Osasuna - Real Sociedad de Copa

No hace falta balón para competir

Imanol volvió a hacer de la necesidad virtud. Sin tres titulares indiscutibles como Traoré, Zubimendi y Kubo, y con Brais en el banquillo, superó la eliminatoria en casa del actual subcampeón con dos goles de diferencia en un momento de la temporada en el que no está para echar cohetes. Ello, lejos de ser una crítica, es un elogio porque antaño solo era capaz de ganar cuando jugaba bonito y ahora no necesita del balón para superar al contrario. Tiene otras armas para conseguir sus objetivos.

La jugada en la que se rompió el partido es elocuente. Córner al área, despeje de Osasuna, Zubeldia mete la cabeza y el balón bombeado cae a la espalda de la zaga navarra para que Le Normand ande más listo que Catena, que le derribó en penalti con la consiguiente tarjeta roja. Oyarzabal no falló y con media hora en ventaja y en superioridad numérica, los realistas no iban a dejar escapar la clasificación para cuartos. Ahora habrá que esperar el resultado del sorteo de mañana para ver el rival al que enfrentarse la semana que viene.

Urko entra por Zubimendi. El de Ulia, que ya jugó tocado en San Mamés, se quedó en casa por la mañana e Imanol optó por poner en su lugar a Urko por delante de la defensa. No le tembló el pulso y el vitoriano cumplió en una cancha difícil. Remiro regresó a la portería y en la banda izquierda continuó Tierney después de los problemas físicos de Aihen. Aritz, Zubeldia y Le Normand completaron la zaga, mientras que en el centro del campo Merino estuvo en la segunda altura y Zakharyan en la tercera. Arriba formaron Oyarzabal y Barrenetxea en las esquinas con André Silva como referente ofensivo.

Jagoba Arrasate formó en Osasuna con Mojica por delante de Juan Cruz y metió a Moncayola en el centro del campo en lugar de Moi Gómez, con el relevo esperado del arrasatearra Aitor Fernández en portería por Sergio Herrera.

Primera parte de tanteo. En el primer acto apenas hubo nada reseñable que llevarse a la boca por parte de los dos equipos. El partido respondió al clásico guion en El Sadar de constante disputa aérea, poco balón bajado al césped y líneas defensivas adelantadas por los dos bandos. La Real con cuatro hombres atrás y Osasuna con cinco, por aquello del respeto al rival, aunque esta vez el cuadro txuri-urdin careciese de Kubo en la derecha como en la Liga y generase de entrada muy poco fútbol en campo contrario.

El primer objetivo fue no verse por detrás en el marcador, así que el choque respondió más a un Milán-Inter de los noventa que a un partido de Copa del Rey. Zubeldia tuvo que ir al suelo en el primer minuto dentro del área ante Budimir para evitar que el croata armara el disparo, que fue el que tuvo la mejor oportunidad antes del descanso para romper la igualada en el marcador. Merino dejó mal de cara un balón a Aimar Oroz, este se giró para meter en profundidad a Budimir pero remató demasiado cruzado sin apenas ángulo.

La Real, por contra, no existía en campo contrario. En la zona ancha no sujetaba el suficiente balón para activar a Oyarzabal y Barrenetxea por bandas y André Silva no hacía más que perseguir sombras en inferioridad. De ahí que Aitor Fernández no tuviera que intervenir porque la única aproximación reseñable txuri-urdin fue un disparo bastante desviado de Barrenetxea en el minuto siete. Pero atrás no pasaba apuros y eso era una buena noticia para los de Imanol cuando jugaban fuera de casa.

Le Normand gana a Catena. Tras el descanso el partido se animó algo con un disparo de Aimar Oroz que detuvo Remiro y un remate de Zakharyan tras dejada atrás de Merino que no salió demasiado desviado. La Real trataba de cruzar balones de izquierda a derecha buscando la superioridad de Oyarzabal y Merino por el flanco derecho para llegar después con el ruso a la frontal del área. En el minuto 51 el exjugador del Dinamo de Moscú disparó ajustado al palo tras dejada de nuevo de Merino para el paradón de la noche por parte de Aitor que salvó un gol hecho.

Fue el preludio del 0-1 en una acción en la que Le Normand anduvo más vivo que Catena y que desequilibró el partido. Oyarzabal anotó y a partir de ahí tocó nadar y guardar la ropa. Arrasate buscó profundidad por bandas en 1-4-4-1 con Areso y Rubén García por la derecha y Arnaiz y luego por Barja por la izquierda, pero para romper la muralla txuri-urdin se necesitan más argumentos. Tanto es así que Remiro no pasó apuros y quien metió el segundo fue la Real en una contra bien llevada por Turrientes que esperó al momento oportuno para servir un balón franco a Brais, derribado dentro del área por Aitor. Aunque el gallego falló el penalti Merino aprovechó el rechace para sentenciar el pase.