No hay profetas de la tierra

Silva, Merino y Zubimendi. Un trío de auténtico lujo para formar un centro del campo. Pero el Valencia tampoco anduvo cojo. Wass y Kondogbia complicaron mucho la tarea a los mediocampistas locales y el canario, el navarro y el donostiarra no pudieron brillar como de costumbre. La Real, sin embargo, encontró buenas soluciones desde las bandas con Januzaj y Barrenetxea. El belga cuajó un partido espectacular, sobre todo en la segunda mitad. Mención especial merece también Gorosabel. El lateral, infatigable, no dejó de doblar la banda y causó mucho peligro en la zaga rival. Gran partido el suyo.

El conjunto realista había comenzado la segunda parte en modo arrollador. El Valencia no existía. Apenas le duraba el balón. Los donostiarras acaparaban el esférico y tras pérdida conseguían recuperar la pelota de manera inmediata. Parecía cuestión de tiempo que llegara el gol blanquiazul, pero lo que de verdad llegó fue el minuto 67. En ese instante Imanol realizó cuatro cambios de un tirón y el equipo ya no fue el mismo. Pareció un movimiento más propio de un amistoso de pretemporada que de uno oficial. Willian José, Portu, Roberto López y Guevara no mejoraron lo visto hasta el momento.

Ayer jugó un buen central zurdo en Anoeta, con un futuro prometedor y donostiarra. Pero en el Valencia. Hugo Guillamón, nacido en San Sebastián el 31 de enero del 2000, es una de las grandes joyas de la cantera valencianista. No recordará su estancia en nuestra tierra porque su familia se mudó a L'Eliana (Valencia) cuando tenía dos años. Se da la circunstancia de que su debut con el primer equipo se produjo la pasada campaña en Donostia, cuando saltó al campo en la segunda mitad. Ayer consiguió frenar las intentonas realistas y completó un gran partido. ¿Estaría en la agenda de Olabe?

La derrota de ayer supone una bofetada de realidad en toda regla. La Real ya se veía comandando la clasificación en este buen inicio de competición, pero un Valencia en plena crisis institucional y deportiva le ha devuelto a la tierra. La Real jugó mejor que el rival y no mereció perder. Seguro que este contratiempo le sirve a Imanol como lección para el futuro. Y el futuro más inmediato es el sábado a las 18.30 horas de nuevo en Anoeta ante todo un coco: el Getafe. Ojalá que la rabia acumulada por la decepción de ayer sirva para afrontar con más ganas si cabe un duelo en el que saltarán chispas.