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Barrenetxea y diez más

La clase del donostiarra y la seriedad con la que se toma Imanol la Copa convierten la eliminatoria en un trámite

Miguel González

San Sebastián

Viernes, 22 de noviembre 2024, 01:00

Uno de los legados que dejará Imanol en la Real es el de haberse tomado la Copa en serio. Lo que antes eran años duros ... con sorpresas negativas a las primeras de cambio ante rivales de inferior categoría ahora son partidos que se afrontan con la máxima seriedad, aunque como ayer faltaran hasta 13 jugadores de la primera plantilla incluidos todos los internacionales. Con el oriotarra no hay bromas y se vio desde el primer minuto.

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Cuando haces bien los deberes suele ocurrir que se ve la diferencia real entre un equipo de Primera y otro de Tercera. La temporada pasada el cuadro txuri-urdin solo pudo ganar por la mínima al Buñol de regional y al Andratx de Tercera. Es verdad que ambas eliminatorias se disputaron en campos pequeños y de hierba artificial, pero a la Real también le faltó inspiración para conseguir un resultado más contundente como en esta ocasión.

Y eso que en los días previos hubo quien recordó la maldición del Rico Pérez, donde no se ha ganado nunca en la historia al Hércules. Ni siquiera en los años de los dos títulos de liga en los ochenta, cuando sufrió sendas derrotas por 2-0. Sin embargo, los dos recuerdos que tengo de este campo son positivos, aunque delante tampoco estaba el conjunto herculano como ahora con el Jove Español.

Los suplentes cumplieron con nota su trabajo e Imanol tendrá el once titular fresco para el derbi

En 1999 cubrí para este periódico la final de la Copa de Campeones juvenil que conquistó aquel equipo de Carmelo Amas ante el Sevilla en los penaltis. Labaka marcó desde los once metros el gol decisivo y como capitán levantó el trofeo en el mismo césped. También estaban allí Gurrutxaga, que fue expulsado a falta de cinco minutos –dice la leyenda que para no lanzar los penaltis– y Juan Ugarte, el representante de Imanol que estos días negocia con el club su renovación.

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La otra ocasión en la que vi ganar a la Real fue en Segunda contra el Alicante, que compartía estadio con el Hércules al ser de titularidad municipal. Abreu y Agirretxe firmaron el 1-2, aunque no le dio a aquel conjunto de Lillo para entrar en la pelea por el ascenso. También andaba ese día por allí Labaka, quien no podrá decir que el Rico Pérez le trae malos recuerdos.

Jugadores de Primera

Barrenetxea se encargó de espantar los fantasmas demostrando esa vieja ley que dice que hay jugadores de Primera y jugadores que están en Primera. Le bastó un cuarto de hora para clavar dos remates al palo largo de la portería de David Bernabéu y dejar sentenciada la eliminatoria. Por si las moscas dio la asistencia de los dos siguientes tantos a Magunazelaia y a Sergio Gómez para quedarse al descanso en los vestuarios y pensar en el derbi del domingo.

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El planteamiento de Visnjic, que en su época de jugador se midió a la Real con el Partizán en Atocha en la Copa de la UEFA, fue valiente y contribuyó a que la Real encontrara los espacios para hacer daño en ataque. Normalmente estos rivales pequeños tratatan de atrincherarse atrás y resistir a base de acumular hombres, pero prefirió que los suyos disfrutaran de un día especial y fuesen protagonistas también con balón. Llegaron a lanzar más córners que la Real a pesar de la evidente diferencia entre ambos equipos.

Cumplido el trámite es tiempo de pensar en el derbi, para el que Imanol dispondrá del once titular en plenas condiciones. Remiro, Aramburu, Zubeldia, Aguerd, Javi López, Zubimendi, Brais, Sucic, Kubo, Oyarzabal y Becker se quedaron en Donostia, sin descartar las opciones de Aihen, Sergio o Barrene. De repente le sobran efectivos al míster. Bueña señal.

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