«Vivir esto es una sensación inexplicable»

Y es que en un encuentro de este calibre, la fiesta comienza mucho antes que el partido en sí. Desde la mañana a la tarde miles de realistas se juntaron en los alrededores del campo para tomar algo, con la habitual mezcla de colores, aunque con el lógico predominio txuri-urdin. Se notaba en el ambiente el ansia de todos por revivir un partido así. En la plaza Ferrerías de Amara, se escuchaban las míticas canciones de ánimo como el 'Goazen erreala, goazen txapeldun'. Sobre todo, se vieron aficionados ataviados con toda la indumentaria realista. Aunque también había seguidores rojiblancos que se intentaban hacer notar entonando canciones de su equipo.

Alejandro, un joven de Zarautz estaba en la plaza Ferrerías antes de entrar al partido «muy feliz de volver a un partido así con el estadio repleto de gente. Con ganas de ganar pero sobre todo de disfrutarlo», señalaba este zarauztarra. Álvaro, seguidor bilbaíno y amigo de Alejandro, también estaba deseando entrar en Anoeta. «Me hace mucha ilusión estar en Anoeta, aunque sea el campo contrario», aseguraba.

La celebración continuó después en el estadio, donde los aficionados txuri-urdin realizaron un mosaico con la frase 'Eskerrik asko', dirigida a los jugadores. Además, el mítico grupo Berri Txarrak, con Gorka Urbizu como cantante, animaron el ambiente dentro de la iniciativa cultural y musical emprendida por el club.

También se logró recuperar el ambiente a mediodía en la Parte Vieja, con mezcla de aficiones. El buen tiempo de esas primeras horas favoreció el poteo, antes de la llegada de la lluvia a primera hora de la tarde. 630 días después del último derbi sin público, se recobraron así las buenas y viejas costumbres. Los hinchas volvieron a entonar el «¡¡¡Real!!!» «¡¡¡Athletic!!!» en los distintos bares. Uno de los que no falló a la cita fue Dani Loza, realista de Irun. «Tenía ganas de que llegara este día, pues los de derbis son especiales. Hemos venido a comer a lo Viejo y a vivir el ambiente de siempre, luego iremos juntos al campo», comentaba.

También su amigo Jorge García, echaba de menos «un día así, completo, en buena compañía. Comer pintxos, beber, ir al campo cantando y calentando el partido. Ojalá acabe con final feliz». «Es una emoción tremenda, no veía el momento para volver a vivirlo», añadió Kepa Sánchez, también txuri-urdin de Irun.

La jornada discurrió en buen ambiente, pese a un feo gesto de un par de aficionados en un córner con Muniain, recriminados por el resto de la grada. Eso sí, pese al mensaje del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, realzale, de que se aplaudiera al rival por su comportamiento en la final de Copa, que provocó muchos comentarios en las redes sociales, la salida de los rojiblancos vino acompañada de la habitual música de viento. No obstante, el partido en la grada discurrió con normalidad, aunque el gol del Athletic en el descuento acabó la fiesta antes de tiempo.