Sandra Ramajo, el cierre de un ciclo en la Real Sociedad
Su marcha deja a la Real Sociedad sin los referentes que han participado en el crecimiento en la última década | Tras la salida de Aintzane Encinas y Maialen Zelaia, ya no queda ninguna de las que han llevado al equipo a incrustarse en la parte alta de Primera
Ha sido despedirse de su gente en Zubieta y empezar los rumores. Ya hay quien ve a Sandra Ramajo (Irun, 1987) en el Sevilla ... la próxima temporada. Porque pone fin a su etapa en la Real Sociedad, pero no a su carrera deportiva. Porque va a seguir jugando. No cuelga las botas. Quiere tener los minutos que no ha tenido esta temporada y de paso vivir una experiencia fuera de casa. Al Sevilla le faltan jugadoras veteranas, solventes y polivalentes en la zaga y empieza a circular su nombre. «La verdad es que no tengo palabras para explicar cómo fue la semana. Fue dura, pero también bonita. Por la cabeza se me han pasado muchas cosas, pero me quedo con el cariño y la cercanía que he sentido por parte de todo el mundo. He podido despedirme de la afición desde el verde para poder devolverles todo el cariño que me han mostrado», confesaba Ramajo al acabar el partido del domingo ante el Atlético, en el que fue reconocida por su trayectoria en las últimas once temporadas en la Real Sociedad, en las que ha jugado 286 partidos.
Acabe en Sevilla o en otro equipo, la salida de Ramajo supone el fin de un ciclo en la Real Sociedad porque ya no queda ninguna de las jugadoras que han formado la columna vertebral del equipo desde que está en Primera. Se retiró Aintzane Encinas, luego Maialen Zelaia y ahora es Ramajo la que sale de Zubieta. Este trío ha pasado de ver cómo la Real se desplazaba en autobús a Huelva a ver que ahora se viaja en avión, ha visto cómo han evolucionado los terrenos de juego y también cómo la Real Sociedad se ha convertido en uno de los clubes que mejor hace las cosas en Primera. Se han ido sin ver firmado el primer convenio femenino por el que tanto han peleado. Porque si algo han hecho estas tres jugadoras es luchar por dar visibilidad al fútbol femenino. Este deporte siempre estará en deuda con ellas. «Llevo peleando once años. El fútbol femenino cada vez es más profesional y no podemos parar, pero tampoco podemos engañarnos. Estamos consiguiendo cosas muy bonitas, pero queda mucho por delante. En el pasado hemos trabajado mucho, y las jóvenes tienen que seguir trabajando. Tenemos que ir poco a poco porque con poco somos felices y no podemos perder esa esencia».
Trayectoria de Ramajo
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DNI Irun, 31 años.
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Equipos Txingudi, Dunboa y Mariño fue su trayectoria hasta llegar a la Real. Ha sido la referente en la defensa. Jugó un amistoso con la selección española. Su lesión más grave se produjo en mayo de 2018 cuando se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.
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Otros datos Auxiliar de enfermería, esta temporada ha aparcado la profesión para tratar de obtener un título en euskera.
Auxiliar de enfermería, profesión que ha aparcado esa temporada para tratar de obtener un título en euskera, Ramajo va a seguir jugando porque desde que se recuperó de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda apenas ha tenido minutos y quiere darse una segunda oportunidad. No lo podrá hacer en el club de sus amores, como ha confesado, pero quiere comprobar que hay vida fuera de la Real. «Ha sido una decisión muy difícil tener que decir que no a la Real, al escudo que tengo en el corazón. El fútbol femenino está creciendo a pasos agigantados y nuestro equipo ha dado un paso adelante. Las jóvenes parece que llevan jugando un montón de años en Primera y creo que es el momento de que ellas recojan el testigo. Lesionarme casi en el último año de mi carrera ha sido muy jodido. Cuando la he superado he intentado darlo todo, dentro y fuera. Y no solo en el primer equipo, también en el filial. He notado el cariño de todo el mundo, siempre me decían que tenía que empujar y he vuelto. Así que de aquí en adelante me gustaría seguir jugando, aunque debajo siempre llevaré el mismo escudo».
Del Mariño a Granada
Quién se lo iba a decir a ella cuando salió del Mariño rumbo a la Real en 2008 como un comodín en la defensa. Dicen quienes mejor le conocen que cuando llegó al vestuario apenas se le escuchaba. «Era muy callada», recuerdan, pero poco a poco se fue haciendo notar con su «calidad técnica, trabajo y perseverancia». Hoy es la jugadora que siempre tiene una palabra para la compañera que no lo está pasando bien. Ramajo ha asumido el papel de capitana casi sin querer ante la marcha de Zelaia y Encinas. Nahikari García ha sido la que ha llevado el brazalete en los últimos meses en el terreno de juego y Ramajo en el vestuario. A partir de la próxima temporada será la portera Mariasun Quiñones la que ejerza de capitana ante la marcha de Nahikari al Atlético de Madrid y la más que posible salida de la primera jugadora no canterana que aterrizó en la Real, Chini Pizarro. «Es un ejemplo -confesaba Quiñones el pasado domingo en alusión a Ramajo-. Siempre lo ha sido, tanto dentro como fuera del campo. Es una de las referentes que teníamos en el vestuario».
Antes de salir de la Real Sociedad, Ramajo tiene la oportunidad soñada: acabar levantando un título. «La quiero. No sabemos cuándo la Real va a tener una nueva oportunidad. En una final no hay favoritos. Ellas son las campeonas de liga, solo han perdido dos partidos en toda la temporada y tienen unas superjugadoras, pero muchas veces gana más la ilusión. Ojalá pueda levantar la Copa al cielo de Granada y que todas las podamos disfrutar».
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