La Real Sociedad ultima la renovación de Mikel Oyarzabal
El club quiere garantizar el sueño del capitán de completar toda su carrera de txuri-urdin con un contrato mejorado que vaya más allá de 2028
La Real prepara la renovación de Mikel Oyarzabal para que el buque insignia del club, como le denomina Jokin Aperribay, firme un contrato ... que le garantice cumplir su sueño de completar toda su carrera como blanquiazul. De esa manera, el actual capitán seguiría el camino de sus dos ilustres predecesores en la capitanía, Mikel Aranburu y Xabi Prieto, que le cedieron el testigo y pudieron desempeñar toda su trayectoria profesional en el equipo de su vida.
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El eibartarra, de 27 años, lleva 361 partidos disputados con la Real y está a un solo tanto de alcanzar el centenar de goles, algo que en la historia del club solo han conseguido siete jugadores: Satrústegui (162), López Ufarte (129), Cholín (128), Ontoria (114), Bienzobas (107), Kovacevic (107) y Uralde (100). Por lo que parece, esta efeméride irá a acompañada de una renovación que le unirá de por vida a la entidad.
Mikel firmó su último contrato en febrero de 2023, coincidiendo con su regreso a la competición tras la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda que se produjo en marzo de 2022 y que le tuvo diez meses prácticamente de baja, tiempo en el que se perdió el Mundial de Qatar. Fue un gesto de confianza por parte del club que reconoció el mismo jugador, al que le quedaba poco más de un año para concluir su vínculo y que se vio prolongado hasta 2028. «Nunca voy a poder agradecer todo el cariño que me ha dado el club y la afición, ni la confianza para seguir aquí tantos años y cumplir objetivos», afirmó entonces.
El gran líder del equipo
En estos casi dos años que han transcurrido hasta hoy Oyarzabal se ha erigido en el auténtico líder del equipo una vez que han desfilado Le Normand, Merino o Silva, entre otros, futbolistas que hace dos temporada componían el núcleo duro de Imanol. En lo que respecta al club, la Real volvió a clasificarse para la Champions League después de que lo hiciera por última vez en la 12/13, firmó un brillante papel en la competición siendo primera de grupo por delante del Inter de Milán, Benfica y Salzburgo, y la pasada campaña entró en Europa por quinta vez consecutiva.
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Habituado a jugar durante toda su carrera escorado a la izquierda, la última temporada tuvo que asumir el rol de delantero centro para llenar el vacío dejado por la marcha de Sorloth y las apuestas fallidas de Sadiq y André Silva. A pesar de no ser, seguramente, su ubicación ideal se adaptó bien a su nuevo papel y marcó 14 goles en el curso 23/24, algo que agradeció el cuadro txuri-urdin para estar arriba en la Liga, brillar en Europa y rozar el pase a la final de Copa. Con la llegada en verano de Óskarsson pareció perder protagonismo como 'nueve' pero la lesión del islandés le ha vuelto a colocar como principal referente arriba en ataque, tal y como se vio en partidos de la envergadura del Barcelona y el Ajax.
Más allá de su participación en la Real, a nivel internacional vivió en julio uno de los días más especiales de su carrera al conseguir el gol que valió la Eurocopa ante Inglaterra en una final histórica. Desde entonces ha llegado a portar el brazalete de capitán con La Roja y se ha convertido en uno de los hombres de confianza de Luis de la Fuente.
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Con semejante ascendencia tanto en el club como en la selección, la Real no ha querido desperdiciar la oportunidad de mejorarle el contrato y adecuarlo a su nueva situación. Con nueve temporadas a su espalda, Oyarzabal entra en la edad de máximo rendimiento de un futbolista por experiencia, liderazgo y comprensión del juego, cualidades que la entidad valora mucho.
Más allá de sus habilidades sobre el césped, su historia en txuri-urdin es una historia de compromiso porque ha tenido ofertas para cambiar de club y siempre ha apostado por mantenerse vinculado al equipo de sus amores. Cuando era alevín el Athletic le quiso reclutar para Lezama y optó por quedarse en Eibar antes de dar el salto a Zubieta en cadetes. En 2016, cuando apenas hacía un año de su debut en Primera División, el conjunto rojiblanco volvió a la carga, así como en 2018. En todas ellas hizo valer su deseo de seguir en casa y eso que entonces su cláusula de rescisión no ascendía a los 75 millones que se le fijaron en la última renovación.
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Con los números que atesora a su espalda y el futuro que tiene por delante en el club, no es difícil imaginar que puede alcanzar unos registros históricos tanto en lo que se refiere a partidos disputados como en goles.
Construyendo futuro
Desde que la Real anunció la marcha de Olabe a final de temporada, el club ha emprendido la tarea de consolidar el armazón del equipo para el segundo lustro de esta década. Jóvenes de casa como Jon Martín, Ander Barrenetxea y Beñat Turrientes han firmado hasta 2030, al igual que algunos de los fichajes del último verano como Javi López, Sergio Gómez y Orri Óskarsson. Kubo, Zubeldia, Zakharyan y Sucic acaban en 2029 y Pablo Marín ha renovado hasta 2028.
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Hace dos veranos, cuando el club cerró el traspaso de Isak al Newcastle por 70 millones de euros, aprovechó para mejorar los contratos de varios de los referentes del equipo, que han permitido enlazar dos buenas temporadas con sendas clasificaciones europeas. En el último mercado salieron Le Normand y Merino para dejar en la caja unos 66 millones que, siguiendo la política de los últimos años, la Real quiere invertir en la plantilla. Tanto en los fichajes realizados para la presente temporada, que han ascendido a 45 millones entre Óskarsson, Sucic, Sergio Gómez y Javi López, como en las renovaciones de jugadores clave.
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