El que se duerma pierde el sitio

Mikel Merino y David Silva parecen fijos, pero el nombre del tercero en discordia está en el aire. Ayer, frente al Granada en el Nuevo Los Cármenes, la oportunidad volvió a recaerle a Asier Illarramendi. La presencia del mutrikuarra era la única novedad que presentaban los txuri-urdin respecto a los que habían vencido al Levante. El técnico realista apostaba por su medular de gala, el particular 'big three' junto al navarro y el canario.

Illarramendi volvía de esta forma a jugar tres semanas después de haberlo hecho por última vez ante el Alavés en el Reale Arena. Una pequeña sobrecarga le hizo perderse la visita al Real Madrid y en la Real de este año está claro que al primero que se despiste, le quitan el sitio. No en vano, el mutrikuarra perdió pie ante los merengues y tuvo que ver el duelo frente al Levante desde el banquillo porque Imanol tiró de Martín Zubimendi para la sala de máquinas, después de que rindiera a las mil maravillas en Valdebebas. Con la lesión en la cadera del canterano de Gros, en la tarde de ayer el capitán volvía a la medular por octava vez este curso para completar 77 minutos y presentar sus credenciales para hacerse con una plaza en una lucha cada día más despiadada.

Sin embargo, ni el partido ni el rival permitieron a Illarramendi lucir sus mejores galones. El Granada presionó arriba la salida de balón txuri-urdin durante buena parte del duelo y el mutrikuarra no pudo ahí imponer su ley. Sufrió a la hora de recibir y repartir juego y, en las escasas opciones que tuvo para amasar la pelota, el conjunto nazarí optó por cortar de raíz y coser a faltas al poseedor del esférico. El '4' realista tampoco se libró de recibir su tarascada. La primera, de Yan Eteki en la propia frontal del área de Remiro antes de que se cumplieran los primeros veinte minutos de juego. En el saque de esa misma infracción, el propio futbolista camerunés del Granada propició un rodillazo en la zona lumbar a Silva, que dejó a Illarramendi sin su socio en el centro del campo.

Sea como fuere, el encuentro le pedía meter una marcha más ante un rival que hasta el momento se había mostrado muy férreo. Y precisamente en esa velocidad de toma de decisiones y de balón es en lo que más flaqueó el pivote realista, comprensible tras una inactividad tan larga como la que ha sufrido. Si bien es cierto que no escatimó esfuerzos en hacer la cobertura defensiva a ambos centrales.

Imanol lo sustituyó a menos de un cuarto de hora para el final para dar entrada a Ander Guevara, otro de los futbolistas que oposita para hacerse con ese puesto. Así, a dos semanas para la hora de la verdad y el partido más importante de la temporada, la final de Copa del próximo 3 de abril, cualquier mínima oportunidad es susceptible de ser aprovechada.