiga lesionado y que los que están faltos de confianza llenen el tanque para convencer al míster. Dicho y hecho al menos. La era de Sergio ya está aquí. Próxima estación, Japón.

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