Tercera jornada e Imanol decide dar entrada en la titularidad al flamante fichaje, David Silva.
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Dos semanas con el grupo y el canario ya se ha hecho con un sitio en el once. El sacrificado, Barrenetxea. Oyarzabal volvía a su hábitat natural, la banda izquierda. Nuevo entrenador en el equipo local que puso un dibujo 1-5-4-1 con diez jugadores por detrás de medio campo. Un repliegue intensivo que la Real debía superar con paciencia y precisión. La idea del Elche era sobretodo cerrar pasillos interiores para que jugadores de la calidad de Silva y Merino no recibiesen cómodos y obligar a la Real a jugar por fuera.
Muchas situaciones de centro que no encontraron rematador en la primera mitad. Las conducciones de Elustondo superando al delantero rival y atrayendo un centrocampista visitante, liberaba de marca a Silva para que pudiese dar el último pase.
Merino nos deleitó con una 'delicatessen' para Portu en el primer gol y luego volvió a asistir a Roberto López
Otra de las posibilidades para marcar llegaban de la presión alta al juego de iniciación del conjunto local, sobretodo en el saque de puerta donde el Elche demostró que le queda mucho trabajo por delante para sacar el balón limpio desde atrás. No estuvo acertada la Real para aprovechar esas pérdidas tan próximas a la portería.
Paciencia, palabra clave para el transcurso del segundo tiempo. Madurar el partido y mover el esférico de izquierda a derecha de una manera rápida, máximo dos toques, a veces uno para acelerar y después realizar con tino ese pase vertical que rompa líneas, encontrar a Silva y Merino para que estos asistan a los atacantes. Así se sucedían las ocasiones, pero el primer gol vino tras una segunda jugada de un córner. Porfió Elustondo un balón en el flanco derecho que llegó a Oyarzabal, realizó una conducción fijando a tres defensores y le dio el balón a Merino –lo que hizo el navarro se puede describir como una 'delicatessen'–, para que un gran Portu de disparo cruzado subiese el primer gol al marcador.
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En una recuperación de un fresco Januzaj, vio metros para correr y no dudó. Pelota pegada al pie y directo al área. Penalti y gol del belga con una ejecución perfecta. El tercero y último gol fue obra de Roberto López con su pierna derecha, tras una nueva asistencia de Mikel Merino.
El fútbol es caprichoso y todo lo contado anteriormente no tendría ningún sentido sin mencionar a Álex Remiro. Dos acciones aisladas, ambos errores defensivos groseros pudieron costar muy caro, pero el meta de Cascante realizó dos paradas soberbias para que los tres puntos se fuesen finalmente a San Sebastián. Que no se repita porque esas salvadas no se ven todos los días.
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