Ser lateral de Imanol lleva un tiempo

La llegada del lateral canario viene a tapar un agujero evidente. El único lateral izquierdo de la plantilla es Aihen y no juega un partido desde el 20 de enero en Vigo. En ese lado izquierdo de la defensa tampoco está ya Robin Le Normand. Y frente al Rayo Vallecano se vio que, por el momento, ese será el lado débil de la defensa de la Real. A pesar del partidazo de Jon Pacheco.

Javi López empezó cohibido el partido. El lado fuerte del ataque del conjunto realista fue el derecho con Kubo y Brais y el canario pasó de puntillas los primeros minutos. Diecisiete segundos tardó en tener el primer susto. En un saque rápido del centro del campo, los visitantes le pillaron la espalda a toda la defensa y Ratiu entró como un cañón por detrás suyo. No entró de milagro y Javi López respiró.

Pasado el susto, el defensor canario trató de coger su sitio y no fallar. Jugó a dos toques mayormente y se apoyó en Urko y Pacheco para jugar con los de cerca.

Lo más destacable de Javi López fue que se mostró poderoso físicamente en el uno contra uno. Cuando le encararon en estático, no pudieron rebasarle. Ahí mostró su gran fortaleza y a partir de verse superior ahí empezó a crecer en otros aspectos. Antes del descanso, colgó un buen centro a Oyarzabal en una de las pocas jugadas en las que llegó a tres cuartos y encontró al espacio con un buen pase raso a Becker.

Su segunda parte fue, al igual que la de todo el equipo, bastante peor. Se vio en inferioridad en más ocasiones y sufrió. En el primer gol del Rayo se le vieron las costuras. Cuando De Frutos recibe el balón, el canario está muy hundido. Si hubiese mantenido la línea el atacante rival habría quedado en fuera de juego. Después, el segoviano le recorta dos veces antes de fusilar a Álex Remiro. Mumin antes había podido correr entre muchos realistas, pero Javi López tiene que ser mucho más contundente ahí.

El segundo gol también viene de un error suyo. El saque de banda que lanza hacia el centro, con Sucic de espaldas, es una temeridad. Pase horizontal, peligro vertical repiten los entrenadores del fútbol base a diario.

Lo único positivo de los segundos cuarenta y cinco minutos fue el zurdazo cruzado que desvió la defensa del Rayo en el rechace de un córner. Le va a llevar tiempo a adaptarse a Imanol, pero debe ser lo menos posible.