Natalia Arroyo: «El equipo está dudando continuamente de sí mismo y eso es lo más duro de esta temporada»

–Quedan seis jornadas pero, ¿no se han agotado ya los alicientes?

– Sí que es verdad que nos hemos caído de lo que más nos agarraba, que era intentar sumar los puntos de cada jornada para alzarnos en la clasificación. Eso hace semanas que ya no existe. No vamos a estar en los puestos que nos ilusionaban pero tenemos que darle valor a los 18 puntos que quedan para estar lo más arriba posible.

– ¿Por qué?

– Por el mero orgullo de ganar y porque la clasificación dice cosas. No es lo mismo ser sextas que novenas. El equipo está rabioso porque prefiere ganar y no encajar. Cada partido nos va pidiendo seguir a más. Está siendo complicado porque la dinámica positiva de resultados suele ayudar y este año no está existiendo.

– Desde el final de la temporada hasta el inicio de la próxima hay demasiado tiempo para darle vueltas a la cabeza...

– Sí que creo que empiezas una campaña en función de cómo acabas la anterior por mucho que el verano sirva de 'reset'. Está siendo un año de enfrentarnos a la adversidad desde el inicio. No estábamos todas hasta el viernes de la primera jornada y después hemos ido arrastrando resultados. Nos acompaña la sensación de incompletas todo el año. Está siendo todo el rato un 'sí, sí, sí, vamos', incluso lo mereces, pero ocurre que no ganas. También ha habido semanas en las que no hemos conseguido dar el nivel que la competición exige.

– ¿Qué rol desempeña la entrenadora en ese contexto?

– Estoy manejándome entre ser coherente y no cambiar radicalmente las cosas e incidir en detalles para invertir la tendencia. Tratamos de subir la exigencia en el día a día, lo que es más difícil cuando la dinámica de resultados no se da. Pero volviendo a lo de antes, dejar morir la temporada y pensar en la siguiente no va a funcionar. Agradezco al equipo que se esté agarrando a darle valor al día a día.

– ¿Cómo explica la diferencia de 25 puntos respecto a la posición de Champions con el mismo equipo que logró clasificarse para esa competición un año antes tras ser segunda?

– Técnicamente no somos las mismas. Hay ausencias. Nuria Rábano y Emma Ramírez eran dos jugadoras con buen minutaje. También han venido nuevas. No es por ellas que no nos ha salido la temporada, no es una causa-consecuencia, pero creo que es importante matizar que no somos el mismo equipo.

– ... pero casi.

– Los equipos somos un relato. Hemos intentado entender que esto es la continuidad no solo del año pasado en el que fuimos segundas, sino también de la temporada anterior. Pero al mismo tiempo también tenemos que tener la capacidad de empezar el relato con las que empiezan cada curso. Sí, somos muchas las que vivimos la experiencia del último año, pero somos también otra gente y tenemos que construirnos como nuevo grupo. El año pasado la competición no nos castigó en partidos que lo podía hacer y esta temporada ha pasado lo contrario. El fútbol a veces es tan sencillo como las dinámicas. La pasada campaña entramos en la rueda de victorias y esta vez, entre tropiezo y tropiezo, nos hemos ido dejando energía. Este año hemos sido nosotras ese equipo inestable del que se han aprovechado otras. Nos conduce a la reflexión del deporte sobre qué difícil es mantener lo que has conseguido.

– Habla de reflexión. ¿Deja la temporada mucho que analizar?

– El equipo no ha cambiado aparentemente tanto como para que las cosas cambien tanto, por mucha contradicción que parezca. Claro que tenemos que analizar dónde hemos soltado la cuerda para que no estemos siendo capaces de tener el nivel de acierto deseado. Realmente se ha ido en la línea de provocar las mismas cosas que antes, pero la liga nos dice que no es suficiente, que hay que hacer más, o hacerlas más rápido o no hacer las mismas. Nos lo está diciendo la competición. Habrá que analizar, sí.

– ¿Ha sido la baja de Gaby más determinante de lo que podía parecer en un inicio?

– Gaby estaba creciendo en algo que le había costado, que es el elemento goleador, la llegada. La hemos ido transformando. Estaba encontrándose en ese híbrido entre cuándo mezclar por dentro, cuándo llegar a área, gol. Es distinta a las otras centrocampistas. Ciertamente cayó cuando tenía un nivel de confianza y liderazgo alto. Tiene esa capacidad de abarcar mucho terreno. Suplirla era difícil. Lo hemos tenido que hacer como grupo, pero ojalá no se hubiera lesionado.

– ¿Le está resultando difícil motivar a las jugadores con lo que queda en juego?

