Un equipo que brilla al son del estilo de un gran Imanol

«A la espera de la gran fiesta de la final de Copa, la Real ha hecho una temporada de notable alto, si reservamos el sobresaliente para títulos o clasificación en Champions», reconoce sobre el equipo de su vida un orgulloso Alberto López (Irun, 1969). Con la idea clara de que «Imanol ha construido un equipo con estilo propio, presión alta para recuperación temprana, dominador y al que le gusta jugar en campo contrario».

Asimismo, es consciente de que «el comienzo dubitativo dejó paso a un alto nivel conforme se sumaban las jornadas. El termómetro básico era cuando los laterales se incorporaban y se sumaban a los playmakers -los que hacen jugar a los otros- como Odegaard y Oyarzabal con el balón siempre cerca». Sobre el capitán, por cierto, solo tiene buenas palabras y lo ve «totalmente asentado en el olimpo de los mejores, con goles, asistencias, trabajo...».

El que fuera guardameta también habla de la delantera. Arriba, Willian José y su sustituto Isak suman 27 goles entre Liga y Copa y «ofrecen soluciones diferentes que maneja bien Alguacil». En el centro del campo cita a Zubeldia, «ese ñapas que sirve para todo en cualquier posición, y Merino, un abecedario de buen hacer en muchas facetas». Mención especial para Le Normand. «Grandioso, una roca», insiste Alberto. «Parece fácil con él jugar contra los mejores delanteros del mundo y con su complicidad con Elustondo consolidan una gran zona central».

Como segundo arquero con más partidos en la historia txuri-urdin tras Arconada, López analiza la portería con la excelente combinación de Moyá, «un veterano que siempre aporta y con pocos errores», y Remiro, «primer año con muchos partidos y un excelente desempeño». Tras valorar a los jóvenes canteranos, recuerda que «siempre nos quedará la duda de saber qué hubiera pasado sin el coronavirus, cuando la Real estaba imparable». A la vez que considera a mejorar «el juego sin posesión y la defensa posicional».

Y al hablar de Imanol se le cae la baba. «Gran temporada. Es una gozada ver el nivel que ha logrado. Me alegro muchísimo por él», añade. Para concluir, el irundarra destaca «el temporadón en la Copa, que esperemos obtenga premio final para disfrutar de un título después de tantos años».

Como entrenador, Iñigo Gurruchaga conoce bien las claves del fútbol. Por ello, y a pesar de todas las vicisitudes que ha pasado la Real en la recta final de Liga, califica de «sobresaliente» la temporada. «Hay que valorar mucho lo que ha hecho este equipo. Con una plaga de lesiones, reinventándose para jugar con tres centrales, un vestuario súper joven, la irrupción de Zubimendi... Fueron capaces de darle la vuelta a una situación muy complicada, y eso, para mí, tiene un mérito bestial».

Gurruchaga no se olvida de esos dos últimos envites ante Sevilla y Atlético de Madrid que acabaron valiendo un sexto puesto. «El equipo estaba justísimo de fuerzas, y aún así fueron capaces de competir y jugar realmente bien ante dos equipos muy potentes», apunta, al tiempo que destaca que la guinda del pastel era llegar de nuevo a Europa, «y se consiguió. Creo que la Champions League era un objetivo muy complicado».

Satisfecho con el grueso del plantel, le brillan los ojos cuando habla de Mikel Merino. «Es capaz de sujetar balones, recupera en campo contrario, marca goles... es el 'box to box' que llevábamos años pidiendo, un jugador de ida y vuelta. Me da mucho miedo que venga un grande y se lo lleve, porque es un futbolista de nivel Champions League», comenta.

En cuanto a las notas, para Gurruchaga la Real se merece «un 9,75, y no sé porqué no les doy un 10. Insisto, el mérito de lo que han conseguido es bestial, estábamos sin nada y en una dinámica muy mala, y el grupo se hizo fuerte y se levantó de la lona.». Respecto a los canteranos, advierte, «veo mucho futuro y personalidad en todos ellos. Recuerdo el partido contra el Granada en Anoeta y la exhibición que dio en la banda un chaval como Ander Barrenetxea. Fue algo espectacular y que hemos visto muy pocas veces por aquí. Y ahora además vienen Guridi, Merquelanz... ».

