José Soliño, miembro de la peña céltica de Mos y dueño de la Casa Panadeira, con la camiseta de la Real.
Real Sociedad

«Duele que se vaya, pero no tanto si es a la Real»

Brais Méndez. El municipio de Mos donde nació y el club que le vio crecer, el Santa Mariña, lamentan su marcha, pero se alegran por llegar a un club «al que le va bien su estilo de juego»

Iker Castaño

Errenteria

Domingo, 10 de julio 2022

Nunca una salida produjo más desconsuelo y tristeza que la de Brais Méndez del Celta de Vigo. La zurda de oro de A Madroa, como ... se le ha bautizado desde que tenía pocos años, no volverá a vestir la elástica celtista esta temporada. Sin embargo, sus raíces (familia, compañeros y amigos) de toda la vida le seguirán pese a la distancia. Lo harán porque el equipo al que llega no es uno cualquiera, sino a uno que cada año extiende su marca más allá de los Pirineos.

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Roberto Olabe y su equipo de reclutamiento ha ido a parar esta vez a tierras gallegas, y no para degustar los mariscos más frescos del Atlántico ni para recorrer el camino de Santiago. La buena relación entre presidentes de ambas entidades (Jokin Aperribay y Carlos Mouriño) ha facilitado además la llegada de Brais Méndez, el segundo fichaje, a la Real.

Hace poco más de una semana, como ya avanzó este periódico, el club txuri-urdin tenía entre ceja y ceja reclutar al mediocentro celeste y en apenas cuestión de días, este miércoles concretamente, se acabó de hacer oficial. La felicidad de la afición realista chocaba con la tristeza y sensación de abandono del socio y aficionado celtiña.

«Ojalá el Celta tratara la cantera de igual manera que la Real. Con este presidente pesetero hemos vuelto a caer»

José Soliño

Miembro de la peña céltica de Mos

Pero si hubo personas a las que les supo como una espada clavada en el corazón fue a su gente más cercana, la que le ha visto crecer desde crío y ha observado con sus propios ojos la evolución y el crecimiento de una figura especial que apuntaba maneras desde una temprana edad. El municipio pontevedrés de Mos, lugar de nacimiento de Brais el 7 de enero de 1997, y la Unión Deportiva Santa Mariña, club donde dio sus primeros pasos y jugó durante ocho años, lamentan la salida de una perla propia a más de 700 kilómetros.

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La población de Mos, con un área de 53,2 kilómetros cuadrados, está repartido en diez parroquias. Un viaje por todo el municipio es una auténtica aventura. Caminas o conduces hacia arriba y abajo en la montaña y las casas se reparten en pequeñas aldeas. Un cartel voluminoso indica que ha llegado a la Casa Panadeira, regentada por José Soliño. Con su particular acento gallego recibe a los visitantes con gusto y placer, más si viene de fuera. Cuadros, camisetas firmadas, pósters de los años gloriosos del Celta... Es el bar.

El presidente del Santa Mariña, Xosé Carlos Blanco, sostiene un cuadro con una camiseta regalada por Brais Méndez y la elástica de la Real, en su despacho. IKER CASTAÑO

«Con cinco años veías cómo le funcionaba esa zurda y la habilidad que tenía. Técnicamente era muy buen futbolista»

Xosé Carlos Blanco

Presidente del Santa Mariña

'Oiga, ¿sabe lo de Brais?' «Sí, desgraciadamente se nos va y sentimos una pena enorme, pero prefiero que haya escogido la Real que el Barcelona o el Madrid», apunta el también miembro de la única peña celtista de Mos creada en el año 2006.

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Un tipo de jugador especial

«Este municipio se caracteriza por estar dividido en diez parroquias y tener muchos kilómetros cuadrados. El Concello de Mos –veáse el Ayuntamiento– es culturalmente lo más importante que tenemos aquí. Al lado hay dos bares, un pequeño museo y una persona que te explica la historia de Mos. Las comunidades de montes son propiedades de los vecinos», explica al visitante. Tierra del también ganador del Tour de Francia en 2006 Óscar Pereiro o de la campeona de España en Ciclocross Rocío Blanco, este municipio «posee grandes figuras del deporte», reconoce.

Al preguntarle por Brais Méndez se queda mirando al frente pensativo. «Con este presidente pesetero hemos vuelto a caer», señala. «Ojalá tratara la cantera de igual manera que la Real...», continúa. Aun así, se alegra por el destino, ya que «entre gallegos y vascos siempre ha habido muy buena relación», admite enseñando dos txapelas colgadas en su Casa Panadeira.

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SORTEO DE ABONOS

Lo que no tiene pérdida es el campo de fútbol del Santa Mariña (Cotogrande), aunque para llegar a él hay que pasar a la localidad de Vigo, a escasos kilómetros. En la puerta principal espera su presidente, Xosé Carlos Blanco, que acaba de recibir una insignia de oro y brillantes por los cuarenta años al servicio del club. «Hace doce años que salió por esta puerta Brais Méndez camino a Villarreal», recuerda haciendo un viaje al pasado. «Se marchó al terminar infantiles. No se llegó a adaptar allí, ya que tenía muy lejos a los papás y a esas edades no era nada fácil. Volvió de nuevo a casa», confirma.

En el Santa Mariña jugó ocho años, desde los cinco hasta los trece. «Era un crío que prácticamente desde que entró aquí veías cómo le funcionaba esa zurda y la habilidad que tenía. Un futbolista técnicamente muy bueno, absorbía todo lo que le decía el entrenador...», rememora. También como persona, «era un chaval muy tranquilo, introvertido, estupendo, algo reservado y un poco cohibido», apunta. Como suele ser habitual en otros jugadores, «él también jugaba con categorías mayores. Le daba igual que fueran uno, dos o cuatro años mayores, él quería jugar y disfrutar».

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Al preguntarle por si es el mejor que ha pasado por el club afirma que «técnicamente seguro, aunque tampoco nos olvidamos de que pasaron Iago Aspas, Santi Formoso...», recuerda. En la Arousa Cup donde compiten cada año con diferentes equipos de primera «ya destacaba mucho. Veías la elegancia que tenía, el golpeo de balón, los regates en seco... Un crío que tenía madera para ser futbolista», indica. Xosé Carlos mantiene una gran relación con Brais, «suele venir cada año por aquí y la última vez nos regaló una camiseta firmada», más si cabe con sus progenitores. «El padre, que jugó en el Deportivo, fue directivo de este club y la madre participaba en muchas actividades», sostiene. Recuerda que Brais «prácticamente nació en Vigo, aunque se fueron a vivir a Mos».

Ahora seguirá sus pasos desde lejos, «lo echaremos en falta», afirma, en un club que le va como anillo al dedo. «La Real es un club que trata muy bien el balón y él es un jugador de tocar. Tiene llegada en área y pienso que puede dar muchísimo. Es del estilo de juego que tiene la Real, pienso que encaja perfectamente», reconoce. Ya espera la camiseta realista con ganas para ponerla con orgullo en su amplio despacho.

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