«Después de la final, cava y...¡Goool!»

Debido al toque de queda vigente durante esos días, los aficionados no pudieron celebrar aquella noche la victoria en las calles de Gipuzkoa, ni en las sociedades, ni tan siquiera en el interior del estadio sevillano. Los realzales se tuvieron que conformar con festejar ese momento histórico para el territorio descorchado botellas de cava en la intimidad del hogar, haciendo videollamadas grupales o saliendo al balcón. Una noche llena de nervios y emociones contenidas hasta que Mikel Oyarzabal marcó el gol de la victoria. Penalti que Diego no quiso ver, «de los nervios me levanté y lo escuché desde el pasillo... pensé que me daba algo de tanta tensión». La futura familia Pizarro Redondo vivió la gesta del equipo txuri-urdin en su casa del barrio donostiarra de Altza cenando «pizza, txakoli y con el cava frío en la nevera. Pero hasta el gol no probamos bocado, el estómago estaba cerrado».

Una noche histórica en la que la excitación por la consecución del título de Copa impidió a muchos guipuzcoanos conciliar el sueño y otros decidieron descargar la adrenalina bajo las sábanas. «Después de la final, cava y.... ¡Goool!», tal y como confiesan sin ningún pudor Diego Pizarro y Naiara Redondo que en este momento se encuentra embarazada de tres meses, o para ser más precisos en la semana trece del periodo de gestación.

La convicción de la pareja obliga a preguntar la razón por la que tienen tan claro que el pequeño fue concebido esa misma noche. «Hoy en día existen multitud de calculadoras de ovulación, aplicaciones o test que pronostican cuál es el día más fértil del ciclo de cada mujer y coincidía que era el 3 de abril, por eso no tengo dudas», explica Naiara mientras saca de su bolso el babero que le regaló a Diego para anunciarle que esperaban un niño. «No hemos decidido el nombre. Pero estamos seguros que después de que se publique este reportaje habrá presión para que se llame Mikel o Imanol, en honor a Oyarzabal y Alguacil», sentencia la pareja. Muchos de sus amigos y primos se estarán enterando del embarazo a través de estas líneas. «Hemos querido que nuestros amigos se conozcan esta buena noticia a través del periódico. Así vamos a tener todos un bonito y original recuerdo», cuentan los protagonistas que accedieron a contar su historia en DV tras comprobar en la ecografía de la semana 12 que el feto estaba perfectamente. Diego tiene claro que en cuanto nazca su hijo le va a hacer socio del club porque «mi sueño como aita es ir al fútbol con él y transmitirle mi pasión por la Real Sociedad».

La historia de esta pareja de treintañeros se asemeja a la de decenas de jóvenes guipuzcoanos que se vieron obligados en 2020 a suspender o aplazar su boda debido a la crisis sanitaria. Ante la incertidumbre y el deseo de formar una familia, muchos han decidido estos meses posponer sus planes de matrimonio y embarcarse en la aventura de formar una familia.

«Tuvimos que cancelar nuestra boda que estaba programada para el 3 de octubre del año pasado en la bodega Hiruzta de Hondarribia y en ese mes decidimos comenzar a practicar sexo sin protección para tratar de quedarme embarazada», señala Naiara mientras acaricia su incipiente barriga. «Llevábamos varios meses intentándolo y nada... y la victoria de la Real Sociedad, y encima frente al Athletic, nos trajo suerte. El club siempre ha estado muy presente en mi vida y esta es una bonita coincidencia», explica Diego sentado en su asiento de socio 12.787 ubicado en la tribuna superior de la grada Aitor Zabaleta a la que ha tenido la oportunidad de volver más de un año después para realizar la sesión de fotos que acompaña a este reportaje. La familia txuri-urdin tendrá un nuevo miembro a mediados de diciembre, pero seguro que con la pasión con la que los guipuzcoanos jalean a su equipo este alumbramiento no será el único fruto de aquella noche histórica.