La Real Sociedad, víctima del doble criterio arbitral
El equipo se siente perjudicado por jugadas que siendo similares han sido interpretadas de forma bien diferenteen otros partidos
La Real no está teniendo demasiada suerte con los arbitrajes en la presente temporada y el de Gil Manzano en el Villamarín ha sido ... la gota que ha colmado el vaso. En el caso del extremeño la cosa viene de lejos, ya que solo ha ganado con él tres veces en los 19 partidos que le ha dirigido en Primera en una época en la que el conjunto txuri-urdin lleva yendo a Europa cinco años seguidos y cosecha más victorias que derrotas.
El encuentro del domingo ha desatado la polémica en Gipuzkoa porque tuvo la particularidad de que se acumularon varias decisiones nada claras y todas en contra: la expulsión de Zubeldia, el riguroso penalti de Aihen sobre Antony y la agresión de éste a Javi López que no advirtió y no acarreó la roja que debía haber visto. En el fútbol se dice que al final de una Liga se compensan los errores de los árbitros y que lo que un día te quitan, otro te lo dan, pero en este caso no es así y lo que ha enfadado a la Real es el distinto rasero de los colegiados para medir acciones similares en las que ha resultado muy perjudicada.
Pisotón tras soltar el balón. En la primera jornada de Liga en Anoeta ante el Rayo (1-2) se produjo un claro pisotón dentro del área del Pacha Espino sobre Oyarzabal que Hernández Hernández no señaló al entender que no fue intencionado y que ya no tenía el balón. Desde el VAR tampoco se le avisó para que revisara la jugada. Un mes más tarde, en el encuentro contra el Real Madrid en el Reale Arena, el propio Hernández Hernández estando en el VAR avisa a Martínez Munuera para que castigue con penalti un pisotón residual de Aramburu a Vinicius después de que el brasileño hubiese soltado el balón. La misma jugada con el mismo juez arbitrada de manera diferente.
El agarrón de Zubeldia el día del Alavés fue penalti porque se iban a castigar todos los forcejeos en el área y luego no ha sido así
No queda ahí la cosa porque en la novena jornada ante el Atlético (1-1) en casa se produce otra acción muy parecida en un centro desde la línea de fondo de Oyarzabal que acaba recibiendo un pisotón de Giménez. El central colchonero quiere evitar el envío al área, deja la plancha e impacta en la cara interna del tobillo del txuri-urdin, que se quedó dolorido sobre el césped. Díaz de Mera no valoró la acción como punible ni tampoco Melero López desde el VAR.
Agarrones sostenidos en área. En la tercera jornada perdió en casa ante el Alavés (1-2) en otro partido condicionado por el arbitraje. Con 1-0 en el marcador y jugando con diez por la expulsión de Oyarzabal, Sánchez Martínez pita penalti en un agarrón sostenido de Zubeldia a Abqar. El Comité Técnico de Árbitros se reafirma en que a partir de esta temporada esos cientos se forcejeos en el área se van a castigar de esa manera. Sin embargo, no ha sido así y están a la orden del día cada jornada sin que se consideren acciones punibles.
Oyarzabal fue expulsado por un pisotón involuntario y el mismo árbitro no pitó nada en una acción similar de Tchouaméni a Pedri
De hecho, dos meses después se produjo una acción calcada en el choque ante Osasuna (0-2) en Anoeta con un agarrón más que evidente de Juan Cruz sobre Zubeldia en una jugada a balón parado que Pulido Santana y el VAR dejaron pasar. Lo que un día es penalti porque esos agarrones se castigan, otro no es nada.
Pero es que hay más, ya que ese mismo mes de octubre en Girona un blanquiazul es protagonista de un agarrón sostenido en el área contraria. Óskarsson se escapa hacia portería rival cuando es agarrado por Krejci durante varios segundos impidiéndole rematar en condiciones con el agravante de que al ser ocasión manifiesta de gol el defensor debió ser expulsado. Soto Grado no señaló nada e Iglesias Villanueva tampoco le advirtió desde el VAR. Una jugada de penalti y expulsión que se fue al limbo siendo una infracción bastante más evidente que la de Zubeldia el día del Alavés.
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Los contactos residuales. Ese mismo encuentro de la primera vuelta ante los babazorros tuvo otra acción polémica al expulsar Sánchez Martínez a Oyarzabal cuando de entrada había pitado falta de Benavídez y amonestación a éste. El capitán está protegiendo el balón de espaldas, no advierte de la llegada del rival y tras soltar el balón acaba pisando su tobillo al apoyar el pie en el suelo. Pizarro Gómez le llama del VAR y lo que era una falta a favor con tarjeta amarilla se convierte en roja en contra.
Casualidades de la vida, en noviembre se le presenta una jugada similar al mismo árbitro en el Real Madrid-Barcelona. Tchouaméni ha dado un pase y al pisar en el césped impacta en Pedri que se cuela en su trayectoria. Sánchez Martínez, ante la misma acción que la de Oyarzabal, decide de forma diferente al considerar que se trata de un contacto residual no punible.
Penaltis que se pitan fácil. En lo que se lleva de temporada sorprende la facilidad con la que le señalan penaltis a la Real. Algunos como los de Zubeldia a Abqar y Aramburu a Vinicius viendo que después en otros partidos esas acciones no se castigan como tal. Pero es que, además, ha habido varias situaciones en las que el árbitro de campo ha pitado penalti con tantas ganas contra los blanquiazules que después ha tenido que ser corregido por el VAR y dejar en suspenso su decisión ante la evidencia de que no había nada.
En la undécima jornada contra Osasuna Pulido Santana se fue corriendo a señalar el punto fatídico en un despeje de Aramburu al aire en el que interpreta que impacta en Boyomo ante el piscinazo de éste. El VAR corrige su error. Hace tres semanas frente al Getafe Cuadra Fernández también pitó penalti una caída de Diego Rico ante Olasagasti que fue rectificada por el videoarbitraje. La sensación de que a la Real le señalan penaltis con demasiada facilidad sigue ahí.
En el área contraria no ocurre lo mismo. En la última visita liguera a Pamplona saldada con derrota (2-1), Barrenetxea es objeto de un manotazo por parte de Areso cuando se apresta a rematar en una posición inmejorable. Ortiz Arias dejó seguir el juego. Todas estas acciones han agotado la paciencia en la Real, que quiere que se trate a todos por el mismo rasero.
La Real no tiene intención de realizar ningún comunicado
Pese a la actuación de Gil Manzano y otras acciones que han perjudicado a la Real esta temporada, el club, a día de hoy, no tiene intención de realizar ningún comunicado como sí que han hecho recientemente Real Madrid y Alavés, que incendiaron el entorno arbitral con duros comunicados al sentirse «claramente perjudicados». Del mismo modo, incluso si la Real recurriese la tarjeta roja de Zubeldia, algo poco probable, no le quitarían la expulsión por lo redactado en el acta por Gil Manzano.
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