Rakitic, En-Nesyri y Papu Gómez, el pasado martes ante el Salzburgo en Champions. EP
El rival

Sevilla, cada vez más exigencia

Los buenos registros de las últimas temporadas inyectan músculo económico a un equipo que juega Champions y quiere alcanzar a los tres grandes

Iker Castaño

Domingo, 19 de septiembre 2021, 08:05

En el fútbol se puede crecer de diferentes maneras. El Sevilla choca con la filosofía realista de apostar por la cantera, pero la cabeza del ... club y posiblemente el hombre más importante de la entidad nervionense, Monchi, ha instaurado un estilo por el que se le caracteriza y al que la afición sevillista asocia y apoya como si de una religión se tratara. Scouting, compra de jugadores desconocidos e inflar su presupuesto al año siguiente para venderlo. A eso se unen los buenos resultados, que también generan ingresos en las arcas para fortalecer la plantilla cada curso.

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Atrás quedan años en el infierno de Segunda o en mitad de tabla. Más cerca se recuerda aquel triplete europeo de Unai Emery y lo de estos últimos años, ya es otra cosa radicalmente distinta. El objetivo, por supuesto, sigue siendo dar guerra en todas las competiciones. La temporada pasada se quedaron cerca de sumar su segunda liga, pero lograron mejorar la puntuación histórica en la tabla con 77 puntos. En Copa siempre les ha quedado el mal sabor de boca de las finales perdidas ante el Barcelona. La Europa League se les queda pequeña y la Champions es el principal desafío. Cada año hay más exigencia, y el club quiere alcanzar a los Madrid, Barça y Atlético.

Montiel, Lamela, Delaney, Rafa Mir y Augustinsson refuerzan una plantilla profunda que debe#luchar por títulos

Respecto a los objetivos ligueros, la afición está dividida. Algunos lo ven como candidato a ganar la competición doméstica, aunque otros prefieren ser cautos. Partido a partido y que pase lo que tenga que pasar. Lo más repetido del discurso de Julen Lopetegui cada semana. No es de dar muchos titulares a la prensa, prefiere demostrar su valía en el banquillo con sus decisiones. En su tercera temporada, ya con la vuelta de las miles de gargantas que caldean el Ramón Sánchez Pizjuán, la exigencia es cada vez mayor y la gestión de una plantilla tan larga y de mucho nivel vuelve a ser un reto complejo.

Parecía que iba a ser un mercado de poco movimiento, lo cierto es que Monchi y su equipo apuraron hasta el final. Se marcharon con el fichaje del meta del Eibar Dmitrovic cerrado y las salidas de Escudero, Vaclik y el Mudo Vázquez. A la vuelta, Montiel, Lamela, Delaney, Mir y Augustinsson han reforzado la plantilla y han dado salida a Pozo, Aleix Vidal, De Jong, Bryan, Rony Lopes y Sergi Gómez. Algunos en forma de cesión cuya evolución en otros clubes marcará si son válidos o acaban saliendo por la puerta de atrás en la siguiente temporada.

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El pasado año el equipo peleó la que hubiera sido su segunda liga y logró 77 puntos, su récord histórico en la competición

El inicio de campaña es notable, aunque aún es pronto para valoraciones. Los rojiblancos suman siete de nueve puntos posibles en Liga. Vapulearon al Rayo, sumaron de tres en el último suspiro ante el Getafe y contra el Elche no pasaron del empate. Les queda recuperar el suspendido ante el Barcelona, equipo que por su situación actual de merma de plantilla puede ser un rival directo en la clasificación.

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