La Puerta de la Justicia
JOKOZ KANPO ·
La Real conquistó el trono del reino de Granada tras ganar una final memorable, cuyo recuerdo aún perduraRomances, traiciones, pasiones e intrigas se vivieron entre los muros de la Alhambra relatando la historia del esplendor y la caída de un reino en ... la Fortaleza Roja. Ha pasado exactamente un año desde que otro reino cayese a los pies de una armada que llegaba a la ciudad nazarí con una pasión desbordante. Su estandarte lucía con un blanco puro y un azul fresco. El fuego que brotaba de las extremidades de cualquiera de sus guerreras fue la mejor arma para batir a un rival que disponía de mejor artillería y una dilatada experiencia en batallas de campo.
No iba a ser una pelea sencilla. Cuenta una de esas fábulas que la puerta que custodia el acceso a la Alhambra es conocida como la Puerta de la Justicia. Sobre ella y su grandeza reza una leyenda: si existiese un caballero en la tierra que al pasar a caballo bajo su arco exterior fuese capaz de tocar con la punta de su lanza la mano esculpida en lo más alto, suyo sería el trono del reino de Granada.
Hasta el pasado 11 de mayo de 2019 pocas habían logrado tocar esa mano esculpida. Amazonas provenientes del Barcelona, el Espanyol o del propio Levante se habían erigido como reinas de la ciudad en los últimos lustros. Ahora era el turno de la armada guipuzcoana. La Real escribió sobre Los Cármenes la página más brillante de su corta historia en una final espectacular en la que jugó sus bazas de maravilla. De principio a fin, vimos hace 365 días a unas jabatas vestidas de blanquiazul que hicieron pequeño a un equipo superior, el Atlético Madrid, demostrando que en el fútbol todo es posible.
En cualquier batallón existen una serie de guerreras que portan el estandarte y guían al resto de sus compañeras. Aquella tarde en Granada, toda la plantilla jugó un papel fundamental, incluido el staff técnico, pero el partido de Mariasun Quiñones fue para enmarcar. Fue la escogida para tocar con la punta de su guante la mano esculpida en lo más alto. El trono del reino de Granada lucía de blanco y azul por primera vez en su historia.
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