Urgente Largas colas en la AP-8 y la GI-636 en dirección a la muga
Martín Zubimendi sigue el balón ante la mirada de Insigne. Morquecho

Con este equipo al fin del mundo

Los cinco penaltis ·

La personalidad que ha imprimido Imanol a sus jugadores es la clave de este grupo. Creen hasta el final. Ese es el gran valor de los txuri-urdin. Seguimos soñando...

Iraitz Vázquez

San Sebastián

Viernes, 11 de diciembre 2020, 06:28

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Sin Oyarzabal ni Silva, la Real sigue siendo la Real

La previa del partido de ayer giro solo en torno a un tema. Las ausencias de Oyarzabal y Silva, dos jugadores capitales para la Real. ... Imanol no puso excusas el miércoles en rueda de prensa, tiró de orgullo. Y en Nápoles se vio que no iba de farol. La Real siguió siendo la Real. Asfixió con su presión alta a los de Gattuso y mostró una personalidad al alcance de los mejores conjuntos de la Europa League. La unión del grupo y la personalidad que el técnico de Orio ha imprimido a sus pupilos son el gran valor de este equipo que no se cae ni cuando está contra las cuerdas.

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Las semanas con tres partidos ya no dan miedo

Hubo un tiempo no tan lejano en el que los aficionados de la Real se echaban a temblar cuando el equipo tenía que afrontar una semana con tres partidos. Ese miedo ha desaparecido por arte de magia. No se trata de suerte. Los jugadores txuri-urdin encaran cada partido como si fuera una final y eso provoca que no se vea más allá del siguiente encuentro. Con esa filosofía está logrando sacar adelante partidos que hace no tanto se nos hubieran escapado. ¿O no hubiéramos firmado un empate en Vitoria ante el Alavés en medio de dos partidos decisivos en Europa?

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El balón parado, el único borrón que se les puede achacar

En una noche como la que se vivió en el Diego Armando Maradona nadie quiere echar agua al vino y rebajar la euforia. Yo tampoco. Pero no me quiero olvidar que las jugadas al balón parado han estado a punto de dejar a la Real fuera de Europa. El Rijeka con muy poco se llevó un punto del Reale Arena gracias a dos goles de córner. Y ayer tras el rechace en un córner Zielinski consiguió el gol. Con poco han hecho daño los rivales a la Real en esta fase de grupos. Queda mucho recorrido por hacer para este equipo, pero bueno será aprender también de los errores.

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De jugar en Zubieta a la gloria en el Maradona

En doce meses la vida puede dar muchas vueltas. Ni qué tiene que decir este 2020. Un año que Martín Zubimendi no olvidará. El 7 de diciembre del año pasado el centrocampista donostiarra jugaba ante el Amorebieta en Zubieta. Ganaron 4-2. Es un claro ejemplo de lo que es la Real hoy en día. Chavales con hambre que salen de la cantera y son capaces de defender la camiseta txuri-urdin con orgullo en un escenario temible. Se plantaron ante todo un Nápoles sin ningún complejo y con un centro del campo en el que también estaba Guevara. Este es el gran tesoro que debe mimar el club.

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Objetivo cumplido, ¿la siguiente ronda con público?

Para muchos podrá ser una frivolidad. Pero el coronavirus nos está privando de disfrutar de este equipo en el Reale Arena, en las gradas donde verdaderamente se vive y se siente el fútbol. Antes de arrancar la fase de grupos Aperribay presentó un plan para que 1.000 personas pudieran acudir al estadio ante el Nápoles. El mejor regalo para los aficionados txuri-urdin sería poder volver a vivir una gran noche europea en su asiento. Es lo que ansiamos muchos. Pero antes queda disfrutar de los nervios del sorteo de este lunes. ¿Qué rival prefieren? Yo no temo a nadie.

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