La primera victoria en casa tendrá que esperar

Con lo felices y dichosos que estábamos con el ambiente del nuevo Anoeta y ahora volvemos a tener el problema de siempre, que sin la gente hace demasiado frío. Antes estaba muy lejos. Ahora sencillamente no está.

El partido respondió a lo que suele suceder cuando vendemos que llega un rival en crisis y nos creemos el Bayern de Munich. Que te sacuden. En la redacción ya me lo recordaron al hacer la previa: «Recalca que el Valencia está muy mal». Pues eso. Ni el mensaje de Imanol la víspera tratando de enfriar el triunfo en Elche dio resultado. Gracia plantó muy bien a los suyos y le ganó la partida a su antiguo compañero de vestuario en la Real.

Gorosabel y Monreal lo hicieron bien en ataque, llegaron más que nunca, pero faltó presencia en el área para terminar. Los dos remates más claros fueron los de Oyarzabal y Merino llegando desde atrás, desviados a córner tras pegar en un contrario. Januzaj, Isak, Barrenetxea, Portu y Willian José, cada uno con aportaciones diferentes, apenas dispararon. Tema a reflexionar éste de la poca producción ofensiva por fuera en los balones centrados al área.

Pudo marcar Oyarzabal en el minuto 73, tras una buena penetración de un incansable Gorosabel por la derecha, pero a la vuelta fue Gayà el que castigó el flanco del arrasatearra para asistir a Maxi en el gol del triunfo. Tampoco nadie llegó en pleno repliegue a tapar el envío cruzado de Wass a la espalda del lateral ni Le Normand está rápido para proteger la espalda de Aritz. Eso sí,

Con todo,