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Pudo ser incluso peor
Superada ·
Una Real plagada de bajas, blanda en defensa e incapaz de generar algo en ataque maquilla su derrota por casta y corazónNo entendía Imanol en la víspera del partido las dudas que tenía la afición realista antes del derbi. Quizás ya tenga la respuesta. Una cosa ... es que la Real lleve cinco años buenísimos y una Champions inmaculada este curso, y otra que no viésemos lo que se nos venía en San Mamés. Con respecto al último partido de Liga ante el Alavés habíamos perdido a cinco atacantes de un plumazo: Sadiq y Kubo con sus selecciones, André Silva y Carlos Fernández lesionados y Cho, traspasado. De forma que se plantó en San Mamés con Barrenetxea y Oyarzabal y un banquillo en el que sus tres argumentos ofensivos eran del Sanse: Magunazelaia, Dadie y Fiabema. Añadan las bajas de Remiro, por sanción, y Traoré, en la Copa de África, y casi hasta hay que celebrar la derrota por la mínima. Porque cuando Berenguer hizo el segundo antes del descanso la sombra de un descalabro ante el eterno rival emergió con fuerza aunque al final, por fortuna, la sangre no llegara al río y hasta se pudiera maquillar la derrota.
El partido deja varias conclusiones: el objetivo en la Liga es la Europa League. Porque alcanzar a los cinco primeros se ve imposible. No estaría nada mal repetir presencia continental por quinto año seguido, algo que no hemos hecho nunca, por mucho que hayamos saboreado el caviar y el champán de la Champions.
Athletic Club
Unai Gómez (Sancet, m.69), Herrera (Ruiz de Galarreta, m.69), Villalibre (Guruzeta, m.73), Muniain (Berenguer, m.84) y Ares (Williams, m.84).
2
-
1
Real Sociedad
Aritz (Odriozola, m.18), Dadie (Zakharyan, m.62), Magunazelaia (Barrenetxea, m.62), Aihen (Tierney, m.79) y Olasagasti (Brais, m.79).
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Goles 1-0 min. 29: centro de Yuri que no puede taponar Zubeldia y Berenguer remacha en boca de gol tras irse de Tierney. 2-0 min. 42: Berenguer remata solo en el corazón del área un rechace tras una disputa de Zubeldia con Guruzeta. 2-1 min.88: disparo en semifallo de Aihen y Oyarzabal remacha a la red.
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Árbitro Munuera Montero asistido por Prieto López de Ceráin y Martínez Moreno. Amonestó a Unai Gómez del Athletic y Barrenetxea, Merino, Le Normand y Aritz.
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Incidencias 51.475 espectadores en San Mamés. Segunda mejor entrada en su historia. Cerca de un millar de realzales en la grada.
La segunda es que hay que sobrevivir a este mes de enero como sea hasta que regresen Traoré y Kubo y aterrice el nuevo fichaje, que se supone que tiene que ser pronto ante las citas que se avecinan. Así las cosas, hay una final en Copa el miércoles en Pamplona y hay que levantar la cabeza pensando que en Bilbao solo se perdió por la mínima estando en cuadro ante el mejor Athletic de los últimos 40 años. Aunque toque recoger cable en estas horas después del derbi.
Media hora salvable. El partido empezó con respeto por parte de los dos equipos, aunque el Athletic siempre transmitió mejores sensaciones. Ambos arrancaron con las alineaciones esperadas más allá de que en el cuadro local Lekue jugó en el lateral derecho por De Marcos y en el bando txuri-urdin Odriozola lo hizo en lugar de Aritz, que muy pronto tendría que sustituirle por lesión. Por triste que parezca, lo mejor de la Real fue cuando no pasó nada sobre el campo, cuando el partido se limitó a una sucesión de duelos y disputas. Porque cuando el balón se bajó al césped no hubo color.
Tampoco es que Ernesto Valverde haya descubierto la pólvora. Tiene bien colocados a los suyos, ha mejorado la zona de creación con Ruiz de Galarreta y arriba Sancet y Nico Williams forman una sociedad supersónica. El primero por su velocidad de pensamiento y el segundo, por la de traslación. Un balón filtrado por Galarreta al espacio para Nico al cuarto de hora lo terminó despejando Zubeldia ante Guruzeta. Fue el primer aviso serio local. El segundo vendría en una falta lateral que templó bien Berenguer y que Vesga cabeceó por encima del larguero después de una salida en falso de Marrero.
Nico Williams, imparable. La Real aguantó en pie la media hora inicial hasta que una pérdida de Barrenetxea ante Vesga dio aire a una transición rojiblanca letal. Guruzeta descargó desde el centro del campo y Yuri y Nico la liaron por su banda ante Oyarzabal y Aritz, que no acertaron a frenarles. En parte porque el delantero txuri urdin no siguió a Yuri en su doblada. El zarauztarra alcanzó línea de fondo, la puso en el corazón del área, Zubeldia no pudo tapar el primer poste arrastrado por Guruzeta, Le Normand se fue al punto de penalti en individual a por Sancet y Tierney le puso la alfombra a Berenguer para que marcase.
El segundo gol, antes del descanso, llegó en un pase de Sancet desde la mediapunta al espacio a Nico Williams, que ganó la espalda a Le Normand. Luego le esperó para regatearle y centrar raso al área, donde Zubeldia no pudo ganar las dos disputas ante Vesga y Guruzeta, antes de que el rechace favoreciese a Berenguer, de nuevo ante la indolencia de Tierney. Un disparo de Zubeldia rozando el larguero tras golpear en Guruzeta tras un saque largo de banda fue lo único que hizo la Real en la primera mitad.
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Sin capacidad de reacción. Tras el descanso no mejoró el panorama más allá de que Barrenetxea enganchó un par de jugadas por banda izquierda que generaron algo de incertidumbre en el Athletic, la primera de ellas rematada fuera por Aritz tras un córner jugado en corto. Escasos argumentos para que la Real se metiese en el partido.
En vista de que la batalla estaba perdida y había que minimizar las pérdidas, Imanol retiró a Barrenetxea y Zakharyan dando entrada a Dadie y Magunazelaia en las bandas, y también ahorró unos minutos a Brais de cara al miércoles. Lo mejor del segundo acto fue la fe de los realistas, incluso cuando se vieron impotentes para generar llegadas con cierto peligro ante la meta de un Simón que fue un espectador más.
Sin embargo, caprichos del fútbol, cuando el pescado estaba vendido y Valverde había agotado los cambios ante la inminencia de la victoria, la Real se sacó de la manga una buena jugada entre Le Normand, Aihen, Dadie y Oyarzabal que sembró el pánico en San Mamés, al que se le hizo eterno el descuento por lo ajustado del marcador. La Real no tuvo opción de empatar, pero acabar con un resultado tan mínimo fue un pequeño bálsamo para el choque tan decepcionante que firmaron los de Imanol. La derrota fue justa y merecida.
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