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La Real Sociedad deja con vida al Atlético de Madrid
Agridulce. Después de una hora de juego fantástica en la que se adelanta 0-2 se le va el triunfo en dos despistes tontos atrás
Antes del partido muchos hubiéramos firmado el empate en el Wanda, pero después de verlo supo a poco. Se podría decir que es el liderato ... más agridulce en mucho tiempo porque la Real perdió la ocasión de dar un gran golpe encima de la mesa por la Liga en casa del vigente campeón. La autoridad con la que se manejó en la primera hora de juego en terreno de un grande -seguramente el equipo con mejor plantilla del campeonato- solo se la había visto hace 42 años en el Bernabéu aquel partido que García Carrión se cargó el 0-2 de Zamora y Alonso y dio al traste con la que habría sido primera Liga.
Esta vez no hay que cargarle en el debe de Munuera Montero, un buen árbitro, el absurdo penalti que comete Merino sobre Suárez pero sí que se le puede reprochar que Lodi, Suárez y Correa se marcharan sin tarjeta después de duras entradas y que el disparo de Portu que va a portería que frena el brazo de Felipe no fuera penalti, por mucho que ahora se hable de posiciones naturales o no. Al final cada uno pita lo que quiere y ya está.
El caso, como decía, es que la Real perdió una gran oportunidad para presentar su candidatura a algo más que ser un convidado de piedra de la lucha entre los grandes, aunque sólo que estemos lamentando un empate en el Wanda ya denota la ambición que tiene este equipo que llegó con 48 horas menos de descanso que el rival y estuvo cerca de ganarle en su campo. Un partido que puede suponer un punto de inflexión en las aspiraciones de esta temporada.
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Defensa de tres centrales
La alineación estuvo condicionada por dos circunstancias. La primera fue la ausencia de los tres laterales izquierdos de la plantilla, los lesionados Monreal y Diego Rico y el sancionado Aihen, que dejó a Imanol sin un especialista en esa posición para mantener la defensa de cuatro. La segunda es que Portu y Januzaj fueron titulares y trabajaron mucho el jueves en Austria, lo que unido a las bajas de Oyarzabal y Barrenetxea también le dejaba sin extremos.
Para solventar la primera cuestión optó por la misma solución que cuando le ocurrió eso la última vez: colocar tres centrales. Fue en marzo ante el Barcelona, en la previa de la final de Copa, cuando tenía fuera de combate a Monreal y Aihen. Entonces metió en el carril a Merquelanz. Esta vez optó por cambiar de banda a Gorosabel y mantener en la derecha a Zaldua, tal y como jugaron la segunda parte contra el Mallorca tras la expulsión de Aihen.
En ataque la falta de futbolistas por fuera lo compensó alineando juntos a Isak y Sorloth para fijar a la defensa atlética y que Guevara, Merino y Silva pudieran encontrar superioridad en el centro del campo. La apuesta no pudo salir mejor. Curiosamente Simeone también cambió su dibujo habitual para jugar con defensa de cuatro y alinear a sus cuatro mosqueteros en ataque -Joao Félix, Lemar, Suárez y Griezmann-, sin duda la mejor delantera del campeonato. Pero no le salió bien ante una Real superior en muchos momentos.
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Jugadores indetectables
Imanol jugó al despiste en el arranque del choque porque dio a entender que planteaba defensa de cuatro y Zaldua como extremo hasta que todo se aclaró. Pero funcionó porque al Atlético le costó detectar el dibujo realista y cómo saltar a la presión para neutralizarlo. Así estuvo persiguiendo sombras durante la primera parte y el inicio de la segunda.
La clave de la Real fue su disposición camaleónica que hacía indetectables a sus jugadores. En salida de balón Remiro formaba una línea de cuatro con los tres centrales, que junto a los carrileros abiertos y el centrocampista que venía a recibir colocaba siempre en inferioridad al rival. Como Isak y Sorloth fijaban a tres defensas y Remiro participaba del juego como uno más, el cuadro txuri-urdin sacaba partida de ese 9 contra 6. Y no hizo más daño porque cometió en campo contrario errores no forzados.
Pero lo mejor del asunto es que cuando Simeone creyó entender cómo mandar a sus jugadores arriba para presionar la salida en corto y tapar al hombre libre que tantos quebraderos de cabeza le estaba dando, la Real pasó al plan B. Juego en largo pero con alternativas diferentes, casos de Merino, Isak o Sorloth para peinada y continuación.
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Funciona la conexión nórdica
El caso es que no extrañó nada que se adelantase en el arranque del partido fruto de ese mejor posicionamiento y lectura del juego. El gol vino en un contragolpe tras un robo de Guevara a Joao Félix en el centro del campo. Pasó a Silva y éste descargó en Merino para lanzar por la derecha a Isak. Es lo que tenía jugar sin extremos, que esos espacios en los que no estás apareces para ocuparlos. El sueco atacó la espalda de Lodi, pilló mano a mano a Hermoso fuera de zona y puso un gran pase a Sorloth, que aguantó la salida de Oblak para colarse por abajo.
Si en el centro del campo Guevara, Merino y Silva flotaban entre ellos haciendo indetectables sus posiciones, los dos nórdicos hacían lo propio arriba sembrando la duda en los rivales al ir a perseguirles. Una arrancada de Sorloth la terminó Isak para el blocaje de Oblak. El sueco la volvió a tener tras una combinación entre Sorloth, Silva y Merino.
La presencia del noruego aguantando balones en tres cuartos de campo permitía a la Real tener superioridad muy cerca de la portería contraria con el apoyo de los tres hombres de la zona ancha. Incluso Silva pudo marcar tras pared con Sorloth tras un saque de esquina. La única respuesta del Atlético fue intentar los cambios de orientación para mover a las dos líneas de tres jugadores, buscar centros laterales que remataron forzados Suárez y Felipe y meter por dentro a Joao Félix dejando el carril derecho libre para Trippier.
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Isak aumenta la ventaja
En la reanudación la Real pisó algo más el acelerador y poco le faltó a Silva para hacer el segundo. Isak era un vendaval por la derecha y su centro raso tocado lo interceptó con apuros Oblak. Fue el preludio del 0-2, en una acción en la que el canario vuelve a ser decisivo al forzar una falta cerca del área. Imanol colocó a tres hombres en la continuación de la barrera atlética dificultando la visión del meta esloveno, lo que provocó que el zapatazo de Isak se le colara por su palo. El Atlético estaba tocado y Le Normand tuvo en su cabeza el tercero en una falta lateral.
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Un penalti evitable
Simeone puso toda la carne en el asador, dio entrada a Carrasco, Kondogbia y Correa, pasó a tres centrales, con Correa y Carrasco en los carriles y Griezmann, Joao Félix y Suárez pisando área. Antes de que Imanol pudiera mover ficha un centro del portugués lo aprovechó Suárez de cabeza tras ganar la acción a Le Normand y Zubeldia. Luego el oriotarra dio entrada a Pacheco, Turrientes y Portu para que las fuerzas aguantaran pero un penalti absurdo evitó la victoria. Una pena.
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