Una Real superior
La opinión de... Alberto López ·
Tanto el equipo txuri-urdin como el che se fueron de Anoeta con las mismas sensaciones con las que llegaron: fortalecidos los de Imanol y tocados los de CeladesReal y Valencia se fueron de Anoeta con las mismas sensaciones con las que llegaron: fortalecidos los de Imanol y cariacontecidos los de Celades. El ... conjunto che venía de una racha de cuatro partidos sin ganar, incluida una derrota dolorosa en la Champions League ante el Atalanta. Además tenía nueve bajas, siete de ellas de jugadores considerados titulares, y la Real le pasó por encima.
Me pareció que a los realistas les ha venido bien el parón motivado por el aplazamiento del encuentro contra el Eibar. Les vi descansados, con chispa. Mención especial para Zubeldia, que pese a su juventud llegó a su partido número cien, una cifra que empieza a ser importante para un canterano. Y también para Januzaj, el jugador por el que Imanol apostó en lugar del sancionado Portu, y el belga le dio la razón al técnico.
El resultado final resume el partido, pero me gustó la Real. Fue la Real de siempre, esa que busca robar en campo contrario y hacer daño con la dinamita que tiene arriba. Es su seña de identidad. Imagino que la consigna del Valencia era concederle la posesión y salir al contraataque. Pero no pudo.
Un equipo txuri-urdin más descansado se gustó y dio sensación de poderío para volver a puestos europeos
Pronto se puso cuesta abajo el partido. Fue tras una nueva llegada de Merino. Qué maravilla de jugador. Lo hizo todo: robo de balón en campo contrario, apertura a banda hacia Zaldua, que se la devuelve para que remate prácticamente solo con los centrales fuera de sitio.
Cuando la Real huele la comida, se lanza al plato. Así llegaron a continuación el remate de Odegaard que se fue rozando el poste y la buena parada de Domenech a disparo de Isak. Enfrente, sin noticias de un Valencia que hasta el minuto 39 no gozó de su primera (media) ocasión, a través de Ferrán.
Por si fuera poco, la Real remachó al rival cuando parecía que podía llegar vivo al descanso con el 1-0. Pero no. Un córner peinado por Aritz y rematado por Monreal puso el 2-0, que hacía justicia con las estadísticas hasta entonces: siete ocasiones de gol para la Real por ninguna del Valencia, 5-2 en saques de esquina y 10-4 en faltas recibidas. Por su actitud en el campo, era evidente que los valencianistas habían venido a pasar el trámite, porque perdían casi todos los duelos.
La reanudación hizo bueno el refrán de que a perro flaco todo son pulgas, y Celades debió afrontar un problema más con la lesión de Mangala, central de la primera plantilla que debió ser sustituido por Guillamón, un chaval de 20 años. Y acto seguido llegó el golazo de Januzaj.
La Real se gustaba con eso que llamamos sombrear al rival, cuando cada jugador va ordenadamente con su par, al que da cuatro o cinco metros para tener tiempo de levantar la cabeza y elegir la mejor opción.
Merino tuvo el 4-0 (m. 58) pero se permitió una filigrana y acabó dando el balón a Domenech. En un partido más igualado habría resuelto de otro modo. Pero estaba tan decidido, que Imanol pudo probar a Isak y Willian José juntos.
Me gustó cómo la Real controló los últimos 25 minutos, sin exponer mucho ante un Valencia que solo tuvo dos ocasiones en sendos córneres. Volvemos a puestos europeos tras volver a dar sensación de poderío en un partido notable que debe tener continuidad en la próxima visita del Valladolid.
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