El salto cualitativo de la fábrica txuri-urdin

No sólo se abordan los técnico-tácticos, también los educativos, emocionales y de salud, como lo refleja la existencia de áreas específicas. La red de reclutamiento de talentos también es clave, con la incorporación, además, de un responsable de Internacionalización, Manu Merino, (Irun, 53 años) que en su día fue uno de los cinco elegidos por la Fundación Real Madrid para trabajar con 116 técnicos chinos y más de 2.500 niños y adolescentes en la escuela de fútbol más grande del mundo, la Evergrande Football School. La Real, de hecho, ha reclutado en los últimos tiempos jugadores de otros lares, como Francia o Sudamérica, aunque la prioridad sean los futbolistas guipuzcoanos y de zonas limítrofes.

Una estructura impresionante en la que se aprecia la mano del director de fútbol, Roberto Olabe, con experiencia en academias internacionales de formación como la qatarí Aspire, y que busca consolidar a la Real como un club que mire permanentemente a Europa con la base de su rica cantera. Siete campos reglamentarios, cuatro de ellos de césped natural, y unas modernas y amplias instalaciones dan fe del salto cualitativo del centro de entrenamiento del club, que cumple 40 años.

La Real ha confeccionado un organigrama mezcla de técnicos con amplia experiencia en el fútbol y la preparación en Gipuzkoa, con destacados exjugadores de la casa como el que fuera capitán, Mikel Aranburu, o el delantero centro Imanol Agirretxe. El primero trabaja en el área de reclutamiento y el segundo en el área de desarrollo individual, que hace seguimientos a los cedidos, entre otras cosas. Un departamento en el que se engloba esta temporada una de las principales novedades del staff: Gonzalo Arconada, exentrenador de la Real (con quien ganó la Copa de la Reina), y que ahora trabajará en el fútbol base. Con él, la dirección deportiva que comanda Roberto Olabe, tiene además un activo para cualquier eventualidad en los equipos superiores.

La otra gran novedad es el nombramiento del exfutbolista de Real y Levante, entre otros, Gorka Larrea como coordinador de todas las unidades. Estudioso y analista del mundo del balompié, con un toque muy particular además, Larrea puede ofrecer una visión nueva y distinta. Junto a él trabajará Mitxel Badiola. Su tarea, que los trece departamentos marchen viento en popa. Desde la administración, la metodología, el análisis, la evaluación o el trabajo concreto con los porteros. El de los guardametas es una asignatura pendiente en la casa, que no saca un meta indiscutible desde los tiempos de Alberto López a finales de los noventa. Asier Riesgo sí llegó a ser titular, pero sin asentarse nunca. Iñaki Ulloa, Jon Alemán, Luis Castro, Beñat Etxebeste, Igor Prieto y Ander Ruiz forman un equipo lo suficientemente amplio como para subsanar este lunar.

La otra gran apuesta del club, aunque en este caso repite por segunda temporada, es Xabi Alonso, al frente del Sanse. El guipuzcoano con mejor palmarés, con un Mundial incluido, comanda el principal equipo de la cantera con el reto de clasificarse para el play-off y, sobre todo, surtir de jugadores al primer equipo.

El trabajo de cantera cobra más valor si cabe en esta crisis sanitaria que va a contraer mucho el mercado de fichajes y las economías de los equipos, premiando al que cultive mejor su huerta.

La modernización del trabajo en Zubieta ha logrado que la fábrica guipuzcoana esté a la altura de las mejores de la Liga. Las instalaciones y metodología de la Real ya no tienen nada que envidiar, por ejemplo, a Lezama, la factoría del Athletic que antaño parecía más desarrollada. De hecho, salvo el reciente y polémico descuelgue del Antiguoko, la Real trabaja con prácticamente todos los clubes guipuzcoanos, aunque está pendiente un futuro acuerdo con el Eibar para trabajar en sintonía.