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Adnan Januzaj trata de zafarse del marcaje del lateral izquierdo del Sevilla, Acuña. José Mari López
Liga Santander

Empate de equipo grande

Real Sociedad 0 - Sevilla 0 ·

Una Real limitada por las bajas y el cansancio europeo somete a una gran presión al Sevilla y dispone de un penalti para ganar

Miguel González

San Sebastián

Domingo, 19 de septiembre 2021

Cómo está cambiando el cuento. Venía la Real de jugar el jueves un choque con ritmo de Champions ante el PSV y las bajas se ... le acumulaban en la enfermería: Silva, Barrenetxea, Illarramendi, Guridi, Rico, Monreal, Carlos Fernández... Le Normand, que tuvo que retirarse en Eindhoven, se apuntó a la fiesta a última hora aunque sabe que tiene tocada la cadera. En esas condiciones cualquiera pensaba en plantear un partido para sobrevivir ante uno de los aspirantes al título que había disfrutado de dos días más de descanso europeo pero nada más lejos de la realidad.

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Imanol cogió a los suyos y les mandó a una batalla a campo abierto con Sorloth e Isak de avanzadilla. Nada de emboscadas ni engaños. El resultado, el empate, es casi lo de menos. Lo importante es cómo sometió a un adversario que le supera en talonario y fondo de armario, y que no pudo generar una ocasión de peligro hasta el minuto 86 en un contragolpe de Rafa Mir. Limitar de semejante manera el caudal ofensivo del Sevilla habla muy bien de las virtudes de esta Real que ha hecho de su ataque la mejor defensa. Cuatro porterías a cero consecutivas en Liga con diez puntos sumados le afianzan en la parte alta de la tabla, porque hasta ahora solo ha mordido el polvo en el Camp Nou.

Otro plan sin Silva. El canario es el termómetro txuri-urdin en campo contrario. Un futbolista de su talento marca el estilo y cuando no está, hay que jugar a otra cosa. Así lo entendió Imanol el año pasado, cuando a final de temporada juntó arriba a Carlos Fernández con Isak, y algo parecido repitió ayer, proponiendo el oriotarra un partido de morder en la yugular al contrario con el que no estuvieran cómodos. Que el Sevilla no cruzara el centro del campo en la primera mitad ya fue señal de la madurez de esta Real que quiere seguir creciendo y no se conforma con lo que conseguido en estos últimos años.

La Real fue a buscar a su campo al Sevilla casi en marcajes individuales y no le dejó iniciar desde atrás

presión

Sin Silva, el técnico cambió tanto la táctica como el dibujo para formar en 1-4-4-2 con dos delanteros y apostar por ataques rápidos y al espacio en lugar de encadenar largas secuencias de pase en campo contrario. Pero lo que permitió a los blanquiazules acampar en terreno contrario fue la fuerte presión adelantada.

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Imanol colocó a Sorloth e Isak tapando la salida de balón de los centrales y adelantó a Merino para buscar a Fernando. Portu y Oyarzabal cortaban las líneas de abastecimientos a las bandas, Zubimendi saltaba al segundo centrocampista y la defensa daba un paso adelante para quedarse pares atrás al recoger también al mediapunta descolgado. La consecuencia clara es que el Sevilla no podía sacar el balón jugado y tenía que maniobrar más cerca de su portero de lo que le gusta.

Lástima de ese penalti... El ritmo era bestial para los dos equipos pero la Real estaba convencida del camino que había escogido. Eso se notó desde el primer minuto hasta el último. Con los condicionantes que tenía en forma de ausencias y cansancio del juego, era la única vía de sorprender al contrario, y le salió bien. Antes de la media hora Sorloth, que fue una pesadilla para la zaga sevillista, forzó un penalti por mano de Diego Carlos, que metió la mano ante la imposibilidad de cuerpear con él dentro del área. Pero Bono anduvo más listo que un Oyarzabal que tampoco puede meter todos los lanzamientos desde los once metros y al que Anoeta coreó su nombre para animarle. El capitán regaló su camiseta al fondo Zabaleta y pidió perdón a los aficionados, como si tuviera que disculparse por algo cuando nos ha dado la mayor alegría en décadas.

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Cuando flaquearon las fuerzas Zaldua, Guevara, Lobete y Valera aportaron la frescura que faltaba

resistencia

El caso es que Sorloth, una fuerza de la naturaleza, hacía daño con sus movimientos en jugadas que parecían que no iban a ningún sitio. Un saque de banda largo de Aihen lo peinó para que terminase con un remate a la media vuelta de Isak. Bono, de nuevo, anduvo providencial para desviar a córner.

Cae lesionado Isak. A los 36 minutos el sueco se tiró al suelo y se llevó la mano a la pierna. En ese remate había notado algo raro y prefirió no forzar. Otra adversidad más. Apenas ha realizado pretemporada y venía de jugarlo todo hasta que su cuerpo dijo basta. Imanol no cambió su planteamiento. Dio entrada a Januzaj en la derecha, mandó a Oyarzabal a la izquierda y puso arriba a Portu para que explotara los espacios. El belga, antes del descanso, probó fortuna en una falta lejana que Bono tuvo que rechazar con problemas dada la fuerza del lanzamiento.

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Existía la duda de si la Real pagaría semejante ritmo con el paso de los minutos ante un Sevilla que fue metiendo en el césped a Ocampos, Óscar, Jordán, Rafa Mir y Rekic. Porque las lesiones limitaban mucho el margen de maniobra de Imanol.

Cuatro porterías a cero seguidas en Liga es reflejo del equilibrio entre defensa y ataque de la Real

Solidez

Los jóvenes acuden al rescate. Pero el de Orio no se asusta por nada y para mantener el pulso debía refrescar sus filas, sobre todo arriba, en la primera presión. Por eso terminó jugando con Januzaj, Lobete y el debutante Valera, moviendo atrás hombre por hombre con Zaldua en lugar de Gorosabel. Eso sí, retocó el sistema para disponerse en un 1-4-3-3 con la entrada de Guevara y contrarrestar ese cuarto hombre que había metido Lopetegi con Óscar en la zona ancha.

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El resultado fue que la Real tuvo gasolina para llegar hasta el final y asustar algo a Bono con dos disparos desde fuera del área de Merino y Zaldua y un cabezazo de Zubimendi en una segunda jugada tras córner. Sin duda, empates así refuerzan la moral de un equipo que juega a grande.

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