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Cierre a 2024 con el peor partido del año
La Real se apaga en Vigo, la ciudad de la luz, en una tarde en la que el Celta le pudo propinar un sopapo aún mayor
La Real recibió un sopapo importante para dar carpetazo a este 2024 de altibajos. Los de Imanol realizaron el peor partido del año en ... la última fecha ante un Celta que tan solo ganó por dos goles pero que pudo hacer media docena. Es curioso que en Vigo, ciudad que se gasta 9 millones de euros en luces en las últimas cuatro Navidades, la Real se apagase de semejante manera. Fue un fantasma en una jornada que empezó a torcerse con el dolor lumbar de Zubimendi y que empeoró con la lesión de Aguerd en el calentamiento. De una tacada el oriotarra perdió a sus dos mejores futbolistas este curso. Lo cierto es que con el nivel mostrado se hubiese caído exactamente igual. No queda más remedio que descansar y olvidar este amargo final de año.
La Real cuajó la peor primera parte de la temporada, no solo por su bajo nivel con tan solo Zubeldia entonado, sino que enfrente también se encontró un equipo poderoso al que le salió todo. Los rivales también juegan, y la Real no lo hizo ayer en el primer acto. Los de Imanol llegaban a Vigo con una racha de 604 minutos sin recibir gol, pero desde que Durán y Alfon comenzaron a encontrarse se evidenció pronto que la racha se iba a terminar.
La no convocatoria de Zubimendi y la ausencia de última hora de Aguerd terminaron de poner patas arriba el partido incluso antes de empezar. No es casualidad que el día en el que falta el '4' a la Real le transiten tanto, le conecten tanto entre líneas y hubiese tanta separación entre futbolistas. Tampoco es sorpresa que el día en el que no está Aguerd Borja Iglesias ganara todos los duelos, Alfon fuese indetectable y Durán dejara en evidencia a la defensa realista. Los txuri-urdin no existieron en ataque y, de no ser por Remiro y un sólido Zubeldia, el castigo pudo ser bastante mayor. El Celta ahogó a la Real en la salida de balón y entró como cuchillo en mantequilla cada vez que pisaba área contraria. Alfon y Durán, los dos mediapuntas, fueron indetectables para el centro del campo realista, mientras que Pacheco, sin calentar, y Aihen, tampoco atinaron en cuando saltar. El resultado, una cascada de ocasiones antes del primer gol.
Remiro, con el agua al cuello, quiso arriesgar y Alfon no se lo pensó dos veces desde lejos. Palmada a córner. Alonso desde el quesito también pudo hacer el 1-0 en un gol olímpico. El propio central volvió a probar suerte desde lejos ante una Real que no remató entre los tres palos en 45 minutos. No salió absolutamente nada. Este equipo tiene un serio problema en las jugadas a balón parado ofensivas. Sin Le Normand y Merino ha perdido poderío. No asusta. Una transición en un córner a favor terminó en gol celtiña después de que se entendieran los buenos. Javi Rodríguez conectó otra vez por dentro con Durán y este fusiló a Remiro. Golpeo exquisito de tres dedos de dentro para fuera gracias al exterior. El de Cascante tan solo la tocó.
No espabiló la Real en los últimos cinco minutos antes de la caseta, más bien todo lo contrario. El Celta olió sangre y quiso cazar a su presa. Esta vez la pérdida en salida fue de Aihen. Borja se apoyó en Alfon, que en una especie de mediochut dejó solo a Durán en el segundo palo para firmar un doblete más que merecido. ¿Se acuerdan del paseo, siesta y...? La película esta vez no se dio en redes sociales y sí sobre el tapete de Balaídos. Era de terror.
Incapaces de generar
Imanol hizo tres modificaciones al descanso, pero incluso cambiando a los once no habría encontrado la manera de hacer daño al Celta. Los celtiñas se marcharon del estadio con la misma sensación. «Hemos jugado el mejor partido del año». La dirección de campo tampoco funcionó con la entrada de Jon Martín, Becker y Óskarsson, aunque estos dos últimos participaran en la única opción de verdadero peligro de todo el partido. El neerlandés colocó un centro lateral y el islandés no arrancó a tiempo. Ahora mismo Becker no está para mucho más.
El Celta, en cambio, quería darse un festín. Durán volvió a marcar otro golazo tras pase de Beltrán, pero esta vez Iglesias estaba en fuera de juego. Era el hat-trick y una humillación. El propio 'panda' volvió a hacer sudar a Remiro, obligado a desviar a córner un remate a la media vuelta. Fueron dos, pudieron ser seis. La Real no existió, todo lo que pudo salir mal salió peor y regresa a casa con carbón por adelantado. Un córner olímpico de Gómez fue la única molestia que tuvo Guaita. Mal día.
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