No debe haber dudas

Desde mi banda izquierda ·

Domingo, 28 de noviembre 2021, 08:32

Con la resaca de la derrota en Mónaco, donde vimos una Real irreconocible que no pudo competir ante la presión alta del rival y con ... muchas imprecisiones en el centro del campo, la Real afronta esta tarde un nuevo partido ante el Espanyol. El conjunto periquito será tanto o más difícil que los monegascos, pero la Real no tiene que saltar al césped de Cornellà con dudas, incluso a pesar de las importantes bajas de Merino y Silva.

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Imanol tendrá que buscar soluciones para evitar que el rival nos vuelva a cortocircuitar en el medio del campo. Incluso creo que en ocasiones se puede jugar de otra forma ante equipos que se cierran bien. Cuando no consigues llevar la batuta, igual es recomendable meter un centrocampista más para recuperar la sala de máquinas. El 1-4-3-3 es el sistema que nos está dando resultados, pero si en algún momento hay que cambiar a 1-4-4-2 o 1-4-2-3-1, con dos pivotes, no pasa nada. La clave es saber ponerse el mono de trabajo si el rival nos neutraliza en el medio del campo y evitar así dar muestras de impotencia. Seguro que Imanol tiene todas estas posibles variantes en su cabeza.

En cualquier caso, insisto en que la Real no tiene que tener dudas respecto a qué hacer. Hay que seguir apostando por ser nosotros quienes tengamos la posesión del balón ante un Espanyol que se dispone con un sistema de 1-4-1-4-1 y juega como equipo. Y como viene de un año en Segunda, destaca por un espíritu combativo de no querer volver a pasar por esa mala experiencia. Sobresalen el portero Diego López y un internacional como RDT, así con sus iniciales, que entiende su papel arriba creando peligro y haciendo goles.

Ante estos jugadores se enfrentará una Real que llega a Barcelona con poco tiempo de recuperación, pero que no quiere perder comba en Liga con los de arriba. Además, los partidos ante el Espanyol siempre han sido bonitos y llenos de recuerdos. Por ejemplo, fue en Sarrià la única vez que me expulsaron por revolverme contra Molinos, un defensa que me estaba dando duro. El propio Molinos, años más tarde, en tono amistoso y jocoso, me pidió perdón ya que exageró un poco la situación. Disculpas que yo acepté, por supuesto.

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