En Becerril empezó una amistad eterna

Nunca antes en la historia de la Copa del Rey, en sus 118 ediciones, un equipo de un pueblo tan pequeño había llegado tan lejos. El Becerril era y sigue siendo un equipo amateur que esta temporada, como en la pasada, juega en Tercera, pero que lo mismo podría hacerlo en Regional porque sube y baja indistintamente en la última década.

Su capitán 'Diestro', con trece temporadas a su espalda en el Becerril, se recupera ahora de una grave lesión en su pierna menos buena, la izquierda, que ya arrastraba en vísperas de aquella eliminatoria. Entonces apuró sus opciones de jugar hasta el calentamiento del partido, «no quería perderme esa noche por nada del mundo», pero finalmente no pudo saltar al terreno de juego. Pese a no jugar, no olvida aquel «inolvidable y mágico» partido y tampoco el gesto que tuvo el capitán Oyarzabal al hacerle entrega de una camiseta firmada por Illarramendi, «un jugadorazo al que siempre he admirado y que tuvo el detalle de acordarse de mí. La tengo enmarcada en casa».

También fue una noche «especial, la más importante de su historia» para aficionados del Becerril como Sergio Torres. «Ni se nos pasaba por la cabeza medirnos alguna vez ante un Primera y sabíamos que teníamos un 1% de posibilidades de pasar, pero eso no era lo importante para nosotros sino que la gente que viniera de Gipuzkoa lo pasara bien».

La química que hubo –y sigue habiendo– se concretó semanas después cuando la Real invitó al pueblo de Becerril a presenciar un partido en Anoeta. «Aquello fue tocar el cielo», dice Torres. Las aficiones quedaron hermanadas y hoy es el día que en Becerril está a punto de nacer una peña de la Real Sociedad. «Esta semana hemos hablado con la coordinadora de peñas de la Real y todo sigue adelante. En los bares del pueblo se ve en televisión al Real Madrid, al Barcelona y ahora también a la Real».

Lo confirma el capitán del Becerril. «El trato que tuvisteis los medios, los aficionados y la propia Real hace que todavía hoy sigamos enganchados al equipo. No hay partido que me pierda de la Real. Es mi equipo».

Optimistas ante la final

Trabajador en la construcción, ni él ni ninguno de los jugadores del Becerril vive del fútbol. En la plantilla hay trabajadores de Fasa Renault, un librero, un administrativo, dos auxiliares sanitarios, un herrero, un agricultor, estudiantes... Algunos residen en Becerril o están ligados de alguna forma al pueblo, bien por parentesco familiar o porque trabajan cerca. «Para nosotros fue un premio gigante», confiesa el capitán en alusión al partido ante la Real. «Los momentos que vivimos desde que nos tocó la Real hasta que llegó el partido fueron inolvidables para un equipo humilde como el nuestro».

Esa simpatía por la Real la siguen cultivando con los nuevos jugadores que llegan al vestuario. «No hacen más que escuchar anécdotas y vivencias de aquella eliminatoria. Tienen que estar hasta las narices».

La Real hizo los deberes y ganó por 0-8, con tantos de Januzaj (3), Isak (2), Le Normand, Pardo y Barrenetxea. Luego llegaron las eliminatorias ante Ceuta, Espanyol, Osasuna, Real Madrid y Mirandés. El Athletic espera en Sevilla. Y en Becerril lo tienen claro. «La duda ofende, vamos con la Real a muerte», proclama Torres. «Si teníamos una autocaravana alquilada para ir a vivir el ambiente en Sevilla...».

'Diestro' tampoco duda aunque «hace unas semanas lo veía más claro porque el Athletic no estaba en su mejor momento, pero con el cambio de entrenador han cogido aire y es otro equipo diferente. Eso sí, la Real sigue jugando igual de bien, aunque en determinados partidos quizás le ha faltado algo de gol. Mi corazón me dice que gana la Real y mi cabeza que va a ser una final igualada. Dicen que las victorias saben mejor cuando es más difícil, ¿no? Pues eso».