Este líder va muy en serio

Al margen de la importancia de los puntos sumados, el gran rédito que da un triunfo así es que corta con dos partidos en los que el cuadro de Imanol acabó con mal sabor de boca tras los empates en el derbi y frente al Sturm Graz, abonándose de nuevo a una dinámica positiva con la que se va al parón. Además, son ya 16 partidos oficiales sin perder –doce de Liga y cuatro de Europa–, una racha de imbatibilidad que no se da desde la 02/03 con Denoueix. Solo se ha cubierto un tercio del campeonato y queda mucho, pero este líder no parece ser flor de un día sino que va muy en serio.

El técnico varió el 50% de los jugadores de campo respecto al jueves contra el Sturm Graz al introducir en el once a Zaldua, Aritz, Rico, Barrenetxea e Isak por Gorosabel, Zubeldia, Aihen, Portu y Sorloth. El aspecto físico es clave en El Sadar y más si llegas de haber jugado 72 horas antes. Además, el oriotarra cambió los perfiles de los interiores y los extremos para tratar de despistar a Arrasate. Es decir, colocó a Merino por la derecha y a Silva por la izquierda, mientras que arriba Barrenetxea comenzó por la derecha y Januzaj por la izquierda. La jugada le pudo salir bien muy pronto porque apenas en el segundo minuto Silva aprovechó el pasillo interior de su lado para ganar la espalda a Torró, sacó de sitio a Moncayola y se fue hasta línea de fondo pero Herrera interceptó el pase de la muerte.

No le costó mucho a Osasuna ajustar los marcajes y buscar a la Real arriba para tenerla alejada de su área. Con Moncayola de pivote y una línea de cuatro por delante con Barja, Torró, Brasanac y Rubén neutralizó bien el juego txuri-urdin en iniciación y creación durante la primera media hora. Pero los de Imanol tuvieron la cabeza fría para no cometer pérdidas en zonas delicadas que alimentasen la contra navarra, por lo que Remiro vivía plácidamente más allá de tener que salir a blocar con mucha seguridad algún centro lateral de Barja o Rubén desde los costados.

En el minuto 25 la partida de ajedrez entró en otra dimensión cuando la Real pasó a combatir esa presión en zona de tres cuartos rojilla con un cuadrado en el centro del campo, situando a la misma altura a Zubimendi y Merino para atraer y colocando por delante a Januzaj y Silva por dentro. El movimiento se completó con el cambio de banda de Barrenetxea para que buscara el uno contra uno en la izquierda.

Ahí cambió el decorado porque Januzaj y Silva empezaron a entrar en juego a los costados de Moncayola. Una combinación entre Zubimendi, Merino y Silva desembocó en una conducción vertical del canario que dividió a Januzaj por izquierda. Su centro fue rechazado por Unai García para el disparo de Merino desde la frontal del área.

Después fue Silva el que metió un buen pase en profundidad a Barrenetxea para que encarase a Vidal dentro del área pero su disparo lo sacó David García cuando iba dentro. Antes del descanso Silva filtró de primeras al propio Barrenetxea que sacó de punto a Vidal y centró raso atrás. Merino llegaba con todo para rematar pero Rubén García lo impidió en posible penalti que Ortiz Arias no apreció. La Real se iba al descanso tras un cuarto de hora de buenas sensaciones.

En la reanudación Arrasate trató de ajustar su dibujo y dispuso de un 1-4-4-2 con Torró más cerca de Moncayola, Brasanac presionando arriba con Kike y Barja y Rubén cerrando por dentro al estilo de lo que planteó el Athletic en el derbi. La Real estuvo veinte minutos sin salir de su campo. Antes esas situaciones le incomodaban porque era vulnerable cerca de su área pero ahora ha madurado y con Le Normand y Merino su juego en estrategia defensiva y en los balones aéreos ha crecido mucho.

Con terreno para explorar por delante, alguna salida tenía que fructificar. Avisaron primero en sendas acciones individuales Isak y Januzaj hasta que en el minuto 72 llegó la jugada del primer tanto. Silva cayó a recibir y amasó el contragolpe con un pase e lujo con el que superó la primera presión rival. Osasuna ya tenía que correr hacia atrás. Merino y Januzaj dieron calidad a la combinación en tres cuartos para que el navarro terminara marcando con la colaboración de Torró, que desvía su remate. Silva, que había iniciado varios ataques prometedores en la primera parte, lo había conseguido en la segunda.

El gol dejó tocado a un Osasuna que no pudo reaccionar y que recibió en diez minutos el segundo tras una jugada plena de desborde el belga en la que se quita del camino a Moncayola, Torró, Vidal y Unai. La obra de arte tuvo su culminación desde los once metros tras un lanzamiento con el que engañó a Sergio Herrera. Así, los últimos minutos se convirtieron en una fiesta para el millar de aficionados realistas que disfrutaron de la victoria sin tener que esperar al pitido final.