Marrero se reivindica y se muestra como alternativa a Remiro

«Yo no regalo minutos» es una de las frases más utilizadas por Imanol Alguacil desde que es primer entrenador de la Real y el año pasado cumplió esta premisa a rajatabla. Andoni Zubiaurre jugó tan solo un partido, ante el Cazalegas en la Copa. De hecho, el propio Marrero superó al ordiziarra como segundo portero durante un tramo de la temporada al «entrenar mejor que Andoni». El canterano de 21 años se está ganando con creces ser el número 13 txuri-urdin y, tal como adelantó este periódico a mediados de junio, la dirección deportiva ni siquiera se planteó la posibilidad de acudir al mercado para encontrar un buen recambio de Remiro. La apuesta por Marrero es total.

Los técnicos que le ven a diario en Zubieta están muy satisfechos con su rendimiento y han notado una evolución en el guardameta. Ha ganado en confianza, tiene más poso, ha mejorado en recursos técnicos y también bajo palos. Para muestra, un botón, y en este caso, su gran actuación ante el Atlético. Si bien durante los primeros minutos de su actuación los rojiblancos no amenazaron su meta, el guipuzcoano tuvo que sudar y salvar a su equipo con acciones de mucho mérito. Saltó con reflejos felinos a los pies de Memphis. Despejó el balón y el neerlandés se dejó caer pidiendo penalti. Ni mucho menos.

Los dos mismos protagonistas se citaron poco más tarde en el punto de penalti. Memphis quiso tirar de picardía y quedó en evidencia al ejecutar de manera horrible la pena máxima. El '9' del Atlético de Madrid tiró a lo Panenka y Marrero pudo pararla con el pecho. No quiso ser malo y blocó el balón sin problemas. El azpeitiarra aguantó hasta el último momento y no cayó en la trampa. «Estoy contento, siendo un chaval con 21 años hacer este partido con el primer equipo me hace estar contento. Pero tengo que seguir trabajando porque vendrán más partidos y debo ser regular».

Esa es precisamente una de sus obligaciones. Las buenas sensaciones de los técnicos indican que Marrero quizá vaya a tener un papel más similar al que tuvo Ryan que a la temporada casi en blanco de Zubiaurre. «Me he encontrado muy a gusto», añadió sonriente. Como para no. El azpeitiarra voló en el minuto 92 para detener un cabezazo de Lino que se colaba. La acción técnica, brillante. Salió a buscar el centro, retrocedió a la línea y se estiró, a contrapié, a por el esférico. De diez.