La Liga de Campeones era esto
La Real no tiene suerte en el sorteo de octavos y se cruzará con el más fuerte de los segundos clasificados, el PSG de Mbappé y Luis Enrique
El rival menos deseado por su potencial deportivo y económico. Había siete candidatos posibles, todos segundos de grupo, y la Real se enfrentará al ... más exigente, al más temido. La eliminatoria de octavos de la Liga de Campeones se abrirá el miércoles día 14 de febrero en el Parque de los Príncipes de París y la vuelta se jugará en Anoeta el martes 5 de marzo. Ambos a las 21.00 horas. Sigue así la tradición de exigentes eliminatorias que ha tenido que afrontar la Real en los últimos años: Manchester United, Leipzig, Roma y ahora PSG. Es la primera vez que se va a medir al equipo parisino. Se trata, eso sí, de otro adversario francés, como en la última ocasión en la que los realistas llegaron a octavos de final de la Champions, en la 2003/04, cuando el Olympique de Lyon de Juninho Pernambucano eliminó a la Real de Denoueix (0-1 en Anoeta y 1-0 en París). La Real no ha tenido suerte. El presidente Jokin Aperribay fue sincero en su primera valoración en Nyon, en la sede de la UEFA, donde se celebró el sorteo, y al que llegó tarde por un retraso en el vuelo debido a la niebla: «Es el rival más difícil, el que queríamos evitar. Qué le vamos a hacer». A orillas del Sena, la lectura del sorteo fue la contraria. La Real era teóricamente el más asequible de los primeros clasificados de grupo y por tanto el más deseado, como avanzaba ayer el diario L'Equipe: «Pondremos una vela para que nos toque la Real», apuntaba en su edición digital. Horas más tarde, el presidente del PSG, el saudí Nasser Al-Khelaïfi, rebajó la euforia: «La Real es un club magnífico al que respetamos mucho. Tienen un equipo formidable que ha terminado primero de grupo, y un gran presidente que hace un trabajo fantástico».
Asimilado el resultado del sorteo, el paso de las horas equilibra la eliminatoria, o por lo menos permite encararla desde un prisma más optimista porque la Real tiene argumentos a los que agarrarse.
La Real no ha perdido en lo que llevamos de Champions, ha sabido encarar cada uno de los seis partidos con ambición y juego, y se ha adaptado a cualquier guion. No debería ser distinto ante el PSG como tampoco lo ha sido ante el vigente subcampeón de Europa (Inter) y dos campeones de Liga (Benfica y Salzburgo).
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Una de las incógnitas es a qué equipo le viene mejor que se juegue el cruce en dos meses. A la Real le podría venir bien jugarla hoy mismo porque está con chispa y porque en cambio el PSG está sacando adelante sus partidos con apuros; en febrero es imposible saberlo.
El calendario de la Real hasta entonces es rico. A los partidos de liga que tiene que jugar antes del 14 de febrero (Cádiz, Alavés, Athletic, Celta, Rayo, Girona y Osasuna) se le suma el cruce de Copa de treintaidosavos ante el Málaga programado para el 7 de enero y los posibles de dieciseisavos, octavos y cuartos, programadas sus semifinales para 8 y 9 de febrero y 1 y 2 de marzo. Lo normal es que el conjunto parisino esté más engrasado en febrero-marzo como todo grande que aspira a ganar títulos pero a jugadores como André Silva, Sadiq, Tierney, Barrenetxea y Brais, todos salientes de lesiones, tampoco les viene mal ir ganando minutos en este tiempo.
Mbappé y diez estrellas más
Más allá de especulaciones, la Real sabe que el reto es mayúsculo. El PSG tiene un plantillón formado a golpe de talonario, con variantes en todas las posiciones, y su objetivo es ganar todas las competiciones en las que participa. Su obsesión es la Liga de Campeones que todavía no ha conseguido ganar. En la temporada 2019/2020 fue cuando más cerca estuvo de levantar la 'Orejona' al perder la final ante el Bayern de Múnich.
El PSG es lo que se conoce como un club-Estado, aquel equipo respaldado financieramente por un país, por lo cual no tiene que generar sus propios ingresos. En este caso, el PSG pertenece a Qatar Investment Authority, un fondo soberano de inversión catarí.
Eso hace que en cada línea tenga una estrella: Hakimi, Donnarumma, Dembélé, Marquinhos... y por encima Mbappé. Es la figura, el referente, el que marca su estilo de juego. El PSG genera diferencias en el juego al espacio aprovechando la velocidad de sus delanteros, pero también sabe jugar a otra cosa. Luis Enrique, su entrenador desde esta temporada, está tratando de hacer del PSG un bloque camaleónico, con jugadores capaces de jugar también al pie, pero su camino no está siendo fácil. No quita para que sea el líder de la Ligue1 y que esté en octavos de la Liga de Campeones tras quedar segundo de un grupo que ha compartido con el Borussia, Newcastle y Milan. El PSG se clasificó a última hora y de rebote, tras ganar dos partidos, empatar dos y perder, pero ahí está.
«Estamos serenos y muy muy ilusionados, es un súper desafío que nuestra afición va a poder vivir y disfrutar», confesó ayer el director de fútbol de la Real, Roberto Olabe, tras conocerse el emparejamiento. «Asumimos la dificultad, pero si queremos aspirar a todo tenemos que ganar al que se nos ponga delante».
Lo peor de la eliminatoria, en cualquier caso, no es el potencial del PSG sino quienes les suelen acompañar lejos de París. Sus hinchas más radicales son peligrosos y arrasan por donde pasan. Este cruce es un reto también para quienes se encargan de velar por la seguridad.
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