Es entrenadora al igual que Imanol y ella sabe mejor que nadie lo que se sufre desde el banquillo. Amets Aguayo (Donostia, 1993) resume la temporada como «ilusionante» y pone en valor un dato: «esta Real ha vuelto a enganchar a mucha gente y los objetivos están más que cumplidos».

Sobre el inicio del curso, la colaboradora reconoce que «tuvimos la lesión de Illarra y nos echamos las manos a la cabeza pensando qué sería de nosotros. Pero con Olabe y la llegada de los nuevos todo cambió, porque se ha visto que han aportado algo diferente, lo que el equipo necesitaba. Yo soy partidaria de tirar siempre de la cantera y recurrir al mercado solo cuando es necesario».

Aguayo halaga el claro compromiso de un equipo que en todo momento ha remado en la misma dirección. «Es lo que ha hecho grande a Imanol. Ha generado esa confianza como para conseguir éxitos». Con el técnico de Orio «ha vuelto la ilusión por la Copa, metiéndonos encima en la gran final. Es el reflejo de lo que es la Real», argumenta. «Solo hay que ver los vídeos de la celebración en el Wanda para demostrar que es el espejo de la afición.».

El protagonismo de los potrillos también es importante para Amets. «Con la carga del partidos tras el confinamiento, la cantera ha respondido. Mira Zubimendi, que ha terminado siendo titular», añade. Porque cuando se ha necesitado de ellos «han dado el callo, como siempre». Conocedora de los altibajos de su Real, Aguayo destaca a Merino y resalta la gran vuelta del 'nuevo' Januzaj.

«Para mi Adnan ha sido especial. En enero se le veía fuera del equipo pero durante el confinamiento ha dado mucho juego en redes sociales y ha terminado siendo de los mejores».

Aitor López Rekarte (Arrasate, 1975) sigue un modelo de análisis de Bielsa sobre merecimientos, centrado en valores. Cree que «dos elementos son claves: el modelo de juego es innegociable y la plantilla es muy joven, lo que, después del coronavirus, se ha manifestado en una falta de adaptación al nuevo paradigma, a un modelo distinto». Y matiza que «aunque son jugadores que han convivido con presión alta, un hecho tan especial como la pandemia ha pasado factura, como les ha ocurrido a Valencia, Alavés, Celta o Getafe».

Se fija Aitor después en los números. «Si miramos estadísticas, es el cuarto equipo más goleador, el mejor euskaldun y motivo de orgullo. Ha encajado 48 goles, diez más que el Athletic, y ahí se han escapado puntos importantes». Lo explica. «Los peores partidos de la Real han sido cuando no nos hemos acercado en el ataque». Como reflexión deportiva general, viendo la filosofía de la Real y huyendo del fatalismo de la Covid-19, el subcampeón de Liga López Rekarte resaltaría «cinco principios fundamentales del fútbol con el objetivo de trabajar en equipo y hacernos responsables, combinando talento y valores, y de forma explícita.».

Primero, cuenta el exlateral, la generosidad, «hacer más de lo que el equipo espera de mí». Segundo, humildad, «dejarse ayudar, como el clásico tirador de baloncesto que cede el balón a sus compañeros cuando el juego lo requiere». Después, confianza, «dar un paso adelante, y esto es tarea de los entrenadores, que debemos mostrar lo que hacen bien los jugadores, entrenarlo y optimizarlo, algo fundamental en un partido de fútbol».

Concluye con otras dos virtudes básicas. «El entusiasmo, la magia del deporte, esa chispa extra cuando te sale todo, cuando estás como poseído, dura poco pero se contagia fácil». Y, por último, el compromiso, «cuando la diversión se acaba y se ven la convivencia, los momentos compartidos en un proyecto más grande, en este caso la Real Sociedad». Y lanza una despedida alegre para todos: «zorionak Uefagatik, besarkada bat».