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El esmoquin se llenó de barro

Imanol Troyano

San Sebastián

Sábado, 31 de agosto 2019, 08:21

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Cada pérdida, una emboscada. Cada córner en contra, un dolor de cabeza. Cada salida con balón desde atrás, un asfixio. Cada disputa, una derrota. San ... Mamés fue lo que acostumbra y la Real nunca encontró su sitio en la noche de ayer. El Athletic fue un equipo armonioso, convencido en su idea y que saltó a por el partido sin mirar atrás. La Real, en cambio, salió a hacer su partido, sin dejarse influir por la presión del rival, como si su juego fuese a imponerse sobre el de los vizcaínos por inercia. Esta vez el balón fue más un compromiso que un aliado para los donostiarras, que vivieron permanentemente ahogados por la presión rojiblanca.

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