– Entiendo que la situación no es tan motivante como cuando estás ante una posibilidad de levantar un título. Decir lo contrario es engañarnos. Pero sí estamos consiguiendo seguir agarrándolas al día a día desde una mirada de mejora colectiva, pero también desde el trabajo individual, a base de personalizar mucho muchas cosas que el día a día no permite. Esa venía siendo la idea, pero cuando ves que te has descolgado en la clasificación, lo hemos orientado más aún hasta ahí. Nos ha parecido una buena manera de enganchar a las jugadoras y estoy contenta con su respuesta.

– ¿Cómo está el grupo de confianza?

– Está ocurriendo que cada domingo no estamos teniendo estos tres puntos que te hacen una parte del trabajo. No hay que ser demasiado crítico cuando lo haces mal, ni relajarse cuando te va bien y ese acompañamiento siempre lo tienes que hacer, cuando ganas y cuando no. Ahora lo que estamos teniendo que hacer más es sumarles confianza a las jugadoras. El equipo está dudando de sí mismo constantemente y eso es lo más duro de esta temporada. Las futbolistas no están consiguiendo soltarse porque no terminan de conseguir resultados. los partidos no se están dando. Se trata de acompañar para que crean en ellas y sientan que tiene nivel.

– Tal vez si lograran ganar al Barcelona y al Real Madrid en sus próximos compromisos...

– En Barcelona se nos escapó un logro y eso tiene que encendernos e ilusionarnos. Y contra el Real Madrid jugamos una primera parte que nos tiene que encender. Son suficientes estímulos. Toda versión que podamos mejorar respecto a la primera vuelta, hay que ir a por ello. La Real tiene que ir siempre a ganar en casa. Nos tiene que mover el orgullo de ganar.

– Hablando de orgullo. ¿Cómo ve la cantera?

– Estamos muy cerca de ir recogiendo los frutos del trabajo oscuro de arrancar el proyecto desde abajo. Las jugadoras del B, incluso del C, se están asentando. A nivel condicional están cada vez mejor y tienen buen nivel técnico-táctico. Están más habituadas al vídeo, a lo analítico, al gimnasio, a cargas de trabajo...

– ¿Subirán más del filial pronto?

– Tenemos a tres jugadoras muy cerca del primer equipo (Elene Viles, Nora Sarriegi y Nahia Aparicio). Vamos a ver las necesidades de plantilla y qué necesita el B, sobre todo si sube. Lo importante es que suban para hacernos mejores, no por cuota.

- Doce jugadoras terminan contrato y dos están cedidas. ¿Teme una revolución?

- Siempre es mejor tener cuantas más certezas, pero esta es una circunstancia que se va a seguir dando en el fútbol femenino. Es difícil cerrar contratos largos. Estamos tranquilos porque las conversaciones hace meses que están iniciadas. Las que se han quedado encalladas, será por algún motivo, pero eso hace tiempo que tiene su alternativa en marcha o la opción del acelerón de la negociación. Vamos a mantener una parte importante del bloque. De todas formas, el club está por encima de mí y de las jugadoras. El proyecto de la Real no solo tiene que ver con los quiénes.

- O sea, no espera revolución.

- Hay jugadoras implicadas. Es cuestión de que en los despachos acerquen posturas. Todo se va a dar desde pasos naturales. Igual hay ciclos que se tienen que terminar. Sí. Yo sigo y hay jugadoreas que sienten que tienen más por dar.

- La revolución anterior no tuvo mal resultado...

- No creo que haya que seguir un patrón. Cada momento requiere tomar decisiones. Creo que no es la misma situación que en el verano de 2021. Eran jugadoras que ya habían terminado su etapa aquí, o que no conectaron con mi idea de juego, o que tenían otras razones. Intuyo que no se va a dar la misma situación. No todas seguirán, pero no todas se van a ir.

- ¿Nerea?

- Me gustaría que siguiera. Creo que difícilmente va a encontrar el contexto de la Real. Siente este escudo y este territorio. Está conectada con esta manera de jugar y engancha con la gente. Cuando eres jugadora emblema, mejor que en casa no vas a estar. Otra cosa es que en su momento personal quiera vivir otra experiencia. Es lícito. Creo que la Real le da el mejor contexto para seguir creciendo. Me gustaría que siguiera y ella lo sabe, pero tenemos que poder seguir diciéndonos las cosas con franqueza y con compromiso. Nerea es consciente de que no está siendo su mejor temporada y que tiene que darnos más. Tenemos que seguir exigiéndole para que nos lidere. Me gustaría que siguiera.