¡Una buena noticia en Anoeta! Se llama Zubimendi

Desde el minuto uno se ofreció a los centrales para iniciar el ataque. Le saliera bien o mal. En el minuto cuatro perdió un balón cerca de su área que pudo meter en problemas a su equipo y, a los pocos segundos, en la misma jugada, ya pedía el pase para ayudar a sacar el balón de allí. Y lo sacó. Salió convencido de que no era el nuevo al que se le puede perdonar. No. Era el pivote de la Real Sociedad en un partido crucial. No se escondió.

Demostró desparpajo al recibir el balón. Lo devolvió de primeras la mayoría de las veces, pero se atrevió a girar, levantar la cabeza y conducir, pese a la cercanía de algún rival, cuando la situación lo requería. Y sin balón, guardó siempre bien su sitio. Recuperó buenos balones en defensa y, cuando no pudo hacerlo, cortó la jugada, como en la acción del minuto 54 que le costó una amarilla cuando Rafinha ya armaba un ataque letal.

El donostiarra de 21 años también lució atrevimiento. No se lo pensó en el segundo minuto de la reanudación al disparar a puerta desde fuera del área, a botepronto. Los primeros minutos del segundo tiempo apretó arriba, llegando a recuperar balones cerca del área que habilitaban una nueva ocasión para crear peligro. Aunque la inspiración tampoco apareció ayer en el Reale Arena.

De hecho, fue suyo el posiblemente mejor pase de todo el partido, en ese minuto 60 en el que se le ocurrió hacer de Martintxo, apagado una vez más ayer, al filtrar un buen balón en la frontal izquierda del área para que Portu rematara, forzado y con su pierna mala.

Tampoco sufrió excesivamente en el apartado físico según fueron pasando los minutos, lo que podía ser de esperar en un futbolista que llevaba meses sin jugar en competición oficial. De hecho, Imanol le dejó sobre el terreno de juego hasta el 95. Le valía lo que estaba haciendo. Mantenía al equipo en pie y seguía repartiendo juego desde su posición, siempre solidaria con el compañero. Buscó sobre todo a Januzaj, en cuyas botas se presentía el único peligro que podría llegar. También en eso estuvo listo. En definitiva, Zubeldia pudo descansar sin que el equipo lo acusara en el rendimiento. Y la Real puede descansar, que por pivotes no será.