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Mateu toma el testigo de Melero
Atracados. El árbitro anula de forma incomprensible el 0-1 a Isak en el minuto 64 y se carga el partido de una Real que fue superior
La semana pasada fue Melero López y ahora Mateu Lahoz. Medina Cantalejo ha empezado fuerte el frente del Comité de Árbitros. ¿Y es que cómo ... les explico el partido de este domingo de la Real sin hablar del árbitro? Es imposible. Hasta el propio colegiado dejó seguir el juego después de que le tocase el balón en el pase de Oyarzabal a Januzaj pero cuando después vio que Isak superaba de vaselina la salida de Diego López fue corriendo a anularlo. Entonces me pregunto, ¿Por qué dejó seguir la jugada? Porque marcó la Real.
Este tipo es tan peligroso que en la Eurocopa tuvieron que 'cortarle' después de que la liara parda en el Portugal-Francia. Lo mandaron a casa por la vía rápida. Fue el mismo que la temporada pasada expulsó a Illarramendi en la Copa y después del partido le dijo que creía que había sido Merino el de la falta, que si hubiera sabido que era él no le habría amonestado. En estas manos, ayer bien cubiertas por unos guantes con 10 grados de temperatura, estamos.
Al margen del siempre protagonista colegiado valenciano, solo se pueden decir cosas buenas de la Real. Con bajas importantes y con apenas 72 horas de recuperación tras el partido en Mónaco, fue superior a su rival, generó mucho más peligro y no ganó porque Mateu no le dejó. Es más, esa jugada cortó de cuajo la trayectoria ascendente de los de Imanol en la segunda parte y les hundió moralmente. El tanto de Yangel Herrera no fue más que la puntilla al mazazo arbitral de unos minutos antes.
Solo cuatro siguen en el once
Las bajas y el cansancio acumulado el jueves obligaron a Imanol a introducir hasta siete cambios con respecto a Mónaco en una alineación en la que solo se mantuvieron Le Normand, Zubimendi, Oyarzabal y Januzaj. En la portería regresó Remiro por Ryan, mientras que en los laterales se esperaba la alternancia con Gorosabel y Diego Rico, que venían de ser suplentes en Europa, así como que Zubeldia sustituyera al sancionado Aritz. En el centro del campo se mantuvo fijo Zubimendi, mientras que fue Guevara el sustituto de Merino por delante de Turrientes y arriba Portu y Sorloth los que tuvieron su oportunidad después de varios partidos en el banquillo.
Con las lesiones recientes de Merino y Silva encima de la mesa, el técnico no quiso correr riesgos con más hombre y dejó a Isak en el banquillo, que venía de sufrir una torsión de tobillo en Mónaco y lo había jugado prácticamente todo en las últimas semanas, tanto con la Real como con Suecia.
Dominio sin profundidad
La Real firmó un buen arranque del partido teniendo en cuenta las circunstancias. Se plantó con personalidad en el campo y sometió con el balón en zona de iniciación y creación a un Espanyol que se replegó en terreno propio a la espera de enlazar alguna contra. Fue una fase de partido en la que los de Imanol se permitieron bajar el ritmo de juego con posesiones largas para no tener que correr demasiado hacia atrás. Defender con pelota que se llama.
Sin embargo le costó pisar el área contraria. Y eso que Portu, que jugó por la derecha, salió enchufado y forzó algún córner en algún intento de disparo bloqueado por Pedrosa. Pero los demás recursos ofensivos no aportaban lo suficiente. Sorloth descargaba bien de espaldas pero no le entendían para que luego rompiese. La banda izquierda con Rico y Januzaj no existía, más allá de algún destello esporádico del belga, y a Oyarzabal le costaba encontrar espacios por dentro para maniobrar. El que llegó dos veces a buenas posiciones de último pase fue Guevara, pero le faltó calidad para precisar su entrega en condiciones ventajosas. El vitoriano es un gran pivote pero en el último tercio del campo se le apagan las luces al mirar hacia arriba. El caso es que la mejor opción fue un zurdazo de Le Normand tras varios rechaces en un córner a favor que acabó desviando Diego López con una parada al poste.
Puado la lía con dos jugadas
Visto que a la Real le costaba mucho llegar, el Espanyol se sacudió el dominio y a partir de la media hora se atrevió a cruzar a campo contrario. Y con muy poco hizo mucho. Un saque de banda de Aleix Vidal a Puado dentro del área se convirtió en una gran ocasión local porque el canterano perico se fue de Le Normand hacia adentro y sacó un zurdazo que obligó a Remiro a realizar una gran parada.
La Real controló el juego y desde ahí metió al Espanyol en su campo para buscar el marco de Diego López
dominio
El belga cuajó una gran segunda parte, sobre todo cuando pasó a jugar a pie cambiado por la derecha
Januzaj
Después Embarba disparó alto desde la frontal del área antes de que, de nuevo Puado, se convirtiese en el hombre más desequilibrante de los suyos. Agarró un balón entre líneas ante Zubimendi, se fue del donostiarra, de Guevara y remató de puntera antes de que Zubeldia saliera a la ayuda. El balón se estrelló en el poste. La Real, que había empezado con buenas sensaciones, se había desinflado en el cuarto de hora anterior al descanso.
Monólogo realista después
En la segunda parte la Real se hiz9o dueño y señor de la situación y sometió al Espanyol como muy pocos equipos han hecho. De entrada ya generó tres buenas ocasiones, casi siempre con Januzaj como origen de todo. Un cambio de orientación al segundo poste fue rematado por Portu para que se luciera Diego López. Después a un servicio del belga dentro del área pequeña no llegaron ni Portu ni Sorloth para empujar en boca de gol, mientras que un córner que botó con precisión fue cabeceado por Zubimendi pero demasiado centrado para que blocase Diego López.
A la hora de juego Imanol metió en el campo a Isak por Sorloth y a Barrenetxea para que Januzaj pasara por la derecha. Desde ahí el del Molenbeek desequilibró a su antojo y generó acciones suficientes como un centro-chut que se estrelló con Diego López superado o el gol anulado a Isak tras una gran asistencia suya. Ahí apareció Mateu para cambiar el destino del partido y que la Real no pudiera ganar.